lunes, 15 de noviembre de 2010

2012


EL 2012, EN EL CASO QUE ACEPTEMOS LO OBVIO POR LAS SEÑALES, YA EMPEZÓ.

Acá no se trata de que el día exacto, 21 de diciembre del 2012, el mundo tendrá un cambio radical. El 2012 ya empezó. Sólo mira las noticias: Un mundo convulsionado por terremotos, inundaciones, plagas, asesinatos, etc.

Acá no se trata de vaticinios de los Mayas, Incas, Notredamus o cualquier otro profeta, católico o no católico, porque ya Jesús lo dijo hace mucho tiempo: No quedará piedra sobre piedra, la cosa se viene, y se viene con fuerza.

Pocos quedarán sobre la Tierra, la mayoría enfrentara a su Creador, que, aunque se promocione como misericordioso, será justo en su veredicto, con la anuencia de María Santísima, que estará a su lado pidiéndole, como en Caná, que cambie su veredicto.

Amigo mío, es muy difícil irse al infierno, sólo trata de amar a tu prójimo como a ti mismo y a Dios. Una niña, ahora una señorita, cuando escribí sobre esto, me preguntó: ¿Cómo es eso? Le pedí que, si alguien más de ella me lo preguntara a traves de mi blog, se lo iba a explicar... nunca lo hizo... nadie me lo pidio.

El temor a la muerte es de los inseguros... yo amo a la muerte. Si nunca recibí un diploma o medalla, con la muerte la recibiré, porque he sido bueno, cumplí con lo básico que me pidió mi Creador. Lo que pude recibir en la Tierra de los hombres, no me servirán de nada a la hora del Juicio... de nada me servirá.

Para ser campeón, para lograr el cielo, no necesitas ser la Madre Teresa, tampoco necesitarás ser el ejemplo de ningún santo, solo tienes que ser tú, con tus cualidades y defectos, con tus ganas de agradar a Dios con lo que puedas... hasta donde puedas. Dios te creo a su imagen y semejanza... no trates de ser más.

Mira amigo, el fin del mundo para ti o para mí, puede ser mañana... ¡olvídate del 2012!, que ya empezó, desde hace muchos años. No temas encontrarte con tu Creador... Él te está esperando... la muerte fue vencida por Él. Nos está esperando en una de sus muchas estancias, creadas especialmente para ti y para mí.
José Miguel Pajares Clausen

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