miércoles, 20 de febrero de 2013

UN PERIODISTA ATEO DENUNCIA LAS EXAGERACIONES ANTI-CATÓLICAS SOBRE LAS LAVANDERÍAS DE LA MAGDALENA


Estaban regidas por monjas.

Las mil páginas del Informe McAleese no muestran un mundo maravilloso, pero apenas recoge castigos corporales y ni un solo abuso sexual por parte de religiosas.

Este martes el Taoiseach (Primer Ministro Irlandés) Enda Kenny pidió perdón formalmente por el papel del estado de la República de Irlanda en el caso de las llamadas "lavanderías de la Magdalena", una serie de asilos y correccionales femeninos que funcionaron en Irlanda entre la independencia de este país en 1922 (durante casi todo el siglo el país más pobre de Europa Occidental) y 1996.

En un país pobre y desmantelado, recién independizado del Imperio Británico, azotado por el alcoholismo y el maltrato familiar, el sistema de correccionales para "chicas conflictivas" del nuevo Estado recayó sobre la única institución organizada: la Iglesia, y en más en concreto las órdenes religiosas fundadas para atender a las mujeres pobres. Las lavanderías, que pretendían ofrecer disciplina y trabajo (no remunerado) tenían contratos y acuerdos con el ejército irlandés y otros departamentos del Estado.

UNA COSA ES LA PELÍCULA, Y OTRA LA REALIDAD

Es incuestionable que muchas de aquellas chicas no fueron bien tratadas, y que otras muchas fueron injustamente enviadas allí. Pero la sensación popular (basada en películas como "Las hermanas de la Magdalena", de 2002, escrita y dirigida por Peter Mullan) no encaja con los datos reales del exhaustivo, detallado y sistemático informe McAleese, encargado por el Gobierno irlandés, un documento de 1.000 páginas. El periodista Brendan O´Neill, que suele ser definido como un "ateo liberal de la vieja guardia", ha estudiado el informe McAleese y ha destacado las diferencias con lo que las películas, obras de teatro y la prensa anticatólica han difundido.

LO QUE DICE EL PRIMER MINISTRO

Enda Kenny afirmó que "durante 90 años Irlanda sujetó a estas mujeres, y su experiencia, a una profunda indiferencia" y que "bajo cualquier estándar, fue una Irlanda cruel e inclemente, que carecía de piedad". "Cambiamos nuestra responsabilidad pública por un aparato público sólido". Kenny acabó su discurso dedicando un aplauso a las mujeres maltratadas allí, que estaban presentes en la galería del público, y fue secundado de forma emotiva por el Parlamento irlandés en pie.

LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO IRLANDÉS

Wikipedia afirma que "Se estima que unas 30.000 mujeres fueron internadas en dichos lugares durante los 150 años de historia de dichas instituciones", pero no está claro de dónde salen estas estimaciones.

El informe McAleese se centra sólo en la República de Irlanda, es sistemático y completo, y contabiliza sólo unas 10.000 chicas. De ellas, más de 2.000 fueron enviadas a las lavanderías por el Estado, donde no había apenas supervisión. Eran prostitutas o pequeñas delincuentes, o huérfanas y chicas de la calle, a menudo sin pasar por un proceso legal completo. Una vez allí, por usar la palabra del Taoiseach, el Estado sólo tenía "indiferencia" por estas mujeres.

El resto de las chicas eran enviadas por sus propias familias, bien como castigo, bien porque pensaran que aprenderían un oficio, o simplemente por tener una boca menos que alimentar. Algunas mujeres muy pobres o muy desesperadas entraban voluntariamente, buscando un refugio y huyendo de las calles.

LO QUE DICE LA LEYENDA NEGRA POPULAR

Brendan O´Neil resume la imagen moderna de estas lavanderías a partir de "la popular y muy alabada Las hermanas de la Magdalena, que las mostraba como sitios donde a las mujeres se las desnudaba, azotaba, se abusaba sexualmente de ellas y más aún".

