viernes, 12 de noviembre de 2010

ALGUNOS TÉRMINOS BÍBLICOS... SU EXPLICACIÓN BREVE


Bautismo.
El bautismo significa 1) ser lavado 2) ser enterrado (ser sumergido) y en significado espiritual 3) pasar el pecado por imposición de manos, como se hacía en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, el bautismo de Jesús por Juan el Bautista fue para quitar todos los pecados de los hombres. El bautismo de Jesús tiene el significado de llevarse los pecados del ser humano, para lavar con agua los pecados del mundo.

Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, el representante de todo ser humano y el sumo sacerdote según la tradición de Aarón, y llevó todos los pecados del mundo sobre Sí Mismo. Este fue el propósito de Su bautismo.

En la palabra el Bautistmo de Jesús se tiene un significado espiritual de pasar, ser enterrado”. Esto significa que todos los pecados fueron pasados a Jesús y que Él fue juzgado en lugar del ser humano. A fin de salvar al ser humano, Jesús tuvo que llevar los pecados de los hombres y morir por ellos.

Por eso Su muerte es también la muerte de nosotros, todos los pecadores del mundo, y Su resurrección es la resurrección de todo el mundo. Su sacrificio es la salvación de los pecadores y Su bautismo es el testimonio de lavar con agua todos los pecados del ser humano.

La Biblia nos dice que "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva" (1 Pedro 3:21). El bautismo de Jesús es la manera justa de salvar al ser humano a través del lavamiento con agua de todos sus pecados.

¿Porqué Jesús se sacrificó a si mismo en la Cruz?
El sacrificio de Jesús fue por los pecados de las personas que Él quitó a través de Su bautismo. Él pagó por los pecados de las personas para que el ser humano pueda ser libre del castigo de sus pecados.

Lo que debemos saber es que Jesús fue bautizado en el río Jordán para quitar todos los pecados de las personas. Y debemos confiar en que Jesús murió en la Cruz por esta razón.

Si Jesús no hubiera sido bautizado antes de ser crucificado, si Él no hubiera muerto en la Cruz, todos nuestros pecados se habrían quedado. Entonces debemos confiar en el bautismo y la Sangre de Jesús. Pues Jesús es el Hijo de Dios, el Cordero expiatorio, El fue sacrificado para borrar todos nuestros pecados.

Todos nosotros debemos confiar en que Jesús es el Hijo de Dios, que Él fue bautizado para quitar todos los pecados del mundo, y que Él fue crucificado por nuestros pecados. Jesús fue bautizado para quitar todos los pecados de las personas, después fue crucificado para que nosotros, los pecadores pudiéramos ser salvados de todos nuestros pecados y seamos libres de castigo.

Pecado.
Todas las cosas opuestas a Dios. Todos los pecados incluyendo el pecado original y las transgresiones que cometemos en toda nuestra vida.

El pecado en griego es hamartia. Y pecar es hamartano que significaerrar”, en otras palabras, confiar en Jesús, pero falta la capacidad de ser salvo. No saber, ni confiar en la verdad es cometer pecado de desobediencia y desdeñar a Dios.

Si una persona no quiere cometer pecado ante Dios, tiene que entender las palabras de Dios correctamente y darse cuenta de la verdad, que Jesús se hizo su Salvador.

Debemos confiar en el bautismo de Jesús y Su Cruz por medio de las palabras de Dios. Es un pecado no aceptar la Palabra de Dios y desviarse de la verdad y confiar en teorías falsas.

La Biblia nos dice que el pecado más grave es no confiar en que Dios quitó todos los pecados del mundo. Debemos confiar en el nacimiento de Jesús, en que Él quitó el pecado del mundo por medio de Su bautismo, y en que Él nos dio vida con Su sangre en la Cruz. Esto es un pecado si uno no confía en las palabras escritas, que Jesús fue bautizado y murió en la Cruz y resucitó para hacernos libres de nuestros pecados.

Contrición.
Cuando una persona que esta alejada de Dios se da cuenta de su pecado y da gloria a Jesús por haber quitado sus pecados y se vuelve a Dios, esto es llamado contrición.

Todas las personas son una masa de pecados. La contrición verdadera es admitir que somos pecadores ante Dios, que no podemos dejar de cometer pecados en toda nuestra vida e ir a infierno cuando morimos, que debemos recibir a Jesús y confiar en que El vino a este mundo para salvar a los pecadores, que El quitó todos los pecados (a través de Su bautismo) y murió y resucitó para salvarnos. La contrición verdadera es abandonar nuestros propios pensamientos y volver a Dios. (Hechos 2:38)

La contrición es admitir nuestros pecados y volver a la palabra de Dios, aceptar la salvación por agua y la sangre con todo nuestro corazón. (1 Juan 5:6)

La contrición verdadera es considerarnos a nosotros mismos como un pecador completo y confiar en Jesús, el Hijo de Dios, como el Salvador que nos salvó de todos nuestros pecados. A fin de ser salvados y ser lavados de todo pecado, debemos dejar de tratar de lavarnos a través de nuestros propios esfuerzos y admitir que somos completamente pecadores ante Dios y Sus Leyes. Entonces debemos aceptar la verdad, la salvación por agua y del Espíritu, la salvación que Jesús nos dio con Su bautismo y sangre.

