domingo, 19 de septiembre de 2010

SANACIÓN - ENTREMOS EN SANACIÓN


Los mandamientos de la sanación:
1.- Dios quiere que todos sean sanados.
2.- Recibimos los Sacramentos para ser sanados.
3.- Orarán por los enfermos, lo más posible.
4.- Confiar en el amor de Dios, para sanar enfermos.
5.- Poner las manos encima de los enfermos.
6.- Entregar su vida en las manos del Señor.
7.- Perdonar a los que te han ofendido.
8.- Sanarás a tu prójimo.
9.- Creerás en las Palabras de Jesús: Pedid y recibid.
10.- Alabaré al Señor y le daré gracias por su amor.

-Dios quiere que todos sean sanados. El Señor ha venido a salvarnos de cualquier tipo de maldad, y Él nos da su medicina en los Sacramentos. Por ejemplo: En el Bautismo se da el exorcismo. El confiar en este Sacramento es algo muy poderoso y sanador para el bautizado y volver en su presente a la fuerza de la luz y gracia de su Bautismo. Encontramos la autoridad de Cristo para quitar y eliminar cualquier maldición o cosa mala sobre tal o cual persona, por las que estamos haciendo oración de sanación.

Cuando hacemos oración a una familia que ha recibido una amenaza o maldición, es muy raro que pensemos en ese poder del exorcismo de su bautismo. Ese poder es una gran dimensión de fuerza y ayuda. Hay que pedir sanación por la familia.

-No hay que preocuparse del don de sanación. Si oras, ya eres un canal de salud, paz y amor para el enfermo. Lo más alto de un cristiano confirmado es cuando reza por una persona testificando al Señor. Nuestra oración por el Espíritu en el Nombre de Jesús, es algo muy grande y sin tener miedo. Se puede rezar por teléfono, internet, o por cualquier otro medio de comunicación, como si fuera cara a cara.

Personalmente hemos pedido a través de cámara web por enfermos en otros países y se han sanado, igualmente ha habido Descansos Espirituales por teléfono... por supuesto con otras personas al lado que los asistían. En estos casos de sanación a distancia es importante que la persona esté preparada espiritualmente antes de la sanación: confesión y comunión, y mucha fe en Dios que lo va a sanar, física o espiritualmente. El seguir las indicaciones previas es necesario para que todo funcione. De hecho que esto no se hace el mismo día, sino hasta que la persona esté preparada adecuadamente y con la asistencia necesaria en ambas partes... hermanos de mi grupo apoyándome y gente cercana al enfermo orando por él.

-Pongo la mano en la persona y rezo por ella. Funciona de un modo y del otro. Se debe integrar la oración en nuestra vida y es precisamente ella por la gracia del Señor la que nos abre esos abismos de confianza y luz en nuestra fe, y hace maravillosos los resultados del orar por alguien que está enfermo o necesita el consuelo de la misma. Si puedes orar, puedes sanar.

-La Eucaristía. Cuando viene el Señor te trae la plenitud de la sanación. Toda oración de sanar parte de nuestro centro y base que es la Misa diaria, el ágape con Jesús El Señor. Como servicio de sanación el perdonar es lo más importante; empecemos la Misa con el Rito del Perdón. Confesamos nuestros pecados y perdonamos a los otros. Jesús lo decía: Ve y reconcíliate.... El Rito de Penitencia es de perdón.

-Luego entramos en el Gloria que es la parte que cantamos al Señor, le invocamos y alabamos, y es precisamente la alabanza el mandamiento clave de sanación. Mucha gente se ha sanado solamente cambiando su oración de petición por la de alabanza. Nosotros crecemos en la sanación, haciendo esa oración de alabanza al Señor y de intercesión para nosotros o los hermanos. En la oración no hay perdedores.

-Proclamar la Palabra. Es la sanación en la Palabra de Dios. Unos leen y el Señor les ha dado el descifrar y entender lo que leyeron y proclaman ellos mismos en su vida que fueron sanados.

-Oración de los fieles. Son muy poderosas. Al enfocar a una sola persona se descubre el poder, al recibir la oración de todos los demás.

-Ofertorio. Nos ofrecemos a nosotros mismos con los dones. Es una donación de uno al Señor, y Él se entrega a ti. Hay muchos movimientos del Espíritu y es un ingreso de poder de sanación.

-Consagración. Es el corazón de la Misa.

-El Padrenuestro. Líbranos del mal y de cualquier otro tipo de maldad.

-La Paz. Es la oración sacerdotal de Cristo, que debe lograr algo. La oración de paz es sanación y comunión, son de descanso Señor no soy digno...” es sanación, pero si es que hemos creído de verdad. Un tiempo hermoso de acción de gracias.

-Silencio. Recibimos la Eucaristía en comunión desde la sanación y se espera ser tocado por el Señor. En la comunión entra Jesús enterito a tu corazón si lo tienes limpio. Es el acto más sublime de la Misa. ¿Te imaginas a Jesús en tu corazón?... ya te estás sanando.

