Un hombre rico y emprendedor se horrorizó cuando
vio a un pescador tranquilamente recostado junto a sus barca contemplando el
mar y fumando apaciblemente su pipa después de haber vendido el pescado.
-Por qué ? no has salido a pescar? le preguntó
el hombre emprendedor.
-Porque ya he pescado bastante por hoy..¡
-respondió el apacible pescador.
-Por qué? no pescas más de lo que necesitas?
-Insistió el industrial.
-Y qué iba a hacer con ello? -preguntó a su vez
el pescador.
-Ganarías más dinero. Fue la respuesta. podrías
poner un motor nuevo que haría más potente a tu barca.
Y podrías ir a aguas más profundas y pescar más
peces. Ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que
sacarías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas. Y hasta
una verdadera flota. Entonces serías rico y poderoso como yo.
-Y que haría entonces? -preguntó de nuevo el
pescador.
-Podrías sentarte y disfrutar de la vida
respondió el hombre emprendedor.
-Y qué crees que estoy haciendo en este preciso
momento? -respondió sonriendo el apacible pescador.
¡eso es precisamente lo que hago!
Contentarse con la vida que Dios nos ha
concedido es disfrutar la mayor de las riquezas.
I Timoteo 6:6
Un hombre, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
Un hombre, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
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