LA HISTORIADORA ANGELA PELLICCIARI REPASA LOS MOMENTOS MÁS CRÍTICOS DEL CATOLICISMO
Angela Pellicciari, historiadora italiana experta
en la historia de la Iglesia / Daniel Ibáñez (Revista Misión)
La Iglesia vive tiempos convulsos
y también sufre una fuerte secularización en Occidente, lo que provoca que
muchos creyentes caigan en el desánimo ante una crisis sin precedente. Sin
embargo, la historiadora Angela Pellicciari, autora entre otros libros
de Una historia de la Iglesia (BAC) pone de manifiesto en una entrevista
con Javier Lozano en la Revista Misión, destinada a familias
católicas y de suscripción gratuita, que en
la historia de la Iglesia se han vivido situaciones aún más complicadas.
-¿ES
LA HISTORIA DE LA IGLESIA UNA HISTORIA DE PERSECUCIÓN?
-Así lo dice Jesús. Cuando Pedro le pregunta
cuál será el premio que recibirán los apóstoles por haberlo dejado todo, Jesús
responde: “No hay nadie que haya dejado casa, o
hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, que no reciba ahora cien veces más –casas y hermanos y hermanas y
madres e hijos y tierras, con persecuciones– y en la edad futura, la vida
eterna” (Marcos 10, 29-30).
-¿QUIÉNES
CREE QUE HAN SIDO LOS MAYORES ENEMIGOS DE LA IGLESIA?
-El único verdaderamente mortal
es Satanás. El engaño que nos anuncia es de tipo gnóstico. Así que en el primer
puesto situaría a la gnosis, la pretensión de hacernos Dios nosotros mismos
definiendo el bien y el mal. Pero el único camino que tenemos para alcanzar la
auténtica sabiduría es la obediencia a Dios y al Magisterio. La Iglesia ha combatido constantemente la gnosis en sus diversas
variantes. Todas tienen un denominador común: el
desprecio por la Creación, y por tanto por la carne. En los últimos siglos, el
Magisterio contra la masonería (la costilla moderna de la gnosis) y sus
consecuencias revolucionarias han sido ejemplares.
-¿CUÁLES
HAN SIDO LOS MOMENTOS MÁS CRÍTICOS EN LA IGLESIA?
-El primer momento de gran
dificultad para la Iglesia fue el saqueo de Roma por el bárbaro Alarico en el
año 410. Todos creían que Roma era eterna, inexpugnable. Y, sin embargo,
Roma cayó pocos años después de su conversión oficial al cristianismo. Los
paganos atribuyeron la culpa de este acontecimiento inconcebible a los
cristianos. La acusación era aparentemente creíble, por eso era necesario que
los cristianos respondiesen defendiendo a la vez su fe y lo mejor de la cultura
grecorromana. Respondió san Agustín con La Ciudad de Dios. Una obra
magnífica.
-¿ALGUNO
MÁS RESEÑABLE?
-En el primer milenio, la Iglesia
tuvo que defenderse del Imperio romano de Oriente, que impulsó una serie de
herejías con la pretensión de dictar la ley también en el ámbito espiritual. En
el segundo milenio llegó la catástrofe del traslado del papado a Aviñón. A
partir de aquí el virus del nacionalismo intoxicó el mundo cristiano. En el
siglo XVI llegó Lutero, el mayor revolucionario del segundo milenio y que provocó la creación de muchas iglesias nacionales sometidas al rey. Fue
devastador.
-¿Y
MÁS ADELANTE?
-En el siglo XIX
los enemigos de la Iglesia creyeron que el final de la Iglesia estaba realmente
próximo. El
nacionalismo fue utilizado para acabar con los estados pontificios. Sólo la
santidad de Pío IX impidió que los católicos de todo el mundo vivieran la
pérdida del estado pontificio como el derrumbamiento de la fe. La proclamación
de la infalibilidad pontificia en el Concilio Vaticano I (1870), mientras Roma
estaba rodeada por un ejército de fieras anticatólicas, envalentonó al rebaño
despreciado y vencido. ¡Valor!, quiso
proclamar al mundo Pío IX.
-¿CÓMO
ACABÓ SALIENDO LA IGLESIA DE ESTA GRAN CRISIS?
