Los funcionarios comunistas que
llevan adelante la campaña de demoliciones de las cruces en Zhejiang “actúan
por venganza” y abusan de los propios derechos y prerrogativas. Por esta razón
“serán llevados ante la justicia antes de que el desarrollo pacífico de China
sea puesto en riesgo una vez más”.
Por esta “causa justa” y para proteger al símbolo sagrado del cristianismo, el clero católico de la diócesis de Wenzhou “está listo para todo, incluso para morir”. Esto es cuanto han afirmado lo sacerdotes en una declaración firmada el pasado 18 de julio que llevaba por título “¡GRITAD! DEJAD DE GUARDAR SILENCIO”.
Por esta “causa justa” y para proteger al símbolo sagrado del cristianismo, el clero católico de la diócesis de Wenzhou “está listo para todo, incluso para morir”. Esto es cuanto han afirmado lo sacerdotes en una declaración firmada el pasado 18 de julio que llevaba por título “¡GRITAD! DEJAD DE GUARDAR SILENCIO”.
En su escrito, el clero de la
diócesis meridional ha invitado “a todos aquellos que buscan la justicia en su
corazón” a intervenir de manera pacífica y de acuerdo a la ley para frenar la
campaña de demoliciones en curso en Zhejiang. LA MEDIDA ESTÁ SUSCITANDO UNA GRAN RESISTENCIA ENTRE LOS FIELES
CRISTIANOS, sacerdotes, obispos y pastores protestantes que han
difundido varias cartas abiertas, han utilizado las redes sociales y han
convocado diferentes manifestaciones para expresar su disenso.
En los últimos meses, más de 400
iglesias cristianas se han visto afectadas por la nueva legislación sobre
edificios religiosos decretada por el gobierno chino. En la práctica, la
aplicación de la normativa se ha traducido en la demolición de cruces e,
incluso, de templos enteros. El caso de la ciudad de Wenzhou, ciudad de 9
millones de habitantes al sur de Shanghai, en la región de Zhejiang, es
especialmente llamativo. En esta ciudad --conocida por muchos como la Jerusalén
china--, LAS AUTORIDADES HAN DECLARADO
ILEGALES más de doscientos templos cristianos, algunos de los cuales ya han
sido demolidos.
EL LÍDER
DEL PARTIDO COMUNISTA EN ZHEJIANG ES CONOCIDO POR SU HOSTILIDAD HACIA EL
CRISTIANISMO. No obstante, muchos fieles
opinan que la campaña de demoliciones ha de estar orquestada desde Pekín por el
propio presidente chino Xi Jinping. En su última visita a Zhejiang en mayo
pasado, Xi advirtió que la religión en China debía de ser “independiente de
influencias extranjeras”.
CARTA
ABIERTA DEL CLERO CATÓLICO DE LA DIÓCESIS DE WENZHOU
El año pasado el gobierno de la
provincia de Zhejiang lanzó una campaña llamada “Tres ajustes y una
demolición”; a lo largo del tiempo ha empeorado cada vez más, y ahora la
naturaleza de esta campaña ha cambiado totalmente. En este momento, hay una
clara intención de eliminar las cruces de cada una de las iglesias. En toda
nuestra diócesis no hemos sido serviles ni sumisos -hemos sido propositivos,
hemos orado de manera ardiente, hemos comunicado la situación de manera
racional y hemos observado la situación con calma, esperando que las nubes
negras pasaran.
Pero algunas personas no sólo no
han desacelerado esto sino que se han vuelto más agresivas áun; como si
pensaran enfrentar un enemigo mortal cuando tenían en su mira al símbolo del
amor universal - la Cruz. Han omitido los deseos de las masas y han presentado
las “Regulaciones de la provincia de Zhejiang para los edificios religiosos”, que
ni siquiera están de acuerdo con la jurisprudencia básica; se han burlado de la
población y han buscado llevar adelante sin tregua su campaña para tirar abajo
cada una de las cruces.
