El P. Felipe Santos reflexiona sobre nuestra capacidad para pronunciar palabras de fe.
Por: Felipe Santos, SDB | Fuente:
“Si alguno quiere amar la vida y ver días felices, que
preserve su lengua del mal y sus labios de palabras engañosas” (1Pedro
3,10)
LA BIBLIA TE ENSEÑA QUE ELIJAS TUS PALABRAS CON SABIDURÍA
Y PRUDENCIA.
En realidad, la palabra de Dios afirma que la vida y la muerte residen en el
poder de la lengua. Por eso necesitas vigilar todo cuanto dices cada día. Tus
palabras pueden tener una influencia positiva y contagiosa, animadora, o “negativa” y descorazonadora. ¡Tenlo en cuenta!
No te quepa duda que es más fácil apestar o ser negativo, cuando las cosas no
te van como lo deseas. Y ante esta realidad, ¿qué? Pues
ante todo cuanto te suceda, Dios te llama a que pronuncies palabras que
fortalezcan y levanten el ánimo a los demás, empezando por ti mismo.
Hoy, descubre un nuevo sentimiento de alegría. ¿Cómo?
¡Vamos! Mírate bien. Tienes capacidades para pronunciar palabras de fe y
de victoria con tu vida y en el mundo que te rodea.
UNA ORACIÓN PARA HOY:
Padre, gracias por las
palabras alentadoras que me diriges. Concédeme la fuerza diaria para que
pronuncie palabras de entusiasmo y no dejar nunca que ninguna palabra malsana
salga de mi boca. En el nombre de Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario