Los obispos de Australia entregaron al gobierno federal las observaciones del Vaticano a las 12 recomendaciones realizadas por la Royal Commission, tras el reporte que esta publicó en 2017 sobre abusos sexuales en instituciones del país. En su texto, la Santa Sede defendió el secreto de confesión y reiteró que este es inviolable.
La Royal Commission tuvo como tarea
investigar acusaciones de abusos sexuales contra menores hasta 2017. Tras su
labor emitió más de 100 recomendaciones.
“La Santa Sede afirma una vez más su absoluta
determinación para confrontar y erradicar el abuso de menores y personas
vulnerables, donde sea que ocurran en la Iglesia”, indican las observaciones de la Santa Sede con fecha 26 de febrero.
Las observaciones del Vaticano, en las que se destaca que “el Papa ha buscado promover reformas y vigilancia a todo
nivel en la Iglesia”, fueron entregadas a los obispos de Australia que a
su vez las dieron al fiscal general australiano, y sobre la cual emitieron una
declaración el 4 de septiembre.
Dos recomendaciones de la Royal Commission son
que se clarifique si “la información recibida de un
menor durante el sacramento de la reconciliación que ha sufrido abuso sexual
está protegida por el secreto de confesión” y si “a una persona que se confiesa, en el sacramento de la reconciliación,
de haber abusado de un menor, se le puede no otorgar la absolución hasta que lo
reporte a las autoridades civiles”.
La Santa Sede respondió que una nota de la
Penitenciaría Apostólica del 29 de junio de 2019 sobre el foro interno, reafirmó la inviolabilidad del secreto de
confesión “y entregó indicaciones útiles para
llegar a una respuesta considerada a las preguntas formuladas”. Se
observó que el secreto de confesión incluye todos los pecados conocidos en la
confesión, del penitente y de otros.
La Santa Sede agregó que esta es “la duradera
y constante enseñanza de la Iglesia sobre la inviolabilidad del sigilo
sacramental, como algo exigido por la naturaleza del mismo sacramento y así se
deriva de la ley divina”.
Asimismo indicó que el confesor “ciertamente
puede, y de hecho en algunos casos debe alentar a la víctima a buscar ayuda
fuera del confesionario o, cuando sea apropiado, reportar el abuso a las
autoridades”.
Respecto a la absolución, la Santa Sede citó el derecho canónico y
destacó que “el confesor debe determinar que el
fiel que confiesa sus pecados está verdaderamente arrepentido de ellos y que
tiene un propósito de enmienda. Dado que el arrepentimiento está, de hecho, en
el corazón de este sacramento, la absolución puede negarse solo si el confesor
concluye que el penitente carece de la necesaria contrición. Entonces, la
absolución no puede condicionarse a las futuras acciones en el fuero externo”.
El Vaticano indicó que “el confesionario
proporciona una oportunidad –tal vez la única– para que los que han cometido
abuso sexual lo admitan. En ese momento la posibilidad se presenta para que el
confesor aconseje y de hecho amoneste al penitente, urgiéndolo a la contrición,
la enmienda de la vida y la restauración de la justicia. Sin embargo, si se
convirtiera en una práctica que los confesores denuncien a los que confiesan
abuso sexual infantil, ningún penitente de estos se acercaría al sacramento y
se perdería una preciosa oportunidad para el arrepentimiento y la reforma”.
La Santa Sede también señaló que “es de
fundamental importancia que los programas de formación para los confesores
incluyan un detallado análisis de las normas de la Iglesia, incluyendo la ‘Nota’
de la Penitenciaría Apostólica, junto con ejemplos prácticos para instruir a
sacerdotes respecto a cuestiones y situaciones difíciles que pueden surgir.
Estas pueden incluir, por ejemplo, principios para el tipo de diálogo que un
confesor debe tener con una persona joven que ha sido abusada o que parece
vulnerable al abuso, así como con cualquiera que confiese haber abusado de un
menor”.
Los fiscales generales del gobierno federal australiano y de los
gobiernos estatales acordaron en noviembre de 2019 una serie de estándares para
denunciar abusos y que exigen a los sacerdotes violar el secreto de confesión o
las normas obligatorias de Australia para denunciar abusos.
Además, los sacerdotes no podrían usar la defensa de las comunicaciones
privilegiadas en el secreto de confesión para evitar dar evidencia contra un
tercero en procesos civiles o penales. Victoria, Tasmania, Australia del Sur y
el Territorio de la Capital Australiana ya han adoptado leyes obligando a los
sacerdotes a violar el secreto de confesión; algo que no ha sucedido en Nueva
Gales del Sur, Queensland y Australia Occidental.
Considerando otras recomendaciones de la Royal
Commission, la Santa Sede estuvo de acuerdo en que “al tema de la seguridad de los niños se le dé la debida
consideración en el proceso” de nombrar obispos, y destacó que se ha
hecho algunas sugerencias en los años recientes, particularmente a través del
motu proprio Vos estis lux
mundi (Vosotros sois la luz del mundo), que el Papa
Francisco publicó en 2019.
Entre las recomendaciones está el rechazo en retrospectiva del estatuto
de limitaciones sobre el proceso canónico de los delitos de abuso sexual. La
Santa Sede remarcó que el estatuto de limitaciones se incrementó y que la
Congregación para la Doctrina de la Fe puede derogarlo dependiendo del caso.
El Vaticano observó que “el abuso sexual de
menores es un crimen en la ley civil y canónica. La responsabilidad civil y
penal de los individuos que perpetran ese crimen es un tema para las leyes del
estado donde este se comete. Centrados en el aspecto eclesial del delito, el
derecho canónico busca castigar al perpetrador por el grave daño que ha causado
y proteger al fiel ante un daño mayor. Al mismo tiempo, no puede ser
indiferente a la conversión del pecador, ya que tiene el objetivo fundamental
de la salvación de las almas”.
La Santa Sede también recordó la importancia de la presunción de
inocencia y la necesidad de que un juez tenga certeza moral para llegar a una
decisión.
Otra recomendación de la Royal Commission rechazada por el Vaticano fue
la que tiene que ver con el celibato voluntario de los sacerdotes.
La Santa Sede indicó que “desea enfatizar el
gran valor del celibato y alertar ante su reducción a una mera consideración
práctica. De hecho, cabe recordar que la práctica del celibato sacerdotal tiene
un origen muy antiguo, que se desarrolló a imitación del estilo de vida elegido
por el mismo Jesucristo y que no puede entenderse fuera de la lógica de la fe y
la opción de vida dedicada a Dios”.
“Respecto a cualquier afirmación sobre un nexo
entre el celibato y el abuso sexual, vasta evidencia demuestra que no existe
una relación de causa – efecto. Tristemente, el espectro del abuso aparece en
todos los sectores y tipos de sociedad, y se encuentra también en culturas
donde el celibato es poco conocido o practicado”.
Mons. Mark Coleridge, Arzobispo de Brisbane y presidente de la Conferencia
Episcopal Australiana, indicó que “los obispos
estamos dispuestos a apoyar el diálogo actual sobre políticas, prácticas y
protocolos que aseguren que los niños y otras personas en riesgo están seguras
en nuestras comunidades. Eso está en el espíritu de las observaciones que han
sido publicadas”.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI
Prensa
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