miércoles, 2 de agosto de 2017

CARDENAL PIDE A SACERDOTES ESTAR “PEGADOS AL SAGRARIO” PORQUE EL DEMONIO NO SE DETIENE

LIMA, 01 Ago. 17 / 07:39 pm (ACI).- El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, pidió a los sacerdotes a tener el corazón despierto y “estar pegados al Sagrario”, velando siempre porque el demonio no se detiene.
El Purpurado hizo este llamado durante la Misa del encuentro de rectores de seminarios que celebró este 31 de julio en el Santuario de Santa Rosa de Lima, y en la que estuvo presente el Secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero, Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, quien ha llegado desde el Vaticano para un curso de actualización con los rectores y formadores de los Seminarios en el Perú.
“¿Dónde está tu tesoro?, ¿qué ocupa tu corazón?, ¿en qué se te van los pensamientos, esas ilusiones, esos dolores, esas preocupaciones?”, les preguntó el Arzobispo.
El Cardenal dijo a los rectores de seminarios que “hay que tener el corazón despierto y para estar así tenemos que estar pegados al Sagrario, de ahí viene todo. De ese enamorarnos de Jesús viene luego esa entrega sin cansancios, sin omisiones. El que está cansado que le diga al obispo”.
“En un seminario no se puede descansar, las 24 horas hay que estar velando porque el demonio no para”, expresó.
Durante su homilía, el Purpurado también los exhortó a cuidar “la semilla de la vocación de sus seminaristas”. “En nuestras manos tenemos un tesoro bien importante, el futuro de la Iglesia en el Perú”, afirmó.
El Cardenal Cipriani explicó que “cuando estamos al frente del seminario, esa pequeña semilla que Dios ha puesto en el alma y en el corazón de los seminaristas le corresponde a cada uno de ustedes cuidarlo, hacerla crecer, regarla, acompañarla, reforzarla”.
“Hay que estar enamorados del seminario, de la Iglesia, de la diócesis, de la parroquia”, porque “el que no está enamorado empieza a traicionar”, advirtió.
El Arzobispo exhortó a los rectores a no ser funcionarios, como ha dicho el Papa Francisco, pues “los tiempos actuales tienen un gran peligro”, donde la “tibieza material adormece a todo el mundo”.

En ese sentido, los alentó a no “estar ahí como quien manda ni cumpliendo una serie de obligaciones”, sino pensar con amor “en la vocación de aquel chico que recién ha entrado”, y rezar por quienes van avanzando y madurando, “cada uno con ese tesoro de su vocación”.

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