-Hay que rezar por los enfermos lo más posible. La gente se da por vencida muy pronto. Puede ocurrir que al orar por un enfermo, los resultados, como la medicina, demoren su efecto, pero creemos que ella actúa, que ha comenzado con nuestra oración humilde y confiada en Jesús El Señor”, y que habrá más y más sanación. Si se abandona la petición o rezamos poco, empezamos a buscar otras fuentes de sanación, con el consiguiente recorrido por los médicos u otras cosas que sabemos que no son del Señor. Jesús habla de perseverancia, hay que seguir orando, recen por los enfermos lo más posible, y aunque participen médicos, medicinas... oren sin cesar por esa sanación.

-Hay que confiar en el amor de Dios para sanar enfermos. Se trata de la fe de la persona, ya que una vez que confía en la sanación surge la dificultad de creer que su fe no es suficiente y no merece o pedir o recibir dicha sanación. Como creyentes podemos imponer manos en enfermos y sanarlos en el Nombre de Jesús. La sanación es un don carismático y sirve para tratar y sanar a los otros. Como todo don, se recibe gratuitamente de parte de Nuestro Señor, e igualmente se da a los otros.

-Es el poder de la imposición de manos. El tocar es un gesto instintivo y Jesús tocaba a la gente y dijo a sus discípulos que hiciesen lo mismo.

Recuerden que Jesús dijo pongan manos, no dijo pasen huevo, cuy, gallina negra, etc., sólo pongan manos en mi Nombre.

Jesús dice: Sin mí nada podéis hacer. La mayoría se cree con poderes y sólo quien cambia a las personas es El Señor”, y cuanto más nos entreguemos a Él, más podrá trabajar Él en nosotros, ya que su amor pasa a través de nosotros. Nadie podrá mantener un Ministerio de Sanación y actuar en él, sin la oración diaria de por lo menos una hora en el caso de laicos y dos horas en el caso de sacerdotes.

Por la oración mental, hablas al Señor en tu corazón. Tú y Jesús de corazón a Corazón. El poder viene por la oración. En el Ministerio de Sanación, como atrae gente al Señor, es muy fácil caer en el orgullo y empieza a abandonar la oración. Cuando esto sucede hay que ir donde su director espiritual para entregar cuentas, pues te estás corrompiendo. El que sana es Jesús... no nosotros. Esto debe quedar bien claro en nuestra mente y nuestro corazón. Muchos vienen a agradecerte por haberlos sanado, la respuesta deberá ser inmediata: El que sana es el Señor... a Él dale las gracias, anda a su casa o sea a Misa y agradécele.

Lo importante no es un Ministerio de Sanación, ni el idealizar a una persona, lo más importante es su relación con El Señor. Cuanto más tiempo con El Señor”... mejor.

En toda sanación se distinguen cuatro factores, lo que implica que es complicada:
1.- Una persona orando por un enfermo.
2.- Un enfermo paciente. Se ora por él con una oración, pero hay que saber por qué orar: es como el historial médico que se usa.
3.- Se dice la oración adecuada. Si se reza por sanación física y el mal no es físico, quizás no logre nada porque debe ser oración por sanación interna y no recibe nada porque debería haberse hecho una liberación.
4.- Una comunidad reza. El rezo en grupo es lo mejor que puede suceder.

Jesús cura y nos enseña y manda hacerlo, porque enseña la necesidad de amar y perdonar: las bases de la sanación. ¿Hay que perdonar setenta veces siete?, como preguntara Pedro, y la respuesta es: siempre, en cada minuto tu perdona dos veces...

-Pedid y recibiréis. Jesús predica y sana, impone manos, unge al enfermo... son palabras respaldadas por la verdad. Si nosotros hacemos lo que El Señornos pide, tendremos sanación. Creamos en la Palabra de Jesús.

Alaba al Señor y espera en su poder. La alabanza es poderosa. Alaba al Señor en cada situación, mientras y después de orar por un enfermo.

Jesús nos dice: He venido para que tengáis vida y la tengáis en abundancia

Nota: Esta publicación es a pedido de muchos que envían sus correos diciéndome que sienten que El Señorlos ha tocados y me preguntan cómo deben hacer para convertirse en instrumentos suyos. Lo que deben de hacer es acercarse a su parroquia y vincularse con algún grupo carismático... allí Dios Espíritu Santo les hará sentir para que son buenos en el Señor. En el caso de los que viven en Lima-Perú, pueden acercarse los viernes a nuestras reuniones de sanación... la dirección está en mi blog. Pronto empezaré el taller de sanación de este año. En este taller no sólo asisten los nuevos, sino los que ya han recibido sus dones para reforzarlos y que aprendan más. También les recuerdo que la cantidad de personas asistentes es limitada y la colaboración es de sólo 10 soles... es posible que sean cuatro domingos en las tardes, como lo he venido haciendo todos estos años. En octubre cumplimos 23 años de servir al Señor en el Ministerio de Sanación.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos Sí Señor
José Miguel Pajares Clausen

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena tarde Hermano Jose, Gracias por esta valiosa información,nos servira de mucho, le saludo desde Guatemala,tenemos un pequeño grupo familiar, en donde cada sabado nos reunimos para conocer mas de nuestro Señor Jesus,y sobre todo para poder proclamar su amor en donde nos encontremos.Aunque no es facil, seguimos en la lucha.Por favor incluyanos en su proxima oracion, Que Dios y Nuestra Madre les Bendiga.
Familia Tique