Peggy estaba nerviosa porque se acercaba la hora
de la cena en que ella y su esposo iba a ser los anfitriones. Era la primera
vez que tenían invitados para cenar después del nacimiento de su hijo Pete.
Para colmar la tensión Peggy, entre los invitados estaba el nuevo jefe de su
esposo Bill.
Percibiendo la tensión de sus padres, el bebé
empezó a ponerse irritado y nervioso, lo que le produjo más frustración a
Peggy. En un intento por consolar al pequeño, Peggy lo cargó y lo besó. Para su
sorpresa, el bebé se sonrió y se rió, era la primera risa genuina que escuchaba
de su hijo.
En un instante, la noche tomó un curso
totalmente diferente. Peggy estuvo más calmada, así como su bebé. La cena fue
todo un éxito.
¿Puede la risa de un pequeño cambiar todo un
día? ¡Sí! También lo puede la risa entre dos adultos o la risa provocada por el
recuerdo de algún suceso gracioso.
Cuando se sienta mucha tensión, no permita que
explote enojado. Tómese una rato, si lo necesita, y busque un motivo para reír…
¡y verá como la tensión se desvanece!
Una buena sonrisa es la luz de una casa.
Proverbios 15:30
La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.
La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.
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