“¡Cómo quisiera que por doquiera y en todas las lenguas se expresara la alegría por la Asunción de María!... Que todo hombre y toda mujer tomen conciencia de estar llamados, por caminos diferentes, a participar en la gloria celestial de su verdadera Madre y Reina”, decía San Juan Pablo II en 1995.
Cercanos a esta gran Solemnidad, que la Iglesia celebra cada 15 de
agosto, aquí una novena en honor a la Virgen de la Asunción.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer día: ¿Cómo será
eso, pues no conozco varón?
Versículo introductorio
V. El Señor la eligió.
R. Y la predestinó.
Introducción: El día 1 de noviembre de 1950, Pío XII definió solemnemente la Asunción
de la Santísima Virgen María: “Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma
divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María,
cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria
celestial” (DS 3903).
Era obvio que la Madre de Dios, recibiera antes que nadie morada en el
cielo y fuera glorificada para que desde allí continuase velando por sus hijos.
En momentos importantes, difíciles de la vida o en fechas memorables,
nuestro primer pensamiento debe ir hacia la “madre”: su pensar, su sentir, su
actuar… con cariño de hijos, recordar sus palabras, sus consejos. También la
Virgen María, antes de su tránsito al cielo, nos dejó unas palabras, pocas,
pero que son la clave para desvelarnos su semblanza humano-espiritual, a su
paso por este mundo.
Lectura
Lc 1:26-34 “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”
Comentario
María, la joven doncella de Nazaret, a la que Dios le ofrece la
maternidad divina, se sorprende del anuncio del ángel, pide una aclaración y
recibe una respuesta misteriosa: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1:35).
María no comprende, pero cree y confía; no pone inconvenientes, no se
para a pensar en sí misma: si está preparada, si tiene capacidades…; sabe que
para Dios todo es posible y pone su vida a disposición de su plan divino,
siendo Madre y Virgen a la vez.
“Esta opción del estado virginal por parte de María, que en el designio
de Dios la disponía al misterio de la Encarnación… constituyó una opción
valiente, llevada a cabo para consagrarse totalmente al amor de Dios” (M.C.
37).
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y
oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina
y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que
sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra
Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y
fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores del evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y
glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire
con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el
espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la
caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, te pedimos conservar la fidelidad a la misión de “estar” junto a
los enfermos y ser para ellos signo del amor maternal de la Virgen María. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amen.
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del segundo día: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”
Versículo introductorio
V. Aquí
está la esclava del Señor.
R. Hágase
en mí según tu voluntad.
Lectura
Lc 1:35-38: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu
palabra”.
Comentario
“Ser esclava del Señor”, ahí está el secreto de María, la clave de su
santidad. María declara con estas palabras que no se pertenece, que es
propiedad del Señor, en quien ha puesto toda su confianza.
María cree, se entrega y camina a oscuras, en un fíat irreversible, pero
en un fíat que es un sí gozoso al Padre, testimonio de su libertad interior, de
su confianza y serenidad. No comprende, no sabe cómo se llevara a cabo su
servicio, pero ella, libre y en total disponibilidad, responde: Fíat. Desde
entonces, “La voluntad del Señor será la luz de su vida, su paz en el
sufrimiento y la fuente de su alegría” (Pablo VI).
“Hágase en mí…” es la actitud “oyente de María”, que acoge con fe la
Palabra divina, convirtiéndose en Madre de Dios por haber engendrado en su seno
al Verbo. Es una actitud de “aceptación y de servicio al plan divino en la
donación total de sí misma… es la actitud que debemos tener todos... siguiendo
el ejemplo de María de Nazaret” (Cf. V.C. 18).
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y
oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina
y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los
que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra
Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y
fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y
glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire
con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el
espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la
caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Padre Santo, tú que quisiste que tu Hijo naciera de Santa María Virgen,
concédenos por su intercesión, servirte con puro corazón como Ella, estar
siempre abiertas a tu voluntad divina y obedientes a tu Palabra para que nos
dediquemos gozosamente a los enfermos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del tercer día: “Proclama mi alma la grandes del Señor…”
Versículo introductorio
V. Dichosa
eres Santa María.