Y no sólo eso. Nuestros
petitorios pacíficos así como las manifestaciones de apoyo llevadas adelante
por nuestros parroquianos han sido tratados como conductas ilegales. Realmente
es verdad el antiguo proverbio chino “el funcionario [gubernamental] puede
provocar incendios, pero la gente común no puede ni siquiera encender una
lámpara”. Pero “detén el agua de un arroyo y habrá una inundación; ponte a
callar la voz del pueblo y habrá un desastre aún peor”. ¿Es verdaderamente el
caso que un gobierno que declara servir al pueblo lleve nuevamente a una nación
hacia lo que Liang Qichao definía como “un gobierno que no se destaca en nada,
más que en la represión de sus propios ciudadanos?”.
Más buscan suprimir el reclamo de
justicia, más demuestran la seriedad de la crisis social, la frágil confianza
en su dominio y su incapacidad para manejar la cuestión. Si continúan
eliminando las cruces como si se tratase de una enfermedad grave, entonces
China - que luego del Gran salto adelante y la desastrosa Revolución cultural
está camino a un desarrollo pacífico - será arrojada en una nueva calamidad.
En tanto individuos con derechos
humanos otorgados por Dios, cada una de las personas tiene derecho a creer.
Para salvaguardar la cruz y preservar nuestro derecho básico a la libertad de
credo continuaremos vigilándonos y defendiéndonos los unos a los otros,
montando una resistencia nacional y razonable.
Como ciudadanos de China
anhelamos una democracia más profunda y más inclusiva, y un estado de derecho.
Aquellos dirigentes que obligan a sus subordinados a participar [en las
demoliciones], emanando órdenes que imponen a los demás que deben destruir;
aquellos que violan la Constitución; aquellos que voluntariamente infringen la
dignidad de la ley, violan procedimientos administrativos, usan el propio poder
para confundir el derecho, minando sin más el estado de derecho...Todas estas
personas están siendo denunciadas de manera decisiva y es necesario resistirlas.
Deben ser llevadas ante la justicia.
Como hijos e hijas de la Iglesia,
todos nosotros anhelamos una situación de paz y estabilidad a largo plazo. De
ningún modo podemos retroceder a allí donde “la gente ordinaria sufre ya sea en
tiempo de prosperidad o de crisis”; no permitamos que nadie vaya contra el
desarrollo armonioso.
Todos los cristianos de China
llevan dentro de sí un sentido de misión, rindiendo honor al Señor y haciendo
el bien frente al prójimo. Al mismo tiempo, hemos deseado por tanto tiempo una
situación cultural, religiosa y social que fuese tolerante, en la cual adaptar
la religión cristiana a la cultura china. Las autoridades de la provincia de
Zhejiang demolieron las cruces como venganza. ¿Es éste vuestro modo de entender
la “chinacización de la religión” anunciada ya hace algún tiempo por Xi
Jinping?
En un momento en el cual "el
viento está soplando a través de la torre y anuncia una tempestad en aumento en
la montaña", tomaremos sobre nosotros aún más la gran responsabilidad de
rejuvenecer al pueblo chino, y creeremos siempre más firmemente que nosotros
somos también la espina dorsal y la bendición de la nación china. Mirando las
cruces caer una tras otra, hemos gritado de rabia y hemos enjugado lágrimas de
dolor. Pero usaremos con sabiduría cada método disponible para volver a erigir
las cruces. Cuando sea removida una cruz, serán construidas un millón de
cruces: en el corazón de cada hombre, a lo largo de las avenidas y en los
callejones, y en la casa de cada familia.
La Iglesia, en el curso de su
historia, ha crecido y ha prosperado bajo la persecución o el favor del
soberano. Nosotros suplicamos ardientemente la misericordia del Señor, que nos
conceda el coraje de morir por aquello que es justo, por la paz de la nación,
por el verdadero crecimiento de la nación china, listos para hacer cualquier
sacrificio que nos sea pedido.
Como está escrito en la Biblia
(Amos 5, 24): " ¡Que el derecho corra como el agua, y la justicia sea como
un torrente inagotable!". Por la libertad de la religión, por la dignidad
de la ley, para el continuo desarrollo de China, para el bienestar a largo
plazo del pueblo chino, todos los creyentes a lo largo de toda China, aquellos
decenas de millones [de personas] plenas del sentido de justicia – ¡Basta de
permanecer en silencio! ¡Gritemos!
El cuerpo
entero del clero cristiano de la diócesis de Wenzhou
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