martes, 7 de agosto de 2012

LA IMPORTANCIA DE SER UN PADRINO



La importancia del padrinazgo recae en el acompañamiento y la formación espiritual en la vida cristiana del bautizado; no en la conveniencia de relaciones a través del compadrazgo.

Muy alegre está quien se entera de que será padrino de bautismo de un niño. Hay preparativos, compras y expectación, pues el compadrazgo es un vínculo importante. Más en América Latina que en otros países. No obstante las fiestas que se realizan por el bautismo de un niño, debemos reconsiderar el papel del o los padrinos a la luz del crecimiento espiritual del ahijado.

FINALIDAD DEL PADRINAZGO

“En la medida de lo posible, a quien va a recibir el bautismo se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo.” (CDC canon 872)

Este canon deja en claro la función del padrino:, pues debe formar y guiar al nuevo cristiano en el perfeccionamiento espiritual. Es así que el padrino debe ser un acompañante constante del ahijado, ya sea éste adulto o niño. Al mismo tiempo, el padrino debe ser un a poyo moral y un ejemplo a seguir, pues si los padres educan con el ejemplo, el padrino también educará en el ejemplo, ya que su función es semejante a la del padre.

El padrino ejerce su función en diferentes etapas. La primera es la presentación del bautizado al sacramento. La segunda es asistir en la iniciación cristiana y la tercera es procurar que la vida del bautizado sea congruente con el bautismo. Es evidente que la primera parte se cumple el día del bautismo. Por desgracia, muchos padrinos piensan que sus funciones inician y terminan el mismo día. Sin embargo, deben considerar que su función no está completa si no se llevan a cabo las otras dos etapas.

LA ASISTENCIA EN LA FORMACIÓN DE LA VIDA CRISTIANA

Una vez que el bautismo tiene lugar, comienza la vida cristiana del neófito. Es normal que a partir de aquí afloren preguntas y problemas. Ante esto, el padrino debe ser un apoyo para su ahijado, ya sea proporcionando respuestas para las preguntas o un soporte para su búsqueda. Iniciarse en el cristianismo no sólo implica el cumplimiento sacramental, sino el seguimiento voluntario de las enseñanzas de Cristo. Por tanto, el padrino inicia al bautizado en el cristianismo transmitiéndole las enseñanzas de Jesús.

Para lograr esta transmisión se puede contar con herramientas catequéticas o académicas (cursos, catecismo, etc) Sin embargo, la mejor forma de transmitir las enseñanzas cristianas a es través del recto ejemplo. Cuando el bautizado aprenda de su padrino que el cristianismo exige una preparación rigurosa, pero que la plenitud en Dios vale la pena, entonces se puede asegurar que la semilla del cristianismo a caído en buena tierra.

LA PROCURACIÓN DE LA COHERENCIA CRISTIANA DE VIDA

El acompañamiento que comenzó con la iniciación bautismal tiene su plenitud a lo largo de la vida del bautizado. Sólo el acontecer cotidiano se puede comprobar el seguimiento de las enseñanzas dadas, pues el cristianismo no es momentáneo, sino que pretende poseer primero la felicidad terrena en la práctica de la caridad, y luego la la felicidad sobrenatural en la otra vida. La coherencia cristiana se refiere a que las acciones de vida estén de acuerdo con las enseñanzas de caridad. Es aquí que el padrino se convierte en una especie de juez de las acciones de su ahijado, a la vez que consejero. En esta etapa el padrino ya no es sólo un informador, sino un caritativo supervisor de las acciones de su ahijado. Esta plenitud de las funciones del padrino debe hacerse desde la caridad y la espontaneidad. Es decir, evitando caer en perfeccionismos vanos.

¿DEBE EL PADRINO SER UN SOSTÉN ECONÓMICO?

En algunas regiones, los padrinos de bautismo no bastan para completar los festejos. Se consiguen padrinos de ropón, de pastel, de comida, etc. Debemos recordar que el o los padrinos debieran ser un apoyo para la formación cristiana de los bautizados y no sostenes económicos.

“El derecho canónico instituye al padrino en guía del nuevo bautizado, pretende que sea en cierto modo su modelo de vida cristiana. El padrino ha de velar por el crecimiento espiritual del recién bautizado -niño o adulto-, acompañarle en sus primeros pasos en la fe, que aprenda, como de su mano, los fundamentos doctrinales y morales de la fe cristiana. Ya se ve que estas funciones son tan graves que en absoluto se pueden considerar de suplencia de los padres, en el caso de los niños que se bautizan: más bien se complementan con las funciones de los padres, por supuesto sin sustituirles.” (1)

Se han dado los casos en que, al fallecimiento de los padres del niño bautizado, los padrinos se hacen cargo del huérfano. Sin embargo, esta obligación no está prevista por el Código de Derecho Canónico. Es aceptable que los padrinos puedan solventar algunas necesidades económicas del ahijado, en la medida de lo posible. Sin embargo, la tarea del o los padrinos no es económica, sino de formación de vida cristiana.

(1) Los padrinos de bautismo en el derecho canónico.

Gabriel González Nares

1 comentario:

vaticanocatolico.com dijo...

Le recomiendo que busque en YouTube un video que se llama El Tercer Secreto de Fátima que fue creado por vaticanocatolico.com. También en la página web tienen artículos que explican cómo la Biblia prueba las enseñanzas de la Iglesia católica, la necesidad del sacramento del bautismo para la salvación, los dogmas del Magisterio infalible de la Iglesia católica. Además explican qué le ha ocurrido a la Iglesia católica después del Vaticano II, cómo estamos viviendo la Gran Apostasía profetizada en la Sagrada Escritura y en las profecías católicas. El link del video es el siguiente: El Tercer Secreto de Fátima y el Fin del Mundo