lunes, 2 de marzo de 2009

LA VISITA...


Ruth fue a su buzón de correo y sólo había una carta. La tomó y la miró antes de abrirla, y notó el nombre y dirección.

Ella leyó:
-"Querida Ruth: Voy a estar en tu barrio el sábado en la tarde y quisiera verte. Te quiere siempre, Jesús"

Sus manos temblaban mientras colocaba la carta en la mesa.
-“¿Por qué Dios querrá visitarme si no soy nadie especial?“

También recordó que no tenia nada que ofrecerle. Pensando en eso, ella recordó su alacena vacía.
-"Oh, no tengo nada que ofrecerle. Tengo que ir al supermercado y comprar algo para la cena"
Ella tomó su cartera que contenía $5.00
-"Bueno, puedo comprar pan y embutidos por lo menos"

Se puso el abrigo y corrió a la puerta. Compró un molde de pan francés media libra de jamón de pavo y un cartón de leche lo que la dejó con tan sólo doce centavos hasta el lunes.

Se sentía bien a medida que se acercaba a su casa con su humilde compra bajo el brazo.
-"Señorita, por favor, ¿puede ayudarnos?"
Ruth había estado tan sumergida en sus planes para la cena que no había notado dos figuras acurrucadas en la acera. Un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos.
-"Mire señorita, no tengo trabajo y mi esposa y yo hemos estado viviendo en las calles, nos estamos congelando y tenemos mucha hambre y si usted nos pudiera ayudar se lo agradeceríamos mucho"
Ruth los miro. Ellos estaban sucios y mal olientes y pensó que si ellos en verdad quisieran trabajan ya habrían conseguido algo.
-"Señor, me gustaría ayudarlos, pero soy pobre también. Todo lo que tengo es un poco de pan y jamón, y tengo que atender un invitado especial a cenar esta noche y pensaba darle esto de comer"
-"Esta bien, comprendo. Gracias de todas maneras
El hombre puso su brazo sobre los hombros de la mujer y se fueron rumbo al callejón. Ella los miraba alejarse y sintió mucho dolor en su corazón
-"Señor espere"
La pareja se detuvo, mientras ella corría hasta ellos.
-"Por que no toman esta comida, puedo servirle otra cosa a mi invitado" - dijo ella mientras le entregada la bolsa del supermercado.
-"Gracias. Muchas gracias señorita. Si, Gracias" - Le dijo la mujer y Ruth pudo ver que estaba temblando de frío.
-"Sabe, tengo otro abrigo en casa, tome éste" - le dijo mientras se lo ponía sobre los hombros.
Ella regresó a casa sonriendo y sin su abrigo ni comida que ofrecer a su invitado.
Se estaba desanimando a medida que se acercaba a la puerta de su casa, pensando que no tenía nada que ofrecer al Señor.

Cuando metió la llave en la cerradura notó otro sobre en su buzón.
-"Qué raro. Usualmente, el cartero no viene dos veces el mismo día"
Ella tomó el sobre y lo abrió:
-Querida Ruth: Fue muy agradable verte de nuevo. Gracias por la comida y gracias también por el hermoso abrigo. Te quiere siempre, Jesús

Reflexión: Yo sé que a veces es difícil encontrar a Dios en las pequeñas cosas que nos rodean, incluso en las personas que a veces nos son desagradables, pero es precisamente ALLI donde ÉL quiere que le encontremos: En cada pequeña y hermosa cosa que esta hecha para nosotros.

-"Y cualquiera que dé a uno de estos mis pequeñitos un vaso de agua fría solamente, digo que no perderá su recompensa" ~ San Mateo 10:42.

-"Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librara Yahvé. Yahvé lo guardara, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra" Salmo 41:1-2.

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