viernes, 9 de septiembre de 2011

ALGUIEN NECESITA UN HOMBRO PARA LLORAR



Aquel que sufre no espera sólo nuestros consejos o nuestros buenos deseos.

Sencillamente necesita un hombro sobre el cual llorar, una mirada que preste atención y dos oídos dispuestos a escuchar.

Alguien, en definitiva, que traspase la estructura de las frases hechas y con su propia vida exprese: aquí estoy, te acompaño, puedes contar conmigo.

Muy cerca de ti quizás hay alguien que necesita solo un hombro para llorar.

Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo.

(Proverbios 16:24).

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