Los primeros en hablar en las sesiones ordinarias del Sínodo han sido
los matrimonios, que están ofreciendo a los padres sinodales su experiencia de
vida familiar
Especiales web (07-X-2014)
Los australianos Ron y Mavis Pirola, Directores del Australian Catholic
Marriage and Family Council han sido los primeros en hablar durante la primera
reunión ordinaria del Sínodo. Contaron a los padres sinodales su experiencia de
vida matrimonial: «Como todos los matrimonios, hemos vivido tiempos
maravillosos juntos y tiempos de frustración en los que temimos tener un
matrimonio roto; asimismo, junto a una estimulante alegría que nos hacía dar
gracias a Dios cada día por nuestros cuatro hijos, también hubo noches en las
que nos acostábamos preguntándonos en qué nos habíamos equivocado».
En la línea de las catequesis de Juan Pablo II sobre la Teología del
Cuerpo, afirmaron que «gradualmente nos hemos ido dando cuenta que «el
sacramento del matrimonio «encuentra su más alta expresión en el acto sexual.
Creemos que si que las parejas casadas no reverencian la unión sexual como una
parte central de su espiritualidad será especialmente difícil apreciar la
belleza de las enseñanzas de la Humanae vitae».
Además de reclamar «la urgente necesidad de acercar a la gente los
documentos del magisterio», pues por su lenguaje difícil «parecen de otro
planeta», han mostrado, con ejemplos, lo que pueden ofrecer las Iglesias
domésticas a la nueva evangelización: una familia que acoge en la cena de
Navidad a un hijo gay con su pareja –«Es nuestro hijo», afirmaron–; una amiga
divorciada que acude con sus hijos a Misa y que es un ejemplo ante la parroquia
de fortaleza ante la adversidad; una amiga anciana cuyo hijo único tiene
síndrome de Down y trata de salir adelante... Por ello, piden «reducir nuestra
tendencia a juzgar a los demás porque es un obstáculo a la evangelización»,
pues muchos «más que otra cosa necesitan ser acompañados en su camino, ser
escuchados y aceptados».
Y, finalmente, han pedido, «tal como dijo Benedicto XVI, que los laicos
dejen de ser vistos como meros colaboradores del clero, sino que sean
reconocidos como corresponsables de la acción de la Iglesia».
El matrimonio George e Cynthia Campos, de Filipinas, del movimiento
Couples for Christ, dio ante la asamblea sinodal un precioso de testimonio de
fe ante un embarazo de riesgo y ante la enfermedad, y sobre la pastoral en
situaciones familiares difíciles han propuesto establecer «formas de
acompañamiento innovadoras, formación en espiritualidad matrimonial y una
pastoral de inclusión «orientada a la comunión plena con la vida de la
Iglesia».
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