martes, 25 de mayo de 2010

YA LO CREO QUE DIOS HABLA


Me iba a poner a escribir, pero me reclama Dios, no puedo decirlo de otra manera (y no me lo invento).

-“¿Te olvidas de mí? ¿No Soy Yo Lo Primero en tu día?”
-“Lo eres, lo eres, perdóname. Cualquier cosa me parece más importante. No aprendo Dios mío, no aprendo. Ten piedad de mí
-“Soy Yo el que importa, el que vive en ti, el que te espera. ¿No sientes en tu alma Mi Presencia, la urgencia que tengo de tu amor? Quisiera que fueras más mío, que me lo entregaras todo
-“Señor, aunque en diez minutos me olvide de Ti, quiero entregártelo todo, quiero entregarte hasta mi propio olvido si es posible. Toda mi vida es Tuya, ya lo sabes. ¿Qué harás con ella?”
-“Hijo mío, no deseo otra cosa que estar contigo; por favor no Me apartes de ti, cuéntame en tu oración lo más íntimo de ti, y Yo te transformaré en Mí y haré de tu alma un espléndido jardín donde acudiré a descansar
-“Mira Jesús, mira cómo sale el sol; es Tu bendición al mundo. Te ofrezco toda esa belleza, y te ofrezco los versos de los poetas que ahora estarán escribiendo una parte del brillo de esa Luz…”
-“Hijo mío, ¿me quieres de verdad?”.
-“Sabes que sí, sabes que no soy ningún santo, pero te quiero, y quisiera quererte más si me ayudas
-“Son muchos los que no Me quieren, los que Me flagelan todavía y Me insultan y se ríen. También son muchos los que dicen que Me quieren con la boca pero su alma está lejos de Mí”.
-“Yo también me porto mal, me conoces de sobra, no soy ningún buen ejemplo para nadie, me da vergüenza. Ahora mismo, mientras me hablas Jesús mío - yo sé que eres Tú - estoy pensando en lo que tengo que escribir y leer, estoy pensando en la declaración de hacienda, estoy pensando en las notas de Jaime, estoy pensando en mi padre que vive solo...”
-“¿Crees que no conozco esos pensamientos? ¿Crees que no te miro cuando lees y que no te escucho cuando me pides por las almas de los escritores y artistas? ¿Crees que Jaime es más hijo tuyo que Mío? ¿Crees que no estoy con tu padre, al que cuido con toda Mi ternura? Me ocupo de ti y de tu corazón. Nunca me cansaré de llamarte hijo, hijo mío
-“No sé qué decirte Dios mío. Darte las gracias ¡es tan poco!”
-“Pues Yo quiero que Me lo digas más veces, que no te canses nunca.
Guillermo Urbizu

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