Un pecador tiene que abandonar sus propios pensamientos y voluntad y volver a Jesús completamente. El va a ser salvado cuando el empiece a confiar en que el bautismo de Jesús fue para quitar sus pecados.

En otras palabras, confíe en el hecho de que el bautismo de Jesús, Su crucifixión, y Su resurrección fueron la manera de salvar a los pecadores. Jesús vino en persona y fue bautizado y fue crucificado para quitar todos los pecados del mundo. Tener la fe completa en todo esto y confiar en que Jesús resucitó para hacerse el Salvador de todos los que confían en Él es la contrición completa y la fe verdadera.

La expiación por pecados.
O el perdón de pecados. Los pecados son perdonados cuando somos limpios de todos los pecados una vez y para siempre a través del evangelio por agua y del Espíritu. La fe en el evangelio por agua y el Espíritu es confiar en la existencia de Jesús como el Hijo de Dios, Su descenso a este mundo en persona, Su bautismo y crucifixión para la salvación de las personas.

La redención que Jesús dio a las personas es a través de la fe en Su bautismo y sangre (como está escrito en el Antiguo Testamento) que Jesús mismo salvaría a todas las personas del pecado. La redención en la Biblia indica que quitar los pecados por medio de la fe en el bautismo de Jesús y Su sangre. Todos los pecados fueron pasados a Jesús, entonces no hay ningún pecado en los corazones del ser humano.

Podemos llamarnos redimidos y justos sólo después de pasar todos nuestros pecados a Jesús a través de Su bautismo.

Los Justos.
Aquellos que, creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu, han recibido la remisión de todos los pecados y llegan a estar sin pecado ante Dios son llamados justos. Romanos 4:7-8 dice, "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el hombrea quien el Señor jamás le tomará en cuenta su pecado". Los bienaventurados aquí se refiere a nadie más que a los justos que han recibido la remisión del pecado. Debido a que Dios es santo y justo, Él no aprueba a aquellos que tiene pecado en sus corazones como justos. Para ser perdonado de nuestras obras ilícitas y tener nuestros pecados cubiertos es llegar a estar sin pecado y a ser santo creyendo realmente en Jesucristo - esto es, creyendo que nosotros pasamos nuestros pecados a Jesús a través de Su bautismo, y que con Su muerte sobre la Cruz Jesús pagó vicariamente la deuda de nuestros pecados sobre la Cruz por nosotros.

Debido a que Dios no puede mentir, Él nunca aprueba a aquellos que tienen pecados como justos. Al contrario, Él los condena y los arroja en el fuego del infierno. Para estar sin pecado ante Dios, debemos creer en nuestros corazones que todos nuestros pecados del pasado, presente y futuro fueron pasados a Jesús de una sola vez cuando Él fue bautizado por Juan el Bautista, y debemos cortar nuestros pecados de nuestros corazones. Como tal, los justos ante Dios se refiere a aquellos que están sin pecado en sus corazones creyendo en el bautismo de Jesús y en la Cruz. Si alguna gente aún tiene pecado en sus corazones aún cuando creen en Jesús y aún hacen sus oraciones de arrepentimiento, entonces tales personas son pecadoras, y no hijos de Dios.

Dios no justifica a los malvados (Éxodo 23:7), porque Él no puede mentir. Por lo tanto, aquellos que dejan fuera el bautismo de Jesús y solo creen en la sangre de la Cruz nunca podrán ser justos.

Salvación.
La Salvación significa ser salvado de morir ahogado. Una persona recibe salvación cuando él admite que él no puede escapar de ir al infierno por sus pecados y confía en que Jesús le salvó de todos sus pecados a través de Su nacimiento, bautismo y la sangre en la Cruz.

Los que son limpios de pecados por confiar en la salvación de Jesús, el bautismo y la sangre de Jesús son llamados, los salvados, los nacidos de nuevo, los justos.

Podemos usar la palabra salvación para los que han sido salvados de todos sus pecados, incluyendo el pecado original y sus pecados diarios, por confiar en Jesús. Como una persona que estuvo a punto de morir ahogada es salvada, la persona que se ha ahogado por el pecado del mundo puede ser salvada por confiar en Jesús como su Salvador, por confiar en Su bautismo y sangre, por confiar en las palabras de la verdad espiritual.

El río Jordán en que Jesús fue bautizado.
El río Jordán fluye rápidamente al Mar Muerto en que no existe ningún ser viviente. La superficie del Mar Muerto es mucho más baja que el nivel del mar. Entonces el agua del Mar Muerto no puede fluir a ningún lugar quedándose sólo en el Mar Muerto.

Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el río de muerte (el río Jordán).
Esto representa que todas las personas excepto los que no tengan pecado en su corazón se enfrentan a la condenación eterna por sus pecados al final.

Entonces el río Jordán es el río para lavar los pecados, el río en que los pecadores mueren. Esto es el río de redención en que todos los pecados de las personas fueron lavados a través de Su bautismo, pasándoselos a Jesús.

