miércoles, 13 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI VIVIRÁ CERCA DEL NUEVO PAPA, DENTRO DEL VATICANO, PERO NO EJERCERÁ COMO SU CONSEJERO


En el monasterio ´Mater Ecclesiae´

Se dedicará a la orar y escribir. Vivirá discretamente, oculto. Y sin intención de entorpecer la labor del nuevo Papa.

Una de las preocupaciones que afloró en la mente de muchos cardenales el pasado lunes fue la posibilidad de la coexistencia de un nuevo Papa a la vez del "Papa emérito", viviendo además a pocos metros de distancia dentro del recinto del Vaticano. Desde hace 600 años no se planteaba esta cuestión y casi nadie pensaba que podría reproducirse en nuestros días.

DOS PAPAS VIVOS

Que vivan dos pontífices al mismo tiempo, aunque uno sea emérito y esté limitado en su salud y capacidades físicas es, cuando menos, un inconveniente lógico que se plantearon en la mañana del lunes muchos curiales: ¿Si el nuevo Papa toma alguna decisión controvertida tendrá una réplica por parte del emérito Benedicto XVI? ¿Ejercerá Benedicto XVI de influyente sombra que condicione la libertad práctica del nuevo Papa? ¿El nuevo Pontífice se verá en la necesidad de consultar el gobierno de la Iglesia con su predecesor?

UN PAPA EMÉRITO QUE SERÁ EJEMPLAR

Aunque la conmoción por la noticia de renuncia al papado fue grande, y las inquietudes sobre cómo podría ser la coexistencia de dos papas se agolparon en la mente de cardenales y monseñores, la tranquilidad se hizo presente rápidamente. "Benedicto XVI será un emérito ejemplar", dijeron algunos prelados.

En muchos estaba aun fresca la memoria del comportamiento ejemplar que tuvo siempre el cardenal Ratzinger en la vida de la curia romana. Al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger se mantuvo siempre ajeno a las intrigas y o tomas de poder tan comunes en otros dicasterios de la Ciudad Santa, completamente absorto en su trabajo y pendiente de dar respuesta rápida a las demandas de Juan Pablo II, con el que despachaba una vez por semana.

NO EJERCERÁ DE CONSEJERO DEL NUEVO PAPA

Como subraya el periodista italiano Vittorio Messori, buen conocedor del cardenal Ratzinger-Benedicto XVI gracias a su famoso libro-entrevista "Informe sobre la fe": "La discreción proverbial de Joseph Ratzinger asegura que no existirá ninguna interferencia con el gobierno del sucesor. Estamos convencidos de que rechazará incluso el papel de «consejero» lleno de años, pero también de experiencia y de sabiduría, incluso aunque hubiera peticiones explícitas del nuevo papa reinante. En su perspectiva de fe, el único verdadero «consejero» del pontífice es el Espíritu Santo que, bajo la bóveda de la Sixtina, le ha señalado con el dedo".

"LE REPUGNA INTERVENIR EN LO QUE NO ES DE SU COMPETENCIA"

Por su parte, el cardenal español Julián Herranz, persona cercana y de confianza de Benedicto XVI, ya que encabezó el equipo de tres cardenales que investigaron el escándalo VatiLeaks, señala que "Benedicto XVI es un hombre de una delicadeza humana y espiritual enormes, jamás se le ocurriría intervenir en lo que es competencia de otro, le repugnaría. No creo que en ese sentido vaya a haber ningún problema. Lo que no quita para que el nuevo Papa, en algún momento o en alguna ocasión, no vaya a pedir el consejo de Benedicto XVI".

¿DÓNDE VIVIRÁ?

Benedicto XVI se retirará al monasterio de monjas de clausura ´Mater Ecclesiae´, situado en el interior del Vaticano, no muy lejos de los apartamentos del Papa.

El monasterio, que actualmente está siendo rehabilitado, fue construido en 1992 por deseo de Juan Pablo II, y se encuentra dentro de los jardines vaticanos.

El edificio consta de cuatro plantas y entre el segundo y tercer piso hay doce celdas monásticas, mientras que en la parte baja del edificio se hallan el refectorio, la cocina y la enfermería, entre otras dependencias, informa Efe.

La parte de nueva construcción tiene dos niveles y cuenta con una superficie de 450 metros cuadrados, que alberga la capilla y el coro, así como una la biblioteca en la planta superior.

En los últimos veinte años se han alternado en este convento diferentes órdenes de monjas de clausura, primero las clarisas, después las benedictinas y las visitadoras, que en noviembre de 2012 tuvieron que dejar el monasterio debido a los trabajos de reestructuración.

Álex Rosal / ReL

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