El capuchino Paolo Carlin atiende cada
año a más de 900 personas.
Las armas de la fe sirven como coraza al cristiano
en su lucha contra Satanás.
El fraile
capuchino Paolo Carlin es desde
hace años el exorcista de las
diócesis de Faenza-Modigliana y de Ravenna-Cervia así como el portavoz de la Asociación Internacional de
Exorcistas. Pero además es discípulo e hijo espiritual del padre
Amorth, posiblemente el exorcista más conocido del último siglo.
Este
religioso explica tras su gran experiencia cómo reconocer
los casos de posesión diabólica y
cómo se debe intervenir y acompañar a personas con problemas espirituales.
Cada año escucha a unas 900 personas que acuden a él pensando que están
poseídas por el demonio. Muchas no
lo están, pero sufren mucho por distintos problemas y también es su labor
ayudarlos en sus problemas espirituales.
COLOCAR
A DIOS EN EL CENTRO DE LA VIDA
En una entrevista explicaba que todas estas personas que le llaman “encuentran a Dios de nuevo, si de verdad lo escogen a
Él. Es sólo cuestión de tiempo. Un tiempo que establece el Señor. Todos vuelven
a trabajar con serenidad, ven a los amigos de nuevo, redescubren la paz y la
concentración familiar en el estudio. Jesús, con su luz de resurrección,
atraviesa la oscuridad del maligno. Simplemente hay que volver a colocar a Dios
en el centro de sus vidas, en sus pensamientos, sentimientos,
comportamientos y retornará la paz y la salud”.
El
capuchino Paolo Carlin es el exorcista de dos diócesis italianas y cada año
atiende cientos de peticiones de personas que creen ser atacadas por el demonio
Este
exorcista recuerda que el demonio existe de verdad. “Luchamos
contra un quién y no una cosa. El verdadero engaño de Satanás es hacernos
creer que él y el mal no existen. En cambio, es el origen del mal.
El mal, el sufrimiento y la muerte no fueron dados por Dios, que es el Dios de
la vida. Jesús lucha contra un ser espiritual e incorpóreo, un ángel rebelde,
malvado, pervertido y perversor, que afirma oponerse a Dios porque ha escogido
el pecado del orgullo: creerse uno mismo como Dios”, explica.
De este
modo, el demonio toma la apariencia de “nuestros deseos,
necesidades, proyectos, aspiraciones, sentimientos. Los pervierte. Y ahí empieza el mal. El hombre
seducido por él se convierte en la causa del mal”.
¿CÓMO
DETECTAR ESTOS SÍNTOMAS?
El padre
Carlin afirma que “todo lo que no pertenece a la voluntad de
Dios es malo. El criterio de
referencia siempre es Dios. Me doy cuenta de que la acción de Satanás cuando
hay arrebatos repentinos e irrazonables, sueños recurrentes y premonitorios,
problemas de salud, trabajo o de afecto, y no hay explicaciones plausibles. Son
realidades sospechosas. Satanás no ataca a quienes tienen el ego en el centro
de sus pensamientos, sentimientos y comportamiento. Esos son ya suyos por el
orgullo”.
El
exorcista italiano agrega que “el diablo
insinúa y corrompe, influye en el indeciso. La lucha es desigual porque él es un ángel. Si uno está
solo, sin Jesús, ciertamente pierde y sufrirá en esta tierra y se arriesga a la
condenación eterna. Desafortunadamente, muchos no se dan cuenta de lo que
sucede porque son víctimas de una pseudocultura que dice: ‘el mal y Satanás no
existen’”.
El
padre Carlin ha hablado en varias ocasiones sobre el demonio en los medios de
comunicación
Por ello,
el padre Carlin aconseja “poner en orden la vida, humana y
espiritualmente, con la ayuda de un sacerdote. A la luz de Dios es como
hay que tomar las decisiones, pensamientos y acciones. A nivel espiritual, hay
que utilizar los instrumentos que Dios me ha dado para evitar el engaño y la
tentación”.
LAS
"ARMAS ESPIRITUALES"
El
exorcista ofrece estas “armas espirituales” que el mismo Jesús dio al hombre, y que explica
en una entrevista en Catholic Digest.
Sirven como una protección para el cristiano y que está conformado por una
armadura, un casco, un escudo y una espada:
-
EL CASCO:
Esta protección está realizada
por el Evangelio, la Palabra de Dios, que protege la mente de los pensamientos
obsesivos, la depresión, la confusión y el miedo. Si Jesús con sus enseñanzas y
gestos está presente en nuestra mente no hay lugar para el enemigo allí. “Esto se logra mediante la repetida y constante escucha de la Palabra de
Dios”, recuerda este sacerdote.
-
LA ESPADA:
La oración, sobre todo en
momentos de tentación, bloquea el trabajo del enemigo. La oración es el
diálogo con Dios, María y los santos, y el enemigo diabólico teme
particularmente el Rosario. Las oraciones de acción de gracias
manifiestan un corazón humilde,
que rechaza el orgullo que el enemigo busca instigar en la persona.
-
LA ARMADURA:
Los sacramentos son la protección
del alma y el cuerpo. La Eucaristía pone
en comunión íntima con
Jesús y es la fuerza de los cristianos. La confesión acerca a Dios y según este sacerdote puede ser incluso más
poderosa que el exorcismo en la medida en que es, como todos los sacramentos,
una acción directa de Dios en la vida de la persona. Además, se caracteriza por
la humildad, que contrasta con el orgullo de Satanás.
-
EL ESCUDO: La fe
supone el mejor escudo para el cristiano a la hora de rechazar las tentaciones
y acciones extraordinarias del maligno. Se nutre al escuchar repetidamente la
Palabra de Dios, a la oración constante y a la recepción frecuente de los
sacramentos.
Publicado originariamente en ReL el 11 de marzo de 2019.
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