Con sus
arcas nacionales agotadas debido a las costosas guerras el rey Federico
Guillermo III de Prusia encontró a su nación, al intentar reconstruirla,
seriamente escasa de fondos. Rehusó capitular con sus enemigos y no podía enfrentarse
con la frustración de su pueblo.
Después de
pensarlo profundamente, pidió a las mujeres de Prusia que trajesen su oro y
plata para ser fundidos y utilizados en remplazo de las cosas que tan desesperadamente necesitaba la nación.
Al traer
cada mujer sus joyas, se le daba un “adorno” de bronce o hierro como símbolo de
gratitud del rey. En el adorno estaba grabado: “Di oro por hierro, 1813″
La respuesta
fue abrumadora. ¡Las mujeres llegaron a valorar más los regalos del rey que sus
antiguas alhajas! Estos adornos eran la prueba de que se habían sacrificado por
su rey.
Es más se
volvió altamente fuera de moda usar alhajas en Prusia a los comienzos del siglo
diecinueve, pero muy de moda usar una cruz de hierro. De allí nació la “Orden
de la Cruz de Hierro”.
El
significado de la vida no yace en la posesión de cosas, ¡sino más bien de cómo usar esas cosas para dar a la vida su
verdadero significado!
No mida su
riqueza por las cosas que posee, sino por lo que tenga y por lo cual no se
aceptaría dinero.
Lucas 12:15
Porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.
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