lunes, 19 de septiembre de 2011

NADA NI NADIE TE QUITE LA PAZ



¿Sabes cuando tienes que ignorar lo que otros digan de ti? ¿Sabes protegerte de lo que otros piensan y comentan sobre ti?, especialmente si son cosas injustas, especialmente cuando no hay proporción.

Cuando existe esa desproporción, es muy probable que los que de alguna manera te han hecho daño, estén proyectando contra tí sentimientos irracionales, estos es, que no tienen una justificación convincente.

¿Caes en la ciénaga de lo que los demás piensan de tí? Esperemos que no sea así, porque sino te puedes hacer esclavo de esta forma de telepatía, que es sufrir por lo que otros puedan decir. Deja que Dios defina quién eres, y no el juicio erroneo de los hombres, que aprovechan nuestros defectos de manera injusta, hasta dañar nuestra fama, a veces de forma irreparable.

¿Cómo entiendes la palabra ignorar”? ¿Suena rigurosa? ¿Dura? ¿Lo es?

Hace tiempo un sacerdote de Medjugorje uso esta palabra durante una charla sobre el perdón y la paz. El meditaba sobre la frecuencia con que ignoramos al enemigo interna o externamente, intencional o no intencionalmente. Incluía en esta charla la necesidad que tenemos en ocasiones de separarnos de lo que nos hace daño, de aquellos que buscan decirnos constantemente cómo debemos actuar, hasta conseguir oprimirnos.

¿Hay gente de este tipo en tu vida? ¿Tienes amigos, gente que trabaja contigo, o familiares que tienen una impresión equivocada de ti? ¿Conoces personas que quieren controlarte o hacerte a su manera, en definitiva, manejar tu vida en manera distinta al plan que Dios tiene para tí? ¿Sabes que lo hacen bajo apariencia de bien? Se excusan diciendo: lo hago por su bien, lo hago porque le quiero... y a veces.... en ambientes católicos, se invoca la moral que enseña la Iglesia, para aleccionarnos sobre lo que debemos hacer con nuestras vidas. La mayor parte de las veces cuando este aleccionar se hace asfixiante es porque el otro busca el egoismo propio, que se haga lo que le interesa etc...

Esto ocurre frecuentemente: Hay personas, ya sean amigos o a veces familiares, que quieren hacerte sentir culpable, como si quisieran consciente o inconscientemente infiltrarse en tu conciencia, para manipularte, haciendote sentir mal por no seguir sus dictados, por no ser como creen que debe ser un católico. Ese presionar te hace sentirte mal, acabas sintiendote mal por haber tomado decisiones que en el fondo no son ni buenas ni malas moralmente. Son opciones que se toman en la vida, y que como todas las elecciones, pueden salir bien o mal, pero que no pueden ser utilizadas para hacer un juicio moral sobre nuestra persona.

Pero oye esto: Si tu te sientes incomodo, si espiritualmente no te sientes a gusto (si tu interior está sin paz por este presión). No hagas caso de sus palabras y mucho menos de ese sentimiento indefinido de permanente culpabilidad que te crean, lo que buscan en realidad es manejarte, llevarte dónde su egoismo les dicta.

Recuerda que hay ciertas personas que significan prueba o disgusto en nuestras vidas, y que hay que escapar de su picadura rezando por ellos, y no entrando en su juego. Hay personas que te hacen sentir mal constantemente, porque creen que los has abandonado o porque sienten que algúna vez les has dañado o fallado.

Lo mejor que puedes hacer es alejarte, e ignorar lo que estén diciendo o pensando de tí. Aleja esa clase de mal de tu vida, porque te pueden llevar a situaciones de oscuridad, de tristeza. Tu puedes sentir los pensamientos, no dejes que ellos se adueñen de tí. No dejes que esta clase de pensamientos, se conviertan en una obesesión. Controla las obsesiones que hacen estragos o causan opresión, oye el sílbido de la serpiente en ellas.

Despídete de esas situaciones, limpía esos pensamientos de tu mente, reza intensamente. No te enfades, que nada ni nadie te quite la paz cuando esto ocurra, no des de comer a esos comentarios. Piensa con tu cabeza, no con la de otros.

Piensa que mucha gente tiene necesidad de oración porque en realidad no saben cómo rellenar algunos vacios que hay en la vida. Reza para que se llenen de Dios y reza para que sus vidas se llenen. Al mismo tiempo, no te separes de aquellos que te necesitan, que no te han dejado sólo en esos momentos difíciles. Dios será tu guía si te mantienes en la oración.

