sábado, 21 de enero de 2017

UNA NORMA QUE SUELE FALTAR EN CASI TODAS LAS CONSTITUCIONES


Estados Unidos tiene una provisión en sus leyes muy sabia que poquísimos países tienen: una clarísima lista de sucesión presidencial. Si hubiera un atentado terrorista masivo, por ejemplo, el día de la inauguración presidencial en el que murieran casi todos los integrantes de los poderes públicos allí presentes, hay once cargos que asumirían plenamente la presidencia de la nación por orden de precedencia.

-Vicepresidente
-Presidente del Congreso
-Presidente pro tempore del Senado
-Secretario de Estado
-Secretario del Tesoro
-Secretario de Defensa
-Fiscal General
-Secretario del Interior
-Secretario de Agricultura
-Secretario de Comercio
-etc, etc

No sólo eso. Durante esta inauguración, cincuenta miembros de las secretarías no están presentes por si pasara algo. Cincuenta miembros que pudieran dirigir el Gobierno en todos sus niveles y departamentos. Y, además, hay un superviviente designado (uno de esos once miembros) que no sólo no puede asistir a la ceremonia, sino que tiene que estar en un lugar protegido y vigilado. Para que si hubiera un atentado, de inmediato pudiera asumir la presidencia de la nación.

La posibilidad de un gran atentado es una posibilidad real. Más naciones deberían copiar esta sabia medida. No sólo eso. Las constituciones deberían proveer una medida para llenar el vacío de dirección en caso de ausencia de todos los poderes. ¿Qué sucede si no queda nadie de una larga lista de sucesión? No hay que dejar nada a la improvisación en un tema tan delicado.


Tras un atentado terrorista masivo, no es momento para celebrar unas elecciones. Hay que dejar tiempo para que las cosas se calmen y la población pueda votar con serenidad. Mientras tanto, no puede haber un vacío de poder cuando más falta hace una dirección.

Post Data: Veis cómo no es tan difícil no hablar de Amoris Laetitia. Si uno se esfuerza, se puede.


P. FORTEA

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