martes, 26 de junio de 2012

TEMOR A LA MUERTE


Normalmente cuando uno habla de Dios, repite las enseñanzas de nuestros sacerdotes, sean teólogos o no, indudablemente porque saben mas que nosotros, y es nuestro deber retransmitir estas enseñanzas a todos aquellos que quieran saber algo mas de nuestra religión.

Se trata de que la Palabra pase de boca en boca o través de otros medios de la manera más fiel, tal como antiguamente los hacían los primeros cristianos.

Suena macabro hablar de la Muerte, pero disfruto aprendiendo y enseñando sobre cualquier tema que me interesa.

Cuando un buen sacerdote hace bien su trabajo hay que reconocerlo e inclusive recomendar para que otros lo escuchen, sobre todo para que aquellos, hambrientos de conocimientos, logren saciarse y llenarse de Dios… nuestro Grupo agradece al P. Jorge Remuzgo (Teólogo Moral) por sus enseñanzas y por las hermosas Homilías de todos los domingos.

Voy a tratar de plasmar de memoria (se nos malogró la grabadora) la Homilía sobre la Muerte, de tal manera que puedan todos captar el mensaje.

Gráficamente conceptuamos la existencia humana con una línea llamada VIDA que en cierto momento cambia de nombre y se llama MUERTE.

VIDA – MUERTE = ERROR. En realidad, si pensamos así, estamos completamente equivocados.

Ahora veamos cómo realmente es. Imaginemos a la MUERTE como una pequeña interrupción entre la VIDA TERRENA y la VIDA ETERNA.

VIDA TERRENA – MUERTE – VIDA ETERNA = CORRECTO.

En la VIDA TERRENA consideramos lo que hemos hecho a todo nivel: Alegrías, penas, logros, fracasos, virtudes, pecados, cosas buenas, maldades, verdades, mentiras, lealtad, traición, salud, enfermedad, etc.

A la MUERTE considerémosla solamente como la PEQUEÑA LINEA que divide AMBAS VIDAS. Nada más que eso es la MUERTE, pero muchos le atribuyen las enfermedades, dolores, sufrimientos, que realmente pertenecen a LA VIDA TERRENA. Le dan a la MUERTE una fama de dolor y sufrimiento que no se merece. Si tuviéramos que definir a la MUERTE en un TIEMPO REAL podríamos decir que la MUERTE dura un microsegundo. No hay dolor, no hay gozo, simplemente un paso de una VIDA a otra VIDA.

La VIDA ETERNA la podríamos dividir primariamente en dos: CIELO – INFIERNO.

En el INFIERNO no hay ninguna posibilidad… es la MUERTE ETERNA sin la visión gloriosa de Dios. Es no gozar de la PRESENCIA DE DIOS eternamente.

Al CIELO lo dividimos en dos: PURGATORIO – GLORIA ETERNA.

Estar en el PURGATORIO es estar salvo y camino a la GLORIA ETERNA una vez purificados. Es nuestro baño turco, un sauna que nos limpia hasta convertirnos en Luz para ver la LUZ. Es el efecto de estar de MENOS CERCA a MÁS CERCA de Dios. Es como sentarse al final de las bancas de la Iglesia e irse acercando poco a poco al Sagrario. De todas formas, todo aquel que está en el PURGATORIO está más cerca de Dios que cualquiera de nosotros aquí en este mundo llamado Tierra, por más bueno que uno sea.

¿Cómo avanzamos más rápido una vez en el PURGATORIO para alcanzar la Gloria?: Pues la única forma de lograrlo es con las oraciones de todos aquellos, familiares y amigos que piden a Dios por esa alma.

Ama como te lo pide Dios y encontrarás que muchos te amarán y cuando partas pedirán por ti. El que fue bueno en la Tierra pero nunca amó, no tendrá quien ore por él y será lento su acercamiento a Dios.

Con el cambio de VIDA no termina el DAR y el RECIBIR, porque pedimos nosotros por el alma de alguien para que llegue y esta alma pedirá a Dios por nosotros cuando llegue. Es una CADENA DE AMOR que nadie podrá romper. La Iglesia también se preocupa por las ALMAS DEL PURGATORIO y reza en días especiales por estas. En los claustros sucede lo mismo con las religiosas que también rezan por la misma razón, y es más, rezan también por las almas que no hicieron nada malo pero que tampoco hicieron nada bueno.

Y la GLORIA ETERNA, es el premio a nuestra perseverancia por el camino del Señor en la VIDA TERRENA. Es nuestro PARAÍSO. Es poder ver a Dios eternamente en todo su fulgor y gloria. Es el PREMIO más grande de un alma que se esforzó para lograrlo.

Y esta es una síntesis sobre la MUERTE. Pido disculpas si no he sido tan explicito como el P. Jorge Remuzgo… hasta acá me llegó la memoria.

José Miguel Pajares Clausen

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