Dos hombres de Florida buscados en Estados Unidos por cargos de vender ilegalmente una sustancia química tóxica como cura milagrosa para el nuevo coronavirus y otras enfermedades fueron arrestados por las autoridades colombianas, según ha publicado Univisión.
La Fiscalía General de
Colombia informó el pasado 11 de agosto de que Mark
Grenon y Joseph Grenon (padre
e hijo) fueron detenidos en la localidad costera de Santa Marta, y que los
individuos estaban enviando desde ahí su “solución mineral milagrosa” (MMS) —que en realidad era dióxido de cloro— a
clientes de Estados Unidos, Colombia y África.
Señaló también que siete estadounidenses habían fallecido por ingerir la sustancia supuestamente milagrosa.
En la nota de prensa, la
Fiscalía colombiana señala que la ubicación de fugitivos
internacionales se logró con
la cooperación de la agencia US Marshals del Departamento de Justicia de
Estados Unidos, personal del Cuerpo Técnico de investigación (CTI), y el apoyo
de la Fuerza Aérea Colombiana y el Gaula Militar.
“Estas dos personas quedaron a disposición del Fiscal General de la Nación. Las
referidas capturas fueron comunicadas al Ministerio de Relaciones Exteriores
para que, a su vez, informe a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá́ y sean
formalizados los pedidos de extradición dentro de los términos establecidos en
el ordenamiento jurídico”, refirió la fiscalía colombiana.
UNA SECTA
CONTROVERTIDA
Mark Grenon, de 62 años, es
un “arzobispo” de la autodenominada Iglesia de la Salud
y Sanación Génesis II, con sede en Bradenton, Florida, que se centra en
el uso de esa sustancia química tóxica como un supuesto
sacramento que —afirman— puede curar una gran variedad de padecimientos desde
cáncer, VIH, hepatitis, autismo, alzhéimer y esclerosis múltiple, y ahora
covid-19.
En un artículo reciente sobre el tema,
Luis Santamaría, de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES),
explica que se trata de “una secta creada en torno a este tipo de lejía” por un ciudadano llamado Jim Humble. Y la
razón de su creación es clara: “al darle a
su movimiento el carácter religioso, sus ideas y prácticas están protegidas por la primera enmienda de
la Constitución de los EE.UU.”.
Aunque, como añade este
investigador, dicha actitud no responde a un verdadero sentido religioso: “no es más que una táctica para esquivar la ilegalización de la difusión de
dicho producto para su consumo por parte de las autoridades sanitarias”.
De esta forma, al considerar “sacramento” al dióxido de cloro, “Humble y sus seguidores se refugian en las leyes que protegen la libertad de culto para
legitimar lo que dicen y hacen”.
Y también se declaran verdaderos continuadores de la
Iglesia, que, según escribe
Humble, “ha llegado a nosotros a través de
los siglos, desde los apóstoles originales de Jesucristo”.
Humble afirma que “la Iglesia Católica se separó de esta primera Iglesia el
año 325 [fecha del Concilio de Nicea], pero la Iglesia Original continuó hasta ahora”. Así, prosigue, “me
convertí en ministro, diácono, sacerdote y finalmente obispo. Permítanme
presentarme nuevamente. Soy el obispo James Humble (Jim Humble)”. Desde 2012 firma como “arzobispo”.
Y entre otros “jerarcas” de la secta
se encuentran Andreas Kalcker, uno de los principales responsables de la
difusión del MMS, y los recién detenidos en Colombia, Mark y Joseph Grenon.
FDA: ES LO MISMO QUE
BEBER LEJÍA
Pero la Administración de
Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) sostiene
que la sustancia vendida por los Grenon se convierte en
lejía cuando es ingerida, la cual
generalmente es utilizada para el tratamiento de textiles, aguas industriales,
pulpa y papel.
En un comunicado de prensa
emitido en agosto del año pasado, la FDA alertaba de que “ingerir estos
productos es lo mismo que beber lejía. Los consumidores no deberían
utilizar estos productos y los padres no deberían darles estos productos a sus
hijos por ninguna razón”. Por
ello, la FDA no ha aprobado el MMS para ningún uso relacionado con la salud.
En abril el presidente Donald
Trump especuló con la descabellada idea de inyectar con desinfectante a los
pacientes afectados con coronavirus como un posible tratamiento contra la
enfermedad, algo que los expertos advierten que es tóxico. El alcohol, la lejía y otras soluciones desinfectantes que se usan contra
los virus son tóxicas al ser ingeridas.
LA RAZÓN DE LA
DETENCIÓN
El pasado mes de abril, la
jueza federal de Miami Kathleen Williams ordenó que la
organización de los Grenon dejara de vender la sustancia, pero su
decisión fue ignorada.
En julio se formalizó una
denuncia contra Mark Grenon, y contra sus hijos, Jonathan, de 34 años; Jordan,
de 26, y Joseph, de 32, por asociación
delictiva para cometer fraude a Estados Unidos, y de asociación delictiva para violar la
Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos, así como de desacato criminal.
La denuncia federal señala que
los Grenon habían acordado cumplir la orden de la jueza, pero luego cambiaron
de parecer en unos podcasts y correos electrónicos que fueron enviados a la
jueza.
“No
participaremos en ninguna de sus inconstitucionales órdenes, citatorios, etc.”, se lee en un correo
electrónico enviado por Mark Grenon, citado por AP. “Una y otra vez le
he escrito todo eso… no tiene
ninguna autoridad sobre nuestra Iglesia”.
No se pudo contactar el mes
pasado con los abogados de ninguno de los Grenon. De ser declarados culpables
de todos los cargos, se enfrentan a una posible sentencia máxima
de entre 14 y más de 17 años en prisión.
La organización también ha
operado en México, Australia y otras naciones. Pese a la oposición de los
médicos y expertos en salud, el Congreso de Bolivia legalizó recientemente el
uso de la sustancia.
Secretaría RIES
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