jueves, 11 de septiembre de 2014

UN OBISPO Y UN ALCALDE, UN VALIENTE Y UN COBARDE


El obispo de la ciudad italiana de Imola, Tomaso Ghirelli, ha instado a los musulmanes residentes a que condenen sin ambages el terror de los yihadistas o que abandonen el país. El prelado exhortó a los musulmanes a "ser hombres de honor" y a rechazar de plano "las persecuciones que están ensangrentando tantas áreas del mundo, sobre todo en Oriente Medio, donde se está verificando un verdadero genocidio".

Según el obispo, si esos musulmanes afincados en Italia no condenan esta barbarie, "deberían tener el coraje de alejarse de nuestras tierras porque nadie quiere tener enemigos en casa". El obispo Tomaso Ghirelli admitió que el silencio de la comunidad musulmana obedece, a menudo, al miedo.

El miedo a hablar contra el islamoterrorismo es el termómetro del poder de los islamistas; los miembros del colectivo musulmán que están contra la violencia religiosa de los yihadistas saben bien que el yihadismo goza de buena prédica entre sus correligionarios. No se corre el mismo riesgo vital hablar contra la mafia siciliana en Helsinki que hacerlo en medio de un pueblo al lado de Palermo.

El obispo Tomaso Ghirelli enfatizó: "Sabemos que están atemorizados por los integristas, pero ha llegado el momento de romper el círculo vicioso de los abusados, superando tanto el buenismo como la intolerancia" y también un llamamiento a los políticos para que no permanezcan callados, y apeló a la ciudadanía para que, en estas circunstancias, evite una hostilidad indiscriminada hacia los extranjeros.

El alcalde de Imola, Daniele Manca, de Izquierda Democrática, consideró que las "palabras fuertes" del obispo Ghirelli eran "un poco violentas" y consideró que "no hay necesidad de hacer chantajes". "Debemos demostrar que estamos lejos del fundamentalismo y además la comunidad musulmana local ha sido siempre muy disponible, así que no entiendo porque el señor obispo les exige pronunciarse de este modo", concluyó.

Para el alcalde izquierdista el discurso del obispo es un poco violento pero en ningún momento criticó la violencia de los yihadistas y el silencio cómplice.

El obispo dijo una “verdad como un templo” y nunca mejor dicho, que los musulmanes deben rechazar de plano las persecuciones que se perpetran en nombre del Islam y causan elevada mortandad en tantas partes del planeta.

El alcalde izquierdista sólo tuvo el valor de criticar al obispo y calificar su discurso de violento. Ahora resultará que el que denuncia la violencia es el violento y el yihadista criminal es nada, nada, y nada.

La capacidad crítica de los izquierdistas contra la extrema derecha del Islam, el islamismo es nula. Sólo tienen fuerzas para criticar al Papa, el cristianismo, Israel, etc. Por que saben que nadie les hará nada.

El izquierdismo y los huérfanos de Stalin se han transformado en los lacayos del totalitarismo islamista.

El alcalde de Imola, Daniele Manca, de Izquierda Democrática, es incapaz de criticar a los islamistas de Estado Islámico que han decapitado y crucificado a ateos e izquierdistas en Irak y a los correligionarios que apoyan a aquellos criminales.

El alcalde de Imola, Daniele Manca, de Izquierda Democrática, no es el único que desvía la mirada. En España está entre otros Pablo Iglesias, el nuevo Mesías redentor de los izquierdistas que es incapaz de condenar los crímenes de Hamás y sólo sabe criticar a Israel por defenderse.

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