Por
lo que estamos viendo, leyendo y escuchando, pareciera que la virtud de la
castidad, ya pasó de moda. Que casi imposible de practicarla.
Al
parecer, por la galopante pornografía en el internet, la aparición del sexo
virtual por la cámara Web, la proliferación de las películas porno, etc., me
parece que sería muy difícil hablar hoy de la virtud de la castidad, no solo a
los jóvenes, sino también a los adultos y a los viejitos…
Tal
vez estamos olvidando que la sexualidad es nuestra mayor riqueza y nuestra real
definición, en cuanto al género: por ella somos hombres o mujeres. Es nuestra
primera definición. Además, por la finalidad primigenia de la humanidad, que es
la GENERACIÓN DE LA VIDA. En efecto, cada ser viviente es un VOLCAN DE VIDA.
Ya
desde los 11 años, hombres y mujeres, están aptos para engendrar y concebir la
vida. Los hombres empiezan a producir billones de espermatozoides y las mujeres
unos 200,00 óvulos. De estos, unos 200 llegan a madurar: ¡DOCIENTAS
POSIBILIDADES DE SER MADRES! Esta capacidad de fecundidad concluye para las
mujeres con la menopausia, y para los hombres con la andropausia – entre los 40
y 50 años -. Creo que esta realidad es la MEJOR RIQUEZA QUE TENEMOS: PURA VIDA.
Pero,
nos topamos con el lado oscuro de la realidad: todas estas propagandas de
pansexualismo, ¿qué buscan? Ciertamente, NO LA VIDA, SINO EL SEXO PLACER. Así
la APLASTAN. Y ¿qué decir de la industria que está detrás de todo esto?
Inclusive, ¿se puede justificar la propuesta de querer aprobar leyes que favorezcan
las relaciones sexuales entre adolescentes, carentes de toda responsabilidad
para engendrar y concebir la vida humana? La cuestión no es simplemente
INSTRIR, sino EDUCAR A LA SEXUALIDAD. Educar al dominio de lo instintivo, de
acuerdo a la responsabilidad adquirida para traer hijos al mundo.
Que
la INMACULADA CONCEPCION, nos ayude a entender la riqueza plena de la vida que
poseemos y a saberla administrar en el verdadero sentido humano.
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