Mientras paseaban, el Anacoreta dijo a su joven
seguidor:
- Cuando decimos que la Iglesia ha de optar por los
pobres, nos quedamos cortos. El verdadero cristiano ha de optar por los
marginados. Y hemos de entender a los marginados en todos los sentidos: los
pobres, los socialmente débiles , los enfermos, los discapacitados, los
oprimidos, los explotados, los perseguidos, los despreciados, los que se
sienten solos, los incomprendidos, los ancianos, los diferentes...
Miró al joven seguidor y concluyó:
- Mientras no comprendamos esto, nuestra Fe es sólo
palabrería. Mientras haya un solo marginado, habrá violencia y terrorismo.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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