R. Y
digna de toda alabanza.
Lectura
Lc 1:46-55: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”
Comentario
“María en la visita a la Madre del Precursor, aparece como la Virgen
orante; su espíritu se abre en expresiones de glorificación a Dios, de
humildad, de fe, de esperanza, tal es el Magnificat” (M.C. 18).
Después del saludo por ambas partes, María prorrumpe en un canto de
alegría, de alabanza a Dios Salvador, un canto de gratitud a Dios, Padre fiel y
todopoderoso, que obra maravillas con los pobres. María expresa con este poema
su grandeza de alma, su gozo, el más grande que ha invadido el corazón humano –
Cristo vive en ella – es un gozo unido a la humildad más profunda y a la acción
de gracias porque el Señor ha mirado la pequeñez de su esclava.
Con la oración del “Magnificat”, la Virgen María nos abre caminos de
esperanza, de mayor vivencia de la fe; nos abre caminos de alegría porque el
que todo lo puede es fiel y misericordioso de generación en generación.
La Virgen orante – de la Visitación – nos impulse a “que sepamos acudir
a las necesidades de los demás con el fin de socorrerlas, pero sobre todo para
que llevemos a Jesús… y proclamemos las maravillas que el Señor hace en el
mundo…” (Cf. V. C. 112)
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante
y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra
divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación
a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de
nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme
y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al
cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que
Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a
encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el
camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Oh Dios, Salvador de los hombres, que, por medio de la Virgen María,
llevaste la salvación y el gozo a la casa de Isabel, concédenos proclamar tu
grandeza con la santidad de nuestras costumbres y que vayamos gozosos al
encuentro de los que sufren proclamando la Palabra de salvación para que
reconozcan a Cristo como el Salvador. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del cuarto día: “Hijo, ¿Por qué has hecho así con nosotros?”
Versículo introductorio
V. María
conservaba todas estas cosas.
R. Meditándolas
en su corazón.
Lectura
Lc 2:41-52 Jesús entre los doctores
Comentario
La pregunta de María, doliéndose por la pérdida del hijo, se hace
lenguaje de amor, de docilidad plena, a la vez que manifiesta su pobreza, su
íntima humillación, su dolor, su entrega a los planes divinos.
“Sin embargo es consolador para nosotros saber que también la Virgen
preguntó “por qué” a Jesús en una circunstancia de intenso sufrimiento…
demostrándonos en esta escena evangélica que la Virgen no siempre, ni inmediatamente
comprendió el comportamiento de su Hijo… pero a pesar de ello María creía,
confiaba y “conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2, 51) (Juan Pablo).
Ante este episodio que nos narra San Lucas, María nos enseña una doble
actitud: su silencio ante la respuesta del Hijo y su serenidad y equilibrio,
virtudes tan necesarias en nuestra búsqueda constante de Dios, a través de
todos los acontecimientos prósperos o adversos, a través de toda la vida, tanto
en momentos de gozo como en circunstancias dolorosas y a veces humanamente
incomprensibles. María nos muestra el camino: silencio, fe y oración.
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y
oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina
y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los
que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra
Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme
y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al
cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que
Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a
encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el
camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, Padre santo, que quisiste que Jesús se quedará en el templo y
estuviera a tu plena disposición, concédenos, por intercesión de Santa María,
profundizar en el misterio de tu voluntad y haz que seamos verdaderos
discípulos de tu Hijo conservando y meditando en nuestro corazón tu Palabra
divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del quinto día: “No tienen vino”
Versículo introductorio
V. Dichosa
la Virgen María.
R. Porque
se compadece de los necesitados.
Lectura
Jn 2:1-4 Jesús invitado a la boda de Caná
Comentario
Jesús y María se hallan presente en unas bodas en la ciudad de Caná.
