sábado, 7 de noviembre de 2015

¿SIGUE SIENDO ISRAEL EL PUEBLO ELEGIDO POR DIOS?


Una pregunta central en momentos en que la nación de Israel está cercada.

Los cristianos han discutido mucho sobre el significado de Israel y el pueblo judío para la nueva alianza de Dios que se expresa en el Nuevo Testamento, lo que en estos momentos tiene vital importancia política debido a que Israel está siendo cada vez más cercado por sus enemigos.

El debate de la significación actual de la antigua alianza es la que de alguna manera condiciona el apoyo al aislado Israel; si la antigua alianza se considera extinguida irremediablemente entonces la simpatía por la causa sionista israelita va a ser escasa, en cambio si se considera que aún subsiste entonces habrá una defensa de la subsistencia del pueblo de Israel en Palestina.

TRES CONCEPTOS A TENER EN CUENTA PARA ESTA DISCUSIÓN

Hay tres conceptos que debemos tener claros para considerar esta problemática cristiana que de alguna manera define la simpatía o no con la cause israelí, que son el sionismo judío, el supersesionismo cristiano y el sionismo cristiano.

El SIONISMO es la asociación entre el pueblo judío y la Tierra de Israel. El sionismo es un movimiento judío. La aliyá a la Tierra de Israel es un tema recurrente en las oraciones judías. Los sionistas consideran a los judíos que viven fuera de Israel como exiliados. En teología, visto desde la perspectiva cristiana, esto refiere a la vigencia de la antigua alianza de Dios con el pueblo judío.

Pero existe un SIONISMO CRISTIANO que sostiene que la iglesia cristiana no puede en ningún caso suplantar a la nación de Israel, especialmente antes del retorno de Jesucristo, y que las promesas que Dios le hizo a Israel como nación fuerte literalmente no caducan.

Y a la inversa, existe entre los cristiano la teoría SUPERSESIONISTA o del REEMPLAZO, también llamada teología de la suplantación o teoría de la substitución, que argumenta que la actual relación de Dios con los cristianos reemplaza la relación que anteriormente tenía con los judíos.

¿POR QUÉ LA ELECCIÓN DE LOS JUDÍOS Y DE ESA TIERRA POR DIOS?

Comencemos desde la primera revelación de Dios documentada. En un nuevo libro, Sionismo y Judaísmo: Una Nueva Teoría, el rabino David Novak comienza razonando desde la Torá que Dios quiso una comunidad humana que viviese subordinada a Él y por lo tanto:

El interés especial de Dios en crear humanos a Su imagen y semejanza era un intento de Su parte que buscaba vincularlo a aquellos objetos con los cuales podría relacionarse, una compañía con quien Dios lograría hablar y que a su vez podrían responderle adecuadamente.

Novak sugiere que Dios tenía tres opciones, por así decirlo.

La primera era relacionarse sólo con individuos. Pero esto implica la privatización de la religión, lo cual “hace vivir una vida religiosa insostenible políticamente pues, la religión, así como el lenguaje, es un asunto esencialmente público”.

La segunda opción podría haber sido la redención de toda la humanidad de una vez, pero aparentemente “Dios pensó que la Humanidad no estaba lista para lo que conlleva el fin de la historia universal”.

La tercera opción fue la que Dios eligió: seleccionar personas en particular que mostrasen al mundo cómo debían ser los siervos de Dios.

Pero ¿por qué estas personas?

No fue por lo que los Judíos habían sido en el pasado, sino por lo que podrían ser en el futuro, lo cual es algo que sólo Dios conoce.

Nosotros como humanos no podemos decir cuáles fueron las razones de Dios. Pero, podemos decir cuales no fueron.

Los Judíos no tienen una naturaleza única o superior que los cualifique para ser elegidos. Tampoco poseen algún factor cultural o biológico destacable por los cuales Dios los escogería.