Lo que se siembra, se recoge, y lo que haces mal intencionadamente se vuelve contra tí. Esto es cierto no sólo para el amor, sino también para cuando se miente o o no se dice la verdad. Una forma de escudo contra estas situaciones que a todos nos ocurren en la vida, es la humildad. Si tu eres humilde, dice la Madre Teresa, nada de tocará. Repítelo a tí mismo frecuentemente: Seré humilde hoy.

¿Ha dicho alguién algo injusto contra tí? Sacúdete, sácate el polvo de tus zapatos. Rechazar esta forma de negatividad es prepararse para mejorar, para liberarse de lo negativo. Aprendelo como primer paso. Hay momentos en que necesitamos corrección, por supuesto, – y en humildad debemos aceptarla -, sin embargo esto es diferente a aceptar la negatividad, a beber veneno continuamente, cuando no hay razón para ello.

La negatividad, la forma negativa en que algunos te puedan mirar sin motivo, es la forma en que Satanás nos ata al desánimo, y esto lo debemos rechazar firmemente y arrancar de raíz. Cuánto más lo hagamos, mucho más claros y limpios nos sentiremos.

Ir hacía delante, el don’t worry be happy, se ha convertido en una frase tipo, pero no ha de entenderse en la manera en que se lleva a cabo. De lo que se trata es de rezar con el corazón para que se limpie lo que tiene que estar limpio y para que se repare cualquier cosa o cualquier persona que esté dañada, y después, efectivamente, seguir hacia delante con nuestras vidas, con lo que Dios quiere de nosotros.

Cuando hay gente que quiere estar más cerca de ti de lo que debe, de lo que es apropiado, tu espítiru te lo dirá porque padeceras situaciones injustas, que crean tensión, porque sentirás falta de felicidad y de tranquilidad en tu estado de ánimo. En esas circunstancias toda palabra, acción o gesto es analizado y re-analizado, mal interpretado una y otra vez. Estos síntomas son una señal de que se esperan cosas de ti que no se tienen el derecho a esperar. Usualmente se esperan cosas que no pueden esperarse en el nombre del amor. Llegan a exigirte conductas que dicen que son para tu bien. En realidad, no conocen su sitio con respecto a ti, ese es el problema y el origen de la frustración contigo.

Recuerdalo, el espíritu de control, de dominio del otro, el espíritu de manipular al otro para mis intereses, es el espíritu de las brujas. Hay que respetar el espacio vital de los demás. Antes que amar a una persona hay que respetar no sólo su espacio vital, sino el momento y circunstancias en que está en su vida. Y esto implica no criticar, no poner zancadillas a las decisiones de los demás que no entiendes, pero que no son malas moralmente. Se toman en el ámbito de la libertad que todo hijo de Dios tiene. Esto es el amor.

Ignora lo que es contrario a esto; pasa del malo, y del daño que quiere hacerte influyendo negativamente en otras personas. Deja de dar vueltas a lo que los demás digan porque no entienden las motivaciones de tu actuar. No te preocupes lo errado que pueda ser el pensamiento de los otros sobre ti (En muchos casos son los que han estado más cerca de tí). No te sumerjas en el ciclo de esos pensamientos. Ignora. Olvida las falsas acusaciones. Sal de ahí y mira hacia arriba. Reza antes de hacer nada, reza antes del deseo lógico de devolver el golpe. Eso es perdonar. Mira las cosas desde su lado. Deshazte de lo que está mal. (En el nombre de Jesus..).

Cuando hay un circulo de pensamientos negativos, tira hacia tu camino. Encontrarás libertad una vez que te deshagas de la forma en que los otros te ven. En el nombre de Jesus, no albergues sentimientos negativos sobre tu persona, si no hay nada de verdad en lo que comentan de ti. Sumergete en la oración con amor.

Insisto, si otros ven negativamente casi todo lo que haces, y te hacen daño de manera injusta o desproporcionada, ignora, y deja pasar la situación con oración. Perdónalos, no devuelvas lo mismo que has recibido. Este perdón no implica necesariamente, que la relación con esas personas vuelva a ser como antaño. A veces a pesar de nuestro perdón, la relación ha quedado seriamente dañada, se ha perdido la confianza en el otro, y es mejor separse o tomar otras distancias, para no seguir haciendose daño. Otra veces la separación es necesaria porque a pesar de nuestro perdón, el que nos hace daño no considera estar haciendonos un mal, ha sido un malentendido llegan a decir, y se sigue en esa actitud que tanto daño nos acarrea espiritual o físicamente.

Sí, creo que esto es lo que quería decir aquel sacerdote de Medjugorje, es lo que dice la Reina de la Paz ante situaciones que no podemos solucionar por nosotros mismos: Ora, Ora, Ora.


Luis Lopez-Cozar

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