-Recurriendo a las virtudes
teologales: fe, esperanza y caridad. Por ejemplo, san Agustín ejerció la
caridad espiritual al máximo nivel, mientras que Pío ix lo hizo en términos de
un perdón incondicional y para siempre: invitó a
los católicos a no responder al mal con mal. Y así se hizo. Que el Papa
fuese reducido a prisionero, o las enormes injusticias, mentiras y rapiñas…
todo se perdonó aceptando, el Papa el primero, la cruz que el Señor les había
puesto delante. Perdonando, pero no plegándose
a la mentira de llamar bien al mal. Pío
ix no dejó ni un momento de documentar la verdad con las muchas cartas
que escribió sobre las mentiras difundidas por la masonería triunfante.
-¿EN
CADA ÉPOCA DIOS HA SUSCITADO SANTOS PARA AYUDAR A LA IGLESIA?
-Para responderle tendría que
escribir un libro. Me limito a citar tres ejemplos. San Benito tuvo una
intuición genial: fundó monasterios donde los monjes llevaran una vida santa,
consagrados a la oración y al trabajo. Sus vidas, la belleza de sus
iglesias y conventos, el espíritu emprendedor y científico que impregnaba su
vida interrogó y fascinó a los bárbaros invasores, que se convirtieron. El monacato benedictino fue
el ariete de la evangelización y de la romanización de los bárbaros, origen de
lo que llamamos Europa. A partir de entonces la población aumentó y las
ciudades se repoblaron.
-¿QUÉ
OCURRIÓ ENTONCES?
-Llegó un momento en que los
monasterios lejos de los centros urbanos ya no eran suficientes, hacían falta
cristianos itinerantes. Aquí viene el genio de san Francisco,
que imprimió un carácter cristiano a ese mundo en movimiento que se sentía atraído por la propaganda
sectaria de los cátaros, que se creían “puros”. Con
las órdenes mendicantes, la Iglesia mostró quiénes son los auténticos “puros”.
-¿Y
CUÁL SERÍA EL TERCER EJEMPLO?
En el siglo XV Europa estaba a
punto de descubrir nuevos continentes. En este caso, el personaje del que Dios
se sirve es una mujer: la reina Isabel de Castilla. Reformó la Iglesia décadas
antes del Concilio de Trento e hizo posible la formación de una Iglesia de
santos dispuesta a evangelizar un continente entero. Es increíble: ¡Isabel aún no ha sido declarada santa!
-HA
HABIDO MOMENTOS CRÍTICOS, PERO TAMBIÉN DE GRAN ESPLENDOR…
-Satanás ataca a la Iglesia en
dos frentes: el externo, con la pesadilla de las torturas y de la muerte, y el
interno, con la trampa de las herejías. En cuanto a la victoria sobre la
muerte basta echar una ojeada a la historia donde los
cristianos han vencido al aceptar en paz el martirio. En mi opinión,
no hay “esplendor” mayor que este. Y es
precisamente de esta santidad, de este amor de Dios, de donde deriva la belleza
de la que siempre se ha rodeado la Iglesia.
-¿CÓMO
VE LA IGLESIA HOY?
Desde hace tiempo la lucha
frontal es contra el modernismo, el cual, en mi opinión, no es sino la
infiltración de la ideología masónica en el interior de la Iglesia. El modernismo propone cambiar la Iglesia, alineándola con la evolución
científica de los tiempos. Hoy, conferencias
episcopales enteras y muchos obispos querrían cambiar la doctrina moral. Sería
el fin del cristianismo. Jesús no sólo se encarnó, sino que sufrió una muerte
atroz para que pudiésemos escapar de la muerte, consecuencia del pecado original.
¿Seguiremos nosotros queriendo decidir qué es el
bien y qué es el mal en el ámbito sexual, cayendo de nuevo en el pecado de Eva
que conduce a la muerte?
-¿DEBEMOS
PERDER LA ESPERANZA?
¡Cristo ha
resucitado, ha vencido al mundo! Esta es
la esperanza que, contra toda esperanza, da a los cristianos la posibilidad de
vencer el miedo a la muerte y de no ceder al desaliento en las
persecuciones. Cuanto más se estudia la
historia de la Iglesia, más se da uno cuenta de que Cristo realmente ha vencido. De no haber sido así, la
Iglesia, con todo el odio que la rodea, habría desaparecido hace tiempo.
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