En 1998 el Canal 4 de Irlanda, en un documental de 1998 titulado "Sexo en clima frío", entrevistó a varias ex internas que dijeron -según Wikipedia- "haber sido objeto de abusos sexuales, psicológicos y físicos mientras permanecían aisladas del resto del mundo". Pero el reciente y completo informe McAleese, aunque encuentra castigos físicos similares a los de cualquier escuela de las Islas Británicas, no encuentra esos abusos sexuales.

También una serie de reportajes de la RTÉ (la cadena nacional de televisión irlandesa) de la periodista Mary Raftery en 1999 difundió estas historias. A esto hay que añadir "Eclipsada" ("Eclipsed"), una obra de teatro escrita por Patricia Burke-Brogan en los década de los 80 acerca de las lavanderías de las Magdalenas (en las que Burke-Borgan trabajó en los años 60. Y otra obra teatral escrita por Valerie Goodwin estrenada en Dublín en 2002.

LO QUE DE VERDAD ENCONTRÓ LA INVESTIGACIÓN

"En la mente irlandesa y en la de cualquiera que haya visto o leído uno de los muchos libros o filmes sobre las lavanderías de la Magdalena, estas fueron horribles instituciones llenas de violencia y supervisadas por monjas perturbadas y sádicas. Sin embargo, el Informe McAleese no encontró ni un solo incidente de abuso sexual cometido por una religiosa en una lavandería Magdalena. Ni uno. Más aún, la inmensa mayoría de las entrevistadas dicen que nunca fueron castigadas físicamente en las lavanderías", insiste O´Neill.

´Me asombró leer en los periódicos que nos pegaban y nos afeitaban la cabeza y que las monjas nos maltrataban; nunca me tocó ni una monja y nunca vi que tocaran a nadie´, declara una entrevistada en el informe.

"El pequeño número de casos de castigos corporales que recoge el informe McAleese consiste en el tipo que se daba en muchas escuelas normales de los años 60, 70 y 80: azotes con una caña en las piernas o una regla en los nudillos. Los autores del Informe McAleese, embebidos como el resto de nosotros de la imagen popular de las lavanderías como campos de concentración a cargo de monjas, parecen asombrarse por ´el número de mujeres que hablan de forma positiva de las religiosas", continua O´Neill.

¿ES JUSTIFICABLE EXAGERAR "PARA SERVIR A LA CAUSA"?

Así, incluso un periódico militantemente anti-católico como The Irish Times reconoce que "no es posible escapar al hecho de que el informe rompe con la percepción popular", y se plantea: "¿las inexactitudes en las películas sobre los hechos se justifican sólo porque llamen la atención sobre los temas?".

Un autor de teatro dice a The Irish Times que si las películas o piezas teatrales exageraron los hechos "servían a una importante función", es decir, concienciar a la sociedad.... Pero a Brendan O´Neill la idea de "mentir por un fin noble" le parece injusta.

YA PASÓ CON LOS REFORMATORIOS MASCULINOS

En 2009 el Informe Murphy y la Comisión de Investigación sobre Abuso Infantil localizaron 68 casos de violación a menores, recuerda O´Neill, pero los titulares en la prensa eran: "Miles fueron violados en los reformatorios irlandeses" y "Miles de violados en las escuelas de los Hermanos Cristianos".

Para O´Neill, "68 es ya un número horrible; ¿para qué ´embellecerlo´?

"Cuando yo señalé hace un par de años que The Independent se equivocaba al decir que 10.000 niños fueron violados por curas Americanos, una revista humanista me acusó de ser pedante. ¿Es pedantería señalar la diferencia entre el ´abuso verbal´ (que te insulten) y ser violado? Estos días, cualquiera que insiste en ser riguroso con los hechos respecto a instituciones católicas es acusado de ser pedante, alguien que molesto y meticuloso se compromete a la exactitud histórica en vez de al gran objetivo de hacer aparecer a la Iglesia Católica tan podrida y rertorcida como se pueda, independientemente de los hechos reales.

"Pero aquellos de nosotros, también los ateos como yo, que están genuinamente interesados en la verdad y la justicia deberíamos preocuparnos al ver que las películas y las noticias dejan al público con la idea equivocada de que a las mujeres de las lavanderías de la Magdalena las desnudaban y azotaban y de que miles de niños irlandeses y americanos eran violados por curas".

P. J. Ginés/ReL

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