Pero aun cuando Dios no dé Sus razones para elegir a los Judíos, Novak destaca que sí se nos ha dicho porque Dios no escogió a sus vecinos.

Ellos no cumplían los requisitos mínimos de Dios –respecto al asesinato, el incesto y el robo – que eran el núcleo de lo que el rabino llamó “Mandamientos de Noé”.

Los judíos no eran perfectos en su obediencia a esos mandamientos, pero eran un pueblo que había demostrado haber aceptado la responsabilidad de vivir sujeto a ellos.

La Torá también aclara que Dios entregó la tierra de Israel a Su pueblo, el Israelita. Pero, ¿por qué esta tierra?

Novak afirma que no fue por ningún derecho natural. Las razones de la elección de Dios por este particular, al igual que la escogencia del pueblo judío, son desconocidas.

Sin embargo, Dios no es caprichoso. Él tiene Sus razones para ambas elecciones pero, mientras estemos en este mundo, las razones permanecerán como un misterio. Así mismo, la conexión de este pueblo con dicha tierra es “un asunto de elección divina”.

Además, es la única tierra en la cual el pacto de Dios con Su pueblo puede vivirse plenamente:

“Al limitar la total existencia del pueblo de Israel a la tierra de Israel, los Judíos están en mejor capacidad de vivir las especificaciones de su pacto con Dios. En la tierra de Israel, esa relación está verdaderamente centrada”.

ISRAEL EN EL NUEVO TESTAMENTO

A los cristianos se les dificulta mucho argumentar respecto al Sionismo.

En la Biblia Hebrea está abundantemente claro que Dios entregó la tierra de Israel a los israelitas. Sin embargo, en la mayoría de la historia cristiana, la iglesia ha manifestado la poca o nula importancia del pueblo y la tierra de Israel en el Nuevo Testamento.

Recientemente, sin embargo, un creciente número de estudiosos cristianos discuten respecto a que el asunto de la tierra de Israel se encuentra incluido también en el Nuevo Testamento.

Sus argumentos pronto serán publicados por InterVarsity Academic Press: El Nuevo sionismo cristiano: perspectivas frescas acerca del pueblo de Israel y su Tierra.

El libro sostiene que así como la Biblia Hebrea previó bendiciones que irían al mundo entero desde este pueblo y su tierra, así el Nuevo Testamento proclama bendecir al mundo entero mediante el Mesias Judío, cuyo reino empezó en Israel y que eventualmente volverá a centrarse en Israel.

Los escritores del Nuevo Testamento sostienen la promesa de que la Diáspora Judía podría regresar algún día a su tierra desde todos los confines del mundo para establecerse en una Politeia (una entidad política), que podría transformarse en el centro de las bendiciones para el resto del mundo.

ESPERANDO UN FUTURO RETORNO: ISRAEL EN EL NUEVO TESTAMENTO

Los Anti-Sionistas admiten que los profetas del Antiguo Testamento, quienes comúnmente escribían desde el exilio, predijeron un regreso a su tierra.

Sin embargo, muchos coinciden en que esas profecías se cumplieron cuando los exiliados babilonios regresaron para reconstruir Jerusalén al final del Siglo VI A.C.

Sin embargo, según los “Nuevos Sionistas Cristianos” el Nuevo Testamento demuestra que Jesús y los apóstoles aun esperaban un futuro retorno.

Por ejemplo, cuando Jesús citó la predicción de Isaías respecto a que el templo se convertiría en “una casa de oración para todas las naciones” (Marcos 11,17; Isaías 56,1), parece coincidir, como sugiere Richard Hays, con la visión de Isaías de “una restauración escatológica de Jerusalén”.

Hays agrega que la figura dada por Juan acerca del Cuerpo de Jesús como el Nuevo Templo (Juan 2, 21)

“no debe leerse ni tan rotundamente supersesionista (la Iglesia reemplaza a Israel) ni tan hostil a la continuidad con Israel”.

