miércoles, 10 de diciembre de 2014

CÁRITAS LÍBANO DESBORDADA POR LOS REFUGIADOS: «ES COMO SI A ITALIA LLEGASEN 30 MILLONES DE PERSONAS»


El problema de los prófugos de Siria se transformó en una "crisis humanitaria" y "en una crisis internacional": si el mundo no busca una solución esta tragedia producirá efectos desastrosos en todo el Medio Oriente.

Lo explica a AsiaNews el padre Paul Karam, director de Caritas Líbano, una red que lleva 3 años recibiendo el flujo continuo de familias sirias que huyen de la guerra civil.

"En Líbano-explica el p. Karam- hay al menos 1,6 millones de prófugos sirios. La Onu, que enumera sólo aquellos que se registraron, dice que son 1,2 millones. A estos se deben agregar al menos 700 familias de cristianos iraquíes de Bagdad, Mosul y de Erbil y decenas de miles de palestinos de Siria".

"Teniendo en cuenta que en Líbano la población es de 4,4 millones, es como si en Italia llegasen 20-30 millones de prófugos a los cuales hay que proveer de todo para sus necesidades esenciales. El Estado libanés y nuestras comunidades solas no pueden asumirse todo este peso: se necesita un compromiso de la comunidad internacional".

Las palabras del p. Karam llegan pocos días después de la decisión de World Food Programme de cortar la raciones de comida a los prófugos sirios por falta de fondos.

El Alto Comisariado Onu para los refugiados declaró que necesita al menos 4.400 millones de dólares para ayudar a los casi 3,5 millones de prófugos sirios en los países cercanos (Líbano, Jordania, Turquía, Irak).

El director de Caritas Líbano explica: "El primer problema es económico. Los desafíos económicos son enormes porque es enorme el número de prófugos y para ellos se necesita garantizar las cosas esenciales: agua, luz, gas, necesidades de la vida cotidiana.

El otro problema es demográfico: la mayoría de estos prófugos sirios no son cristianos, sino musulmanes.

Y esto afecta al equilibrio de la comunidad libanesa que se basa en balance entre las dos comunidades islámica y cristiana y sobre la relación de 18 confesiones religiosas. Si se toca este equilibrio, se arriesga que se desmorone todo.

Hay también otro aspecto, la seguridad: en estos 3 años aumentaron los robos, los raptos, las violencias ligadas a la presencia de estos refugiados.

Muchos de ellos atacan a la gente, o quieren robar...En estos años la tasa de la delincuencia pasó del 15 al 60%.

Además está el aspecto humanitario: ¿cómo hacemos para procurar lo necesario para los refugiados, si también la población libanesa hoy vive una crisis económica con dificultad para encontrar comida, trabajo, casas?

"La gente libanesa se está empobreciendo cada vez más. Por esto le dije a un aliado que nos ayuda que de las donaciones que van para los sirios hay destinar un 30% para darlo a los libaneses que reciben en sus casas a los refugiados".

El padre Karam, como la Onu, pregunta a la comunidad internacional que se asuma esta crisis.

"En estos meses, para los prófugos que asiste la Onu no habrá comida. Pero esta gente que hasta ahora vive de las ayudas, ¿cómo hará para vivir? ¿Irán todos a robar? ¿Se desplazarán a otros países, provocando nuevos desequilibrios? Por esto digo que la crisis es a nivel internacional y no puede ser sostenida por un solo país. Si continuamos así, habrá una gran crisis no sólo a nivel del Líbano, sino también en Jordania (8 veces el Líbano), o en Turquía (25 veces el Líbano)".

Pero el director de Caritas Líbano, además de encontrar fondos para las ayudas económicas, ve urgente también encontrar respuestas políticas a la situación.

"La comunidad internacional debe tomarse en serio la tragedia del Medio Oriente y sobre todo la de los cristianos, que son las ´primeras víctimas y están en la primer fila. Y debemos creer y construir un verdadero camino de diálogo que lleve a la paz y a la justicia para todos los países de la región. No se puede garantizar paz a un país y dejar que los otros se hundan en la guerra. Debe ser un camino de paz para todos. Si no tenemos esta mirada, los conflictos existirán siempre y se seguirán de un año al otro, de una generación a la otra."

"Con todo esto- concluye irónico el p. Karam- el Líbano permanece una comunidad de esperanza. Pero, ¿por qué sólo el Líbano tiene que resolver este problema? ¿Por qué en el mundo siempre se encuentra dinero para comprar armas y producirlas y no se encuentran para alimentar a los refugiados?"

"El Papa Francisco ya lo dijo varias veces. Encontramos siempre dinero para las armas y para la guerra y no tenemos dinero para disminuir la pobreza en el mundo".

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