Parece que las niñas vieron el Aviso, junto con el Castigo, en las inolvidables “noches de los gritos”, vividas en el mes de junio de 1962, de la que se habla más adelante, al explicar el Castigo.
En aquella primera noche del 19
de junio, según declaraciones posteriores del esposo de Jacinta a la revista
neoyorkina “Needles”, en su número de
febrero de 1978, los gritos de Jacinta y Mari Loli fueron especialmente a
propósito del Aviso. Y la noche siguiente fue cuando ellas dos y Conchita
tuvieron las visiones sobre el Castigo.
“A pesar de que
seguíamos viendo a la Virgen –la ‘noche de los gritos’–, empezamos a ver
también una gran multitud de gente, que sufría mucho y gritaba con la mayor
angustia... La Santísima Virgen explicó que aquella gran tribulación –que no
será aún el Castigo– vendría porque llegaría un momento en que la Iglesia daría
la impresión de estar a punto de perecer...; pasaría por una terrible prueba.
Nosotras preguntamos a la Virgen cómo se llamaría a esa prueba, y Ella nos dijo
que ‘comunismo”. Después les hizo ver el Castigo.
Se trata ahora de exponer lo que las videntes han
dicho sobre este asunto:
En primer lugar, aclaran que el
mundo no está preparado para recibir una gracia tan grande como es el Milagro y
por esta causa Dios va a enviar el Aviso a todos y cada uno de nosotros para
prepararnos. El Aviso viene para purificarnos y ponernos en condiciones para el
día del Milagro, como decía la Virgen María: a
los buenos para acercarlos más a Dios, a los malos para advertirles que ya
viene el fin de los tiempos. También
como advertencia de los terribles sucesos que se avecinan para el mundo,
especialmente si después del Milagro el mundo no cambia. Existen una serie de
entrevistas de la BBC de Londres y de otros medios de comunicación que se hicieron
a las videntes en los años posteriores a las apariciones. Resumimos sus
respuestas.
El Aviso será un acontecimiento
cósmico luminoso que afectará a toda la humanidad. Dice Conchita en una
entrevista (febrero 1977): “(Dios) me dijo
en qué consistiría el Aviso, pero no la fecha. Es un fenómeno que será visto y
sentido en todas partes del mundo: siempre pongo como ejemplo dos estrellas que
chocan entre sí. Este fenómeno no producirá daño físico pero sí nos espantará
porque en ese preciso instante veremos nuestras almas y el daño que hemos
hecho”. Muchos tendrán
miedo. Y en otra entrevista (noviembre 1965) señaló: “La Santísima Virgen me ha dicho el nombre del fenómeno.
Ese nombre existe en el diccionario y empieza por ‘a’. Pero Ella no me ha dicho
que lo diga o que lo calle”.
Asociado a esa luminosidad parece
que habrá también una oscuridad total en la tierra durante un tiempo. Este
fenómeno no corresponde a los tres días de oscuridad de los que habla el Padre
Pío en su testamento.
Aunque el acontecimiento sea una
catástrofe natural de gran magnitud, “el Aviso es
algo que viene directamente de Dios. Se podrá ver en todo el mundo, donde
quiera que uno se encuentre, y también lo sentiremos interiormente”
(Conchita, noviembre 1965). Por eso, no se producirá ninguna muerte directa
como consecuencia del Aviso. Puede producirse alguna muerte a causa de un shock
causado por la fuerte impresión del acontecimiento cósmico o por conocer el
estado interior de nuestra alma. Así lo dice Conchita (febrero 1977): “Será como si estuviéramos agonizando, pero no moriremos
por sus efectos, aunque sí es posible que muramos de miedo o por la impresión
de vernos a nosotros mismos”.
Junto con ese acontecimiento,
cada uno verá interiormente su conciencia y el estado de su propia alma tal
como lo ve Dios, en una especie de juicio particular en vida. Será fruto de la
misericordia de Dios, pues nos permitirá arrepentirnos de nuestros pecados,
convertirnos, cambiar de vida y hacer penitencia, y así prepararnos para el
gran Milagro. “El Aviso es como una
purificación para prepararse para el Milagro” (Conchita, noviembre
1965). No veremos nuestras buenas acciones
sino que “será sólo un aviso para ver las consecuencias de nuestros pecados.
Será también como una purificación antes del Milagro para ver si con el Aviso y
el Milagro nos convertimos” (Conchita, 1973).
Será una recapitulación de todos
nuestros pecados y del juicio que merecen, tanto para los creyentes como para
los no creyentes, incluidos los niños. Cada uno se encontrará completamente
solo con su conciencia y ante Dios, con independencia de donde se encuentre en
ese momento. “Parecerá como si el mundo se
hubiera detenido, pero nadie será consciente de eso porque todos estarán
completamente ensimismados y viviendo su propia experiencia” (Mari
Loli, septiembre, 1978). No habrá ruidos que acompañen al Aviso. “Como yo lo vi entonces, era más bien como un enorme
silencio, como una sensación de vacío. Todo estaba muy silencioso” (Mari Loli, julio 1975). “Es también una
especie de catástrofe. Hará que pensemos en los muertos, es decir, que
preferiremos estar muertos antes que experimentar la vivencia del Aviso. El
Aviso será terrible, mil veces peor que los terremotos. Será como el fuego. No
quemará nuestra carne, pero se sentirá dentro y fuera del cuerpo” (Conchita,
noviembre 1965).
Esta experiencia interior será
distinta para cada uno, y no durará mucho, aunque puedan parecer horas. “Nunca he dicho que el Aviso dure sólo un instante. Lo
que he dicho es que aunque sea solo un momento, será muy impresionante y
terrible” (Conchita, febrero
1977). “Todos sentiremos de distinto modo
porque dependerá de la conciencia de cada uno. El Aviso será muy personal; por
ello todos reaccionarán de distinto modo. Lo más importante ha de ser reconocer
nuestros propios pecados y sus funestas consecuencias. Tendrás una visión del
Aviso distinta de la mía, porque tus pecados son distintos a los míos” (Conchita,
1973).
Este Aviso será una corrección de
la conciencia del mundo y un anuncio del fin de los tiempos, pero no del fin
del mundo184. “La Virgen nos dijo que el
Aviso y el Milagro serán las últimas advertencias o acontecimientos públicos
que nos dará Dios. También dijo la Virgen que después del Papa que acababa de
fallecer en ese momento, sólo quedaban tres Papas y luego vendría el Fin de los
Tiempos. Es decir, el Aviso es como un anuncio del Fin de los Tiempos” (Conchita,
febrero 1977). “Lo más importante de ese
día es que todas las personas en el mundo verán una señal, una gracia o castigo
en el interior de sí mismos, en otras palabras, un Aviso” (Conchita,
1973).
“EL QUE TENGA OÍDOS
PARA OIR, QUE OÍGA”
Isabella Remigio
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