lunes, 20 de septiembre de 2010

REGNUM CHRISTI


En el mes de mayo de este año, publiqué una glosa titulada Legionarios de Cristo.

Han pasado ya tres meses y pensé que la glosa había perdido actualidad y por lo tanto, había decaído el interés sobre el tema de los legionarios y este se habría sosegado, pero no ha sido así, está visto que el maligno y sus tontos útiles trabajan a destajo. En la estadística que me proporciona la redacción de Religión en libertad, veo que diariamente siguen entrando en la lectura de esta glosa, más o menos una docena de lectores. En cierto modo, esto no es de extrañar en glosas de contenido espiritual, porque ellas nunca pierden actualidad, hay glosas que escribí, hace ya más de un año y siguen frescas en su interés, pero en las glosas que se ocupan de temas de actualidad, sobre temas que están candentes en un determinado momento, no es lo normal. Por ello y dada la vinculación que media entre la orden de los Legionarios de Cristo y el movimiento Regnum Christi, he titulado esta glosa con la denominación de este movimiento eclesial, pues a ellos también les ha afectado el dolor de los hechos que todos conocemos.

Los movimientos eclesiales de la Iglesia católica, son todos muy modernos, los más viejos apenas tienen cien años, a todos ellos, les falta la solera que dan los santos ya canonizados en una orden religiosa, carecen una corriente de espiritualidad propia y consolidada y muchas veces, el sentido de la disciplina y de la obediencia en sus miembros, lo que da origen, a un sinfín de problemas de orden interno. Pero esto solo son pequeñas sombras, que no logran apagar la bella luz que muchos de estos movimientos generan para la gloria del Reino de Cristo y la limpieza de corazón de muchos de sus miembros. Los más importantes movimientos existentes en la actualidad, son: Los movimientos de Acción católica, el Movimiento familiar cristiano, Schoenstatt, Comunión y liberación, Regnum Christi, Focolares, Opus Dei, Renovación carismática, Cursillos de cristiandad, Camino neocatecumenal, Comunidad de San Egidio, y Lumen Dei, entre otros menos conocidos.

Vaya por delante, para que no se me ponga personalmente ninguna etiqueta, ya que no pertenezco a ningún movimiento eclesial, ni a Regnum Cristi, ni al Opus Dei, ni a ningún otro y a todos los quiero y los considero, a ellos y a sus miembros que son una importante parte del Cuerpo místico del Señor, y con esta especial consideración, a todos los amo, en el amor a Dios, tal como el Señor desea. E imitando al Señor, que más ama a los que más sufren, vaya también por delante mi especial amor y consideración a los miembros de la Orden de los Legionarios de Cristo, y a los miembros de Regnum Christi, que tanto sufrimiento e incomprensión han tenido que soportar.

Cuando salieron a la luz los lamentables hechos que tanto dolor han proporcionado a los miembros de estas dos congregaciones, lo primero que mi mente captó, de los abundantes escritos y artículos que se publicaron, fue el enfermizo rencor y encono, con que numerosas plumas empezaron a tirar piedras, no estando libres de culpa y a poner de manifiesto las motas de los ojos de estas dos congregaciones, por parte de quienes tenían sus ojos llenos de vigas de tal tamaño, que les impedían ver serenamente lo importante.

