martes, 1 de mayo de 2007

DIOS PADRE PERMITE CIERTAS COSAS


Dios no es un padre Dios es El Padre.

Un ebrio se pasó la luz roja y causó un accidente múltiple de seis autos entre la Av. Arequipa y el Jr. Risso. Las sirenas ululaban y la muerte estaba en el aire.

Una madre, atrapada dentro de su auto, era escuchada a pesar del ruido; su ruego casi rompía el aire:
-“¡Oh Dios, por favor salva a mis niños!”
Ella trataba de librar sus manos atrapadas, pero el metal retorcido la mantenía cautiva. Su mirada llena de terror se enfocó en el asiento trasero donde había sentado a sus hijos, pero todo lo que vio fueron vidrios rotos y dos sillas para niños destruidas. Sus gemelos no se veían por ningún lado; ella no los escuchaba llorar, y rogó que hubieran sido arrojados del vehículo…
-“¡Oh Dios, no los dejes morir!”.

Luego llegaron los bomberos y la liberaron, pero cuando buscaron en la parte trasera, no encontraron a los niños… los cinturones de seguridad estaban intactos. Ellos pensaron que la mujer estaba trastornada por los golpes y que estaba sola en el auto, pero cuando trataron de interrogarla, descubrieron que ya no estaba en el auto, que había desaparecido. Policías la vieron pasar corriendo sin rumbo, y gritando más fuerte que el ruido de la calle, suplicando desesperadamente:
-“¡Por favor ayuda para encontrar a mis gemelos!... sólo tienen 5 años... están vestidos con camisas azules y jeans haciendo juego.

Al escucharla un policía dijo:
-Están en mi auto y no tienen ningún rasguño ellos dicen que su papá los puso ahí, y les dio un juguete a cada uno; luego les dijo que esperaran que su mamá regrese para llevarlos a casa ya busqué por todas partes pero no puedo encontrar al padre probablemente dejó el área, supongo y eso es muy raro.

La madre abrazó a los gemelos y dijo, mientras se limpiaba las lágrimas que caían de sus ojos:
-Él no pudo haber dejado el área, ya que murió hace un año.
El policía, mostrándose confundido, preguntó:
-“¿Cómo puede ser esto verdad?”.
Los niños exclamaban:
-Mami, papi vino y nos pidió que te diéramos un beso por él. Dijo que no debíamos preocuparnos y que tú estarías bien, luego nos puso en este auto con las luces brillantes bonitas. Queríamos que se quedara con nosotros porque lo extrañamos mucho, pero él sólo nos abrazó muy fuerte y dijo que tenía que irse. Dijo que algún día entenderíamos nos pidió que nos portáramos bien, y que te dijéramos que él siempre nos está cuidando

La madre dudó que lo que ellos decían era verdad, pero recordó las últimas palabras de su esposo: “¡Yo los cuidaré!”

El reporte de los bomberos no podía explicar que, con el auto completamente destruido, los tres ocupantes se salvaran sin una cicatriz, y menos cómo fue que salieron del él. Pero en el reporte de la policía estaba escrito: Un ángel pasó esta noche por aquí.

El amor de Dios es como el océano, puedes ver su comienzo, pero no su final.
Adaptado por: José Miguel Pajares Clausen

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Son muy interesantes estas historias muchas de ellas de la vida real y nos hacen reflexionar en muchas cosas .
Pero lo màs importante es creer que Jesucristo resucitò y se encuentra presente entre nosotros y Marìa nuestra Santìsima Madre intercede por cada uno de nosotros.
¡Que Dios Los Bendiga y la Virgen los Cubra con su Manto !

Estrellita.

Hermano José dijo...

Si Jesús no hubiera resucitado, sería un hombre como como cualquier otro con ciertas cualidades y dones, pero resucitó venciendo a la muerte, para que nosotros también resucitemos algún día para gozar de su gloria.

Bendiciones.