¿Quién es Juan el Bautista que bautizó a Jesús?
Dios dio a las personas Su Ley a través de Moisés así como el sacrificio de la redención para que las personas pudieran obtener la expiación de sus pecados e iniquidades. Él ordenó a Aarón, el hermano de Moisés, como el sumo sacerdote y le hizo ofrecer el sacrificio de expiación en el décimo día del séptimo mes, el Día de la Expiación, para que los pecados anuales de Israel pudieran ser quitados. (Levítico 16)

El especificó que el sacrificio del Día de Expiación pudiera ser ofrecido por los descendientes de Aarón. Dios abrió el camino para los israelíes, para expiar todos sus pecados a través de la imposición de manos, el sacrificio de expiación ofrecido por Aarón y sus descendientes. Esto es la ley de expiación que Dios estableció para las personas.

Él hizo claro que Jesús es el Salvador del ser humano. Y en la época del Nuevo Testamento, Juan el Bautista fue un descendiente de Aarón y el último sumo sacerdote del Antiguo Testamento. Y Juan el Bautista, como el Profeta de Dios y el representante y sumo sacerdote del ser humano, bautizó a Jesús, el Hijo de Dios, que vino a salvar a los pecadores y pasó todos los pecados del ser humano sobre Su Cabeza.

Todas las personas son bendecidas verdaderamente por ser capaces de pasar sus pecados a Jesús a través de Juan el Bautista; el papel de Juan fue el de sumo sacerdote representando al ser humano; el siervo de Dios que pasó todos los pecados del ser humano a Jesús.

Juan el Bautista es el representante y el sumo sacerdote del ser humano enviado por Dios, y el mensajero que fue enviado 6 meses antes de Jesús. Por otra parte, Jesús fue el Cordero de Dios que quitó todos los pecados del mundo mientras Juan el Bautista fue el sumo sacerdote que pasó los pecados del mundo a Jesús a través del bautismo. Juan el Bautista fue el siervo de Dios.

El Representante de la Raza Humana.
Refiriéndose a Juan el Bautista, Jesús dijo, "De cierto os digo que no se ha levantado entre los nacidos de mujer ningún otro mayor que Juan el Bautista" (Mateo 11:11). Esto significa que Juan el Bautista es el mayor de toda la gente nacida de mujer. Juan el Bautista, nacido de Zacarías y Elizabet, descendientes de Aarón, era un hombre puramente de la casa de Aarón. De acuerdo a la Ley del Antiguo Testamento, los sacerdotes solo podían venir de la casa de Aarón, y era de entre estos sacerdotes que el Sumo Sacerdote era consagrado y servía en el Tabernáculo.

Lo más importante de todas las tareas que el Sumo Sacerdote realizaba era dar la ofrenda que remitía todos los pecados del pueblo de Israel, una vez al año en el Día de la Expiación. En este Día de la Expiación, el Sumo Sacerdote, como el representante del pueblo de Israel, imponía sus manos sobre la cabeza del chivo y así pasaba todos sus pecados sobre el chivo. De la misma manera, Juan el Bautista, un hombre de la casa de Aarón, era consagrado por Dios como el Sumo Sacerdote, y pasó todos los pecados de la humanidad a Jesucristo bautizándolo a Él, lo que era una forma de la imposición de manos. Jesús levanto a Juan como el representante de la raza humana. ¿Por qué? Porque Juan era un descendiente de Aarón el Sumo Sacerdote, el Elías que había de venir a quién el Profeta Malaquías había profetizado, y el profeta que pasó todos los pecados de la humanidad sobre Jesús. Jesús vino a esta tierra como el Cordero de Dios para salvar a la humanidad de sus pecados del mundo, y para esto tenía que existir un representante de la humanidad, un Sumo Sacerdote de la casa de Aarón. Este era nada más que Juan el Bautista.

Imponer manos, la Ordenación.
Esto es un proceso de pasar los pecados en el Antiguo Testamento (Levítico 4:29,16:21). En los días del Antiguo Testamento, Dios permitió al pueblo expiar sus pecados al imponer manos sobre la cabeza de una ofrenda dentro del tabernáculo. Y esto revela el bautismo de Jesús para entrar en el Nuevo Testamento.

Ser nacido de nuevo.
Ser nacido por segunda vez. Un pecador es nacido de nuevo cuando él es salvado espiritualmente por confiar en el bautismo de Jesús y en Su Cruz.

Una persona es nacida de nuevo espiritualmente por confiar en el bautismo y la sangre de Jesús. Los que son nacidos de nuevo son los que han sido limpiados de todos sus pecados y son los que esperan que Jesús venga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermano Jose, en nombre de nuestra amada Iglesia Católica le ruego que mire bien que teología expone. En ningún lado de la Tradición Apostólica se enseña que solo por creer en Jesús ya se nos perdonó nuestros pecados pasados, presentes y hasta los futuros. En algunas frases hay criticas veladas a nuestra Iglesia Católica como esa de que la gente que hace oraciones de arrepentimiento no son hijos de Dios sino pecadoras.

Hermano José dijo...

No respondo a anónios.
Dios te bendiga