En muchos, no en el Papa naturalmente, el error al juzgar este tema ha consistido en pensar que estas dos congregaciones han sido la obra de un hombre, que a todos empezando por los miembros de estas dos congregaciones, nos ha defraudado. Craso error el creer que los franciscanos, por ejemplo, fueron la obra de San Francisco de Asís, este santo solo fue el instrumento que Dios escogió para crear la Orden de los Franciscanos, lo mismo que San Alfonso María Ligorio lo fue en la Orden de los Redentoristas. He escogido estos dos ejemplos a propósito, pues ambos santos fundadores en vida no terminaron muy bien con la orden por ellos fundada. Todo es obra de Dios y solo de él. Ese culto que muchos movimientos y órdenes religiosas prestan al fundador, es muchas veces excesivo e injustificado y puede dar origen a lo que desgraciadamente ha sucedido. Por ello me encantan los carmelitas, pues en los años de convivencia con ellos, jamás a ninguno de ellos, le he oído pronunciar el nombre del profeta Elías, que es en donde ellos, vinculan su historia. Desde luego que es humano ensalzar la figura del fundador, pero ello, como se ha demostrado puede ser nefasto. Por otro lado hasta los amantes del Carmelo, reconozco que tenemos todos, una especial predilección por Santa Teresa y San Juan de la Cruz, porque es bien patente que la fuerza y belleza de la espiritualidad carmelitana, a muchos incluidos algunos de estos movimientos reseñados, los ha cautivado. Pero este amor a la espiritualidad carmelitana, al menos a mí y creo que a todos, no nos cierra los ojos para ver que solo el Señor es el que está detrás de todo. El culto especial al fundador yo lo veo, como algo muy negativo y peligroso, solo Dios es el Creador de todo lo visible y lo invisible. Cuando Santa Teresa de Jesús, fue nombrada priora del convento de la Encarnación en Ávila, en una situación delicada y compleja, cuando tomó posesión del cargo, se sentó al lado del sillón de la presidencia, dejando vacío este sillón y haciéndoles ver a toda la comunidad, que solo el Señor y nadie más que Él era el Prior y ella solo era un mero instrumento.

He sufrido mucho, con todos los que siendo amantes de la Legión de Cristo y del Regnum Christi, han sido injustamente atacados y vilipendiados, por bocas y plumas de marcada inspiración diabólica. He oído el clamor de aquellos que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, pedían la disolución de estas dos congregaciones, como si una obra levantada por el Señor se pudiese destrozar, para así evitar el mucho bien que ambas han realizado. Me han conmovido los comentarios de agradecimiento que he recibido, por parte de las inocentes víctimas indirectas creadas por este asunto y que han sido muchas, aunque todos los atacantes han puesto más su énfasis, en unas pocas víctimas directas, de la deplorable conducta de un hombre, pero les han importado un comino, las victimas indirectas, que esta conducta ha originado y encima muchas veces acusan a estas víctimas de ser culpables por haber guardado silencio de unos hechos, que nadie ha sido capaz de probar que dentro de la orden fuesen conocidos. Se rasgan las vestiduras, por unos casos de pederastias, desgraciadamente realizados por un hombre que con su conducta, debería de haber sido ejemplo a seguir; pero no dicen ni pío, cuando se promulgan leyes que fomentan la homosexualidad y el lesbianismo y además alimentan la práctica de estas aberraciones desde las escuelas. Por no decir nada acerca de los miles de crímenes que por razón del aborto anualmente se comenten.

Me ratifico aquí en lo que ya dije en la glosa que publiqué con el título de Legionariso de Cristo.

San Alfonso María de Ligorio, fundador de los Redentoristas decía, que cuando el demonio atacaba despiadadamente, era porque lo que se estaba haciendo le molestaba mucho, y para mayor gloria de los Legionarios de Cristo, es indudable que su labor le molesta mucho al demonio, por ello que nadie se deprima en la Legión”. Ni tampoco entre los miembros de “Regnum Christi”.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Juan del Carmelo

2 comentarios:

Beatriz Limón dijo...

Hermano José:

Una vez más, GRACIAS. Sus palabras consuelan mucho, sobre todo después de tantas y tantas piedras que nos avientan y que duelen...duelen mucho porque muchas veces vienen de familiares o de "amigos".
Que Nuestro Señor lo biendiga siempre y le pido nos encomiende.

Beatriz Limón

Hermano José dijo...

GRACIAS POR TU COMENTARIO.... YA TE PUSE EN ORACIÓN.
BENDICIONES POR CASA