domingo, 19 de septiembre de 2010

TÍTULOS, TÍTULOS, TÍTULOS.


¡Buenos días!.... vengo por el aviso. ¡Su título por favor!

Siempre lo mismo, no consigues trabajo porque no tienes título. ¿Sabes lo que hacen algunos?, pues mienten, se consiguen un título falso y... listo. Esto, por supuesto, es ir contra la integridad moral de las personas que confían en los que tienen títulos, pero sucede muy a menudo. Estamos en una época en que todo es falso menos Dios Nuestro Señor que está fuera de época.

Pero esto no sólo acontece en la vida comercial ordinaria, también sucede al otro lado de la medalla. Para muestra un botón. Fui llevando la Palabra a un Asentamiento Humano y el Párroco de esa zona me exigió mi Currículo. ¿Se habrá olvidado este párroco lo que aprendió en el seminario sobre los santos? Solamente algunos teólogos santos tuvieron título, inclusive el santo de su parroquia nunca tuvo un título.

No estoy diciendo que soy un santo, aunque le pido a Dios que me ayude a intentarlo antes morir para no morir. Que todos se enteren que Dios Espíritu Santo sólo te da un título: Hijo de Dios. “Por sus obras los conoceréis”... dice el Señor. Tus obras son tu título.

Se dice que la crítica debe ser siempre constructiva y que es necesaria para corregir errores. Se trata de jugar con la Vida Eterna de los católicos hambrientos de la Palabra que no llega a quienes debería llegar. ¿Se trata de atar al Espíritu Santo? ¡CUIDADO SACERDOTES CELOSOS DE LOS LAICOS!

Vamos hermanos de todos los Grupos de Oración, hagamos lo que nuestro Papa nos pide: Evangelizar. Dios te necesita para cumplir con su Plan de Salvación”. Obedece primero a tu corazón, a tu conciencia cristiana y a tu sacerdote si no es intransigente y celoso, recuerda que también son humanos y cometen errores... algún día comprobarás si tu decisión fue acertada o no.

TEMOR DE DIOS
No confundas temor con obediencia. El Temor de Dios es el temor a ofenderlo... no tiene que ver nada con tenerle miedo. Yo por mi parte me quedo con el título que recibí de Dios Espíritu Santo cuando me bautizaron: SACERDOTE, PROFETA Y REY. Créeme que no existe en el mundo mayor título que este. Úsalo siempre que desees que se abran las puertas del Corazón de Jesús.

Señor, te pido que se acaben las catacumbas para todos aquellos laicos que quieren trabajar para ti, y que la Iglesia, a través de sus sacerdotes, abra más su corazón a los que verdaderamente te aman y quieren contribuir a la extensión de tu Reino. Amén.
José Miguel Pajares Clausen

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