Nos hace falta purificarnos de todos los afectos, y vencer el amor carnal con el espiritual.
Por: Redacción Catholic.net | Fuente:
tallereseclesiasticosbelen.com
Es signo de la castidad, la cual debe de
tal manera lucir en el sacerdote, que no admita, en absoluto, ninguna mancha ni
en el cuerpo ni en el corazón.
En señal de lo cual mandó Dios, en otro tiempo,
que los comensales del cordero se ciñeran los lomos, y el mismo Cristo dijo: “Sint lumbi vestri praecincti”, “estad con vuestras ropas
ceñidas a la cintura”. Y también aparece en el Apocalipsis de San Juan
ceñido por una orla dorada, para que comprendamos que nos hace falta
purificarnos de todos los afectos, y vencer el amor carnal con el espiritual,
que es el oro de la caridad.
Para que el alba, se adapte convenientemente al
cuerpo del que la lleva y quede redondeada por su parte inferior sin que
cuelgue por ningún lado, el clérigo se ciñe sobre ella un grueso cordón, el
cíngulo, que puede ser blanco, dorado o del color litúrgico del día; el cual,
fijado primero por delante y haciéndolo cruzar por detrás, vuelve simplemente a
cada lado, desde donde cuelga hacia abajo el cordón que sobra, y que
ordinariamente va rematado por una borla.
Espiritualmente nos recuerda, según la oración
que reza el sacerdote, la necesidad de luchar contra las bajas pasiones de la
carne:
“Cíñeme, Señor, con el
cíngulo de la pureza, y apaga en mis carnes el fuego de la concupiscencia, para
que more siempre en mí la virtud de la continencia y castidad”.
Entre los romanos era el complemento imprescindible de la túnica, al menos para
salir a la calle. Pero hacia el s.IV sólo lo usaban los trabajadores y el Papa
Celestino reprochaba a los obispos de Galia el usarlo.
El volver a usarlo y en el ámbito litúrgico
habría estado precedido por el uso que de él hacían los monjes.
En la Edad Media, y hasta el s.XV no se usaba el
cíngulo en forma de cordón, sino una banda de lino, de unos 7 cm. de ancho, que
se sujetaba mediante una correa o cintas.
Muchas veces se lo adornaba con bordados; y
algunos con piedras preciosas y láminas de oro y plata.
Este uso perduró hasta nuestros días, en algunos
lugares, como puede verse por el siguiente decreto: “
Como el cíngulo significa los cordeles y azotes con que fue azotado y flagelado
N.S., reprobamos absolutamente esos cíngulos de género más o menos bordado, que
son más bien bandas o fajas. Pueden tolerarse los que están actualmente en uso
hasta que se acaben”. (D.4048; Conc.Plen.lat. no.905)
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