Un profeta es siempre una persona non grata.
En
un profeta autentico todo acusa: sus palabras, su
silencio y su vida.
Por
eso, un profeta es siempre candidato a víctima.
Todos
los profetas, desde Juan el Bautista, son víctimas del dominio del instinto
sobre la razón, del poder del dinero sobre la pobreza, de la razón de la fuerza
sobre la fuerza de la razón.
Emerson
había escrito: «El que quiera ser hombre debe ser
inconformista»
No hay comentarios:
Publicar un comentario