jueves, 16 de septiembre de 2010

TU VALES MÁS DE LO QUE TE IMAGINAS

En una reunión, una de esas especiales por amor a Cristo y a nuestros semejantes, de los que están buscando el camino del Señor, donde Dios Espíritu Santo se mueve con mucho amor, se me vino a la mente algo que no puedo dejar de decir.

Se trataba en la reunión sobre el poco valor que nos damos, que nos dan nuestros hijos, nuestros padres, nuestros vecinos... que nos odian, que no nos entienden, etc., en otras palabras... queno servimos para nada”... “que estamos demás”.

Se me ocurrió un pequeño cuento que dice así:

San José – padre putativo de Jesús – era carpintero, y como tal, enseñó a Jesús el oficio cuando era pequeño. En Nazaret, donde vivió la Sagrada Familia, unos arqueólogos que intentaban localizar el lugar exacto de su casa, excavando encontraron una silletita de madera con un escrito en la parte posterior con una letra aparentemente de niño que decía: JESÚS.

Se corrieron las voces, y de todo el mundo se recibían ofertas millonarias para comprarla. ¿Se imaginan las altas ofertas, que, conforme pasaban los días se hacían más grandes? Claro, se trataba de una silletita de madera, que a pesar de no ser perfecta, estar media desarmada y malograda por el tiempo, era muy posible que Jesús la hubiera hecho con sus manitas santas.

Pregunté entonces a la audiencia:
-“¿Cuánto creen que podría costar esta silletita maltrecha supuestamente hecha por Jesús?”
Las respuestas no demoraron en llegar. Casi todas eran, de que no había oro en el mundo para poder pagar tremendo hallazgo.

Luego vino la pregunta mayor:
-“¿Sabemos nosotros lo que valemos? Nosotros que hemos sido creados por la mano de Dios ¿podríamos valer menos que una silletita sin vida y malograda por el tiempo, supuestamente hecha por Jesús?”

Traté de explicar que para Dios, nuestro Padre, cada uno de nosotros – sin duda alguna - es lo más grande que Él ha creado, pero... creo que estaba demás la explicación, porque todos habían comprendido, que no hay nada más valioso que cada uno de nosotros, que fuimos comprados con el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en la Santísima Cruz.

¿Creen ustedes, que valió la pena que Jesús muriera por cualquiera de nosotros? Si no valiéramos la pena, no se justificaba tremendo sacrificio y tanto derroche de amor, hasta dar su preciosa vida por nosotros, y sobre todo, que el Padre permitiera tamaño sacrificio, si no amara su creación.

¡Sí vales! ¡Sí eres lo más valioso e importante para Dios! ¿La prueba?: El sacrificio en la cruz por nosotros. ¡No te desperdicies... valórate! ¡Vales mucho más que una silletita”! ¡Jesús y María te aman!... ámate tú también.

José Miguel Pajares Clausen

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