Durante el banquete, María se da cuenta de que falta el vino y con delicadeza
maternal, se acerca a su Hijo para decirle: “no tienen vino”. Son unas palabras
de súplica y de intercesión, que revelan la grandeza e importancia de la
oración de petición. María nos enseña que la oración no es para que Dios cumpla
nuestros deseos, sino para que nos cambie a nosotros a fin de hacernos
instrumentos aptos en su manos, capaces de recibir sus dones.
“No tienen vino”, María sabe que el vino es algo que no puede faltar en
una fiesta. Por eso, intercede ante Jesús y colabora en los planes de Dios.
Así, Jesús realiza el primer milagro por la intercesión de María su Madre.
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María,
Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y
oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable
y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y
al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María,
que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que
sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y
paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen
María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y
santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros
pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para
que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria
del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Padre santo, en la boda de Caná la Virgen María ejerció su función
maternal como mediadora, te pedimos, por su intercesión, que continúe
ejerciendo su mediación entre tu Hijo y nosotros para que socorra a los
afligidos, consuele a los tristes, fortalezca a los vacilantes y dé a los
enfermos la esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del sexto día: “Haced lo que Él os diga”
Versículo introductorio
V. Dichosa
eres Virgen María.
R. Porque
intercediste ante tu Hijo Jesús.
Lectura
Jn 2:5-11 El primer milagro de Jesús
Comentario
Con estas palabras, María nos revela su extraordinaria personalidad. De
espíritu firme y decidido, en armonía con su bondad, sabe afrontar la situación
con serenidad, no desiste ante el aparente rechazo de Jesús y con cierta
audacia obliga de alguna manera a Jesús a actuar y a hacer el milagro de la conversión
del agua en vino.
“Haced lo que Él os diga” es la consecuencia del gran amor que María
profesa a su Hijo, de su profunda fe, de la aceptación plena a la misión
confiada por Dios, misión que lleva a la abnegación, a la renuncia de toda
complacencia, misión que comporta dolor y que hace que todas las cosas sean
nuevas en Jesús. Por eso María, confiando plenamente en Él, interviene como
Madre solícita, como Mujer asociada a la obra salvadora de Cristo.
“Haced lo que Él os diga” son sus últimas palabras en el Evangelio.
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y
oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina
y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que
sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra
Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme
y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al
cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella
mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar
el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de
la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, que en tu providencia quisiste que la Virgen María estuviera
presente en el primer milagro de tu Hijo, concédenos hacer aquello que Él nos
ha mandado en el Evangelio y anunciemos la hora de la salvación presente en el
mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del séptimo día: Epílogo de la vida de María
Versículo introductorio
V. Alégrate,
María, llena de gracia.
R. Porque
has escuchado la Palabra divina.
Lectura
Lc 8:19-21 “Mi madre y mis hermanos son los que hacen la voluntad de
Dios”.
Comentario
Las seis palabras de la Virgen nos han ido desvelando el verdadero
perfil humano-espiritual de María, a través de las etapas concretas de su vida
por las que Ella fue caminando en fe, esperanza y amor, en disponibilidad y
aceptación de la misión a Ella confiada, conformándose progresivamente a
Cristo.
María se nos muestra – decía Pablo VI – como la Virgen oyente, orante y
oferente; como la Virgen fiel, coherente desde el “hágase de la Anunciación”
hasta el “hágase silencioso al pie de la cruz”, ofreciéndose al Padre con
Cristo y en Cristo por la Salvación del mundo.
Si la Asunción de María solo se explica a través de su Maternidad
divina, también puede decirse que la Asunción fue el epílogo de la historia de
María, el coronamiento de toda su vida mortal y de su misión en la tierra.
La Virgen, la llena de gracia, la que es Sagrario y Esposa del Espíritu
Santo, transformada y vivificada por Él, es asunta en cuerpo y alma al cielo,
está completamente compenetrada e identificada con Cristo, y ahora, en la
gloria intercede por todos para que el Padre envíe sobre su Iglesia el Espíritu
y configure a los hombres en su Hijo Jesús. Por tanto, bien podemos decir que
la Asunción de María nos evoca también el poder de su poderosa intercesión, de
ahí nuestro culto de alabanza a la Medianera de todas las gracias.