No niega el sentido literal de las escrituras de Israel – que el templo era la casa de Dios –“sino lo complementa vinculándolo tipológicamente con el relato de Jesús y la revelación de una verdad más profunda prefigurada en el sentido histórico literal“.

El hecho que los apóstoles vieran el templo como ambos: una casa de Dios y una figura de Jesús, explica su participación en las liturgias del templo aun después de que los mismos líderes del templo ayudaron a llevar a su mesías a la muerte. (Hechos 2, 46).

Tanto Mateo como Lucas creyeron importante mostrar que Jesús estaba conectado con la historia de Israel, e incluyeron detalles y genealogías detalladas que revelan a Jesús como descendiente de Abraham, el primer judío, a través de 42 generaciones de judíos. Lucas retrocede incluso hasta Adán.

En su Magnificat, María sugiere que el nacimiento del Mesías sería significativo no sólo para todas las futuras “generaciones” sino particularmente para la historia de Israel.

La llegada de Cristo mostraría que Dios

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.” (Lucas 1, 54-55).

Si la encarnación suponía alejar el foco de Israel, como sugieren los Supersesionistas (los que manejan la teoría del Reemplazo), María no se dio por enterada.

¿SAN PABLO ERA UN SUPERSESIONISTA?

Pablo ha sido señalado como el apóstol de los gentiles, quien alejó el foco del Judaísmo y mostró que el Evangelio era un mensaje universal para todos. Ya Dios no estaría exclusivamente con los judíos. Ellos habrían traicionado el pacto al rechazar al Mesías, Jesús.

Esto es lo que el teólogo Cristiano Kendall Soulen ha denominado versión “punitiva” del Supersesionismo, la idea de que Dios hizo un nuevo pacto con la Iglesia que sobrepasa el antiguo pacto hecho con Israel a fin de castigar a los Judíos por no aceptar a Cristo.
Los otros dos tipos de Supersesionismo de Soulen son el “Económico”: en la economía de la salvación, el único propósito de Israel era preparar la llegada del Mesías; y el “Estructural”: en la historia de la salvación, Israel sólo funciona como un ejemplo negativo.

Aunque Pablo se ha interpretado de esta manera por siglos, sus cartas cuentan una historia distinta.

En Romanos 9 y 11, él se lamenta por sus compañeros judíos que no aceptaron a Jesús como Mesías. Dice que le han causado una “tristeza muy grande y una pena continua” (Romanos 9,2). Sin embargo afirma que “las alianzas” todavía les “pertenecen” (Romanos 9, 4), y aun cuando ellos (los Judíos) se han convertido en “enemigos del Evangelio”, aun son “amados” porque su “elección” es “irrevocable” (Romanos 11, 28-29).

La Carta a los Gálatas es la que con mayor frecuencia se usa para probar que Pablo prescindió de la Ley Judía en favor de la Iglesia que dejó atrás a Israel. Aun cuando en ella dice que el Evangelio es acerca de cómo “la bendición de Abrahán alcanzó a las naciones paganas (Gál. 3, 14) porque “la promesa se hizo para Abrahán y su descendencia” (3, 16).

Para Pablo, ser salvado significa convertirse en parte de la familia de Abrahán:

“Si son de Cristo, entonces también son descendencia de Abrahán y herederos de la promesa” (Gál. 3, 29).

En otras palabras, recibir la buena noticia del Evangelio vincula a las personas con la historia de Israel. Mientras que los supersesionistas sugieren que Israel ha sido dejado atrás, la Carta a los Gálatas afirma lo contrario.

RECIENTES SIONISTAS CRISTIANOS

Adicionalmente al elaborar argumentos bíblicos, los Nuevos Sionistas Cristianos señalan a otros prominentes teólogos como Sionistas Cristianos: Karl Barth y Gary Anderson. Barth (1886-1968) es quien rechazó prácticamente toda enseñanza dispensacionalista. Por ejemplo, repudió la noción de que el Fin de los Días estaba por llegar, insistiendo en que comenzó con la llegada de Jesús en el Siglo I. También rechazó la interpretación de las profecías bíblicas del Apocalipsis como predicciones directas y literales.