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante
y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra
divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación
a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de
nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme
y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al
cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que
Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a
encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el
camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, que nos has dado a tu Hijo, por medio de la Virgen María y la has
asociado a la obra de la redención humana, te pedimos que, como Ella,
escuchemos y meditemos en nuestros corazones tu Palabra, perseveremos en la
oración y nuestra vida sea una ofrenda permanente para alabanza y gloria tuya.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del octavo día: “María, fue asunta en cuerpo y alma al cielo”
Versículo introductorio
V. Dichosa,
tu María, que llevaste en tu seno a Cristo.
R. Él
te ha llevado al cielo en cuerpo y alma.
Lectura
“Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que
la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida
terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria celestial” Cf. DS 3903
Comentario
La gloria de María en el cielo consiste en participar de la gloria de
Dios, estar ya gozando de la plenitud total de Dios. María continúa en el cielo
la alabanza de gloria, que había iniciado en la tierra, es decir: alaba y
glorifica a Dios. Ahora podemos aplicar a María las palabras de Isaías 61, 10:
“Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”.
María asunta al cielo, por ser Madre de Jesús, sigue siendo Madre de
todos los hombres, Madre de la Iglesia, “porque en virtud del Espíritu Santo
continúa generando al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y a cada
creyente… esta maternidad de María en la economía de la gracia perdura sin cesar…
hasta la consumación perpetua de todos los siglos” (L.G. 62).
Una vez asociada a la glorificación de su Hijo, María continúa
intercediendo en el cielo como Mediadora al Mediador y de esta forma, el
recurrir a María debe conducirnos al encuentro con Cristo y por medio de Él
llegar al Padre.
“María es la figura de una Mujer que, calladamente y en espíritu de
servicio, vela por la Iglesia y la protege benignamente en su camino hacia la
Patria hasta que llegue el día glorioso del Señor” (Cf. Pablo VI, 2-2-1974)
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante
y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra
divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación
a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de
nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme
y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a
los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al
cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que
Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a
encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el
camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, has querido elevar a tu humilde sierva María a la dignidad de
Madre de tu Hijo y la has coronado de gloria en el cielo, te pedimos, por su
intercesión, que imitemos su ejemplo, camine por la senda de la caridad
perfecta, para que un día podamos gozar con ella en el cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA POR LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Tema del Noveno Día: “María, creyó en la Palabra del Señor y en su cumplimiento”.
Versículo introductorio
V. Dichosa, tu, María porque has creído.
R. Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Lectura
Lc 1, 46-55 - "Alegría del alma en el Señor".
Comentario
"Dichosa tú por haber creído" (Lc 1,45). Vinculando esta expresión de Isabel dirigida a María con la de Jesús dirigida a Tomás «dichosos los que crean» (Jn 20,29), vemos cómo esta bienaventuranza, que interesa a toda la humanidad, designa el culmen de la libertad humana: es dichoso y feliz y realiza el designio de Dios quien alcanza la plenitud de su vocación. La libertad humana está hecha para la fe, en la que obtiene su perfección y su culminación.
El hombre se salva, no simplemente obedeciendo a una ley exterior, sino amando, entregándose y creyendo en Dios. María, dichosa por haber creído, es figura antropológica de la vocación humana a la felicidad.
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.
Ave María… y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Oh Señor, os pedimos que nos proteja a todos nosotros la oración de la Madre de Dios, la cual, aunque sabemos que salió de este mundo muriendo como los demás, resucitada a nueva vida, ha sido llevada al Cielo y coronada por Reina de todo lo creado. Os suplicamos también que, ya que no podemos agradaros con nuestras solas obras, nos salvemos por la intercesión de la misma Virgen María. Amén.
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