No obstante, Barth pensó que esos errores escatológicos fueron, como señala Carys Mosely, “Errores en la dirección correcta”.

Él respetaba los intentos milenarios de asumir seriamente la supremacía de Dios en los eventos mundiales, incluyendo la aparición de Israel como una Nación Estado en 1948.

Para él, esta era una “parábola secular”, similar al auge del socialismo en la historia moderna. La repentina aparición de Israel fue una “pequeña luz” que dio testimonio de la gran Luz del Mundo en Jesucristo.

La historia moderna de Israel “aún ahora urge incansable” en favor de los propósitos redentores de Dios.

De acuerdo con Barth, las revelaciones bíblicas apuntan hacia una Triple Parusía de Jesús: la Encarnación, Pentecostés, y la escatológica venida a Israel y la Iglesia.

Esta última venida responde a una larga serie de profecías del Antiguo Testamento que hablan del regreso del pueblo judío a su tierra, un tiempo en el cual los Gentiles llegarán a Israel para aprender la Torá.

Gary A. Anderson es un destacado estudioso del Antiguo Testamento que enseña en Notre Dame. Es Católico y un Sionista Cristiano. Los argumentos para su posición comienzan con “el clamor bíblico de que la tierra de Canán fue dada por Dios al pueblo de Israel”.

La promesa “es ambas cosas, irrevocable y sin cumplir”. Es irrevocable porque es una promesa hecha por Dios y como dice Pablo, ni siquiera la apostasía de Israel borra la promesa: “Dios es fiel aunque los hombres sean falsos” (Rom. 3, 4).

Pero al mismo tiempo, Anderson afirma que, la promesa está incumplida. Según las escrituras, la tierra vomita a quien sea que no la merezca (Lev. 18, 24-30). Sólo en la era mesiánica, según el Tanach, el asentamiento de Israel en la tierra será seguro.

Anderson advierte que debe evitarse “un falso mesianismo” al recordar que la tierra es siempre “otorgada con condición”. Aun debemos recordar que

“la milagrosa aparición del estado de Israel justo después del momento más obscuro de la historia judía es difícil de interpretar fuera de un marco teológico.”

EL ARGUMENTO TEOLÓGICO VS. LOS ARGUMENTOS HISTÓRICO Y POLÍTICO DE ISRAEL

Estos argumentos teológicos de la importancia del retorno del pueblo de Israel a la tierra de Israel no implican necesariamente que sea un caso para el actual estado Israelí.

En último caso puede y debe hacerse sobre una base histórica y política, en atención a los legítimos intereses Palestinos. No debe asumirse que el Estado de Israel es un país perfecto, que no debe ser criticado por sus fallos, o que es necesariamente el último estado Judío antes del fin de los días.

Pero los dos tipos de argumentos no pueden separarse.

Si la alianza de Dios con Su pueblo continúa, y el regreso de los judíos a su tierra es providencial, entonces los judíos y los cristianos deben reconocer que el presente estado es el refugio del pueblo del pacto.

En un momento cuando el apoyo para este pueblo esta erosionado alrededor del mundo, y dicho estado se asienta en una región de movimientos y gobiernos empeñados en su destrucción, tiene sentido para judíos y cristianos acudir en su apoyo. Ellos pueden ayudar al hacer argumentos prudenciales para el sustento de Israel.

Sin embargo no podemos asimilar la promesa a futuro con esta situación política actual, porque no necesariamente esta generación de judíos vaya a ser la que definitivamente deberá asentarse en esa tierra según los designios de Dios.

FUENTES:


FOROS DE LA VIGEN MARÍA

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