lunes, 7 de febrero de 2022

LA NUEVA ERA MOTIVA UN RELIGIOSISMO PLURALIZADO

Pareciera que un sector del catolicismo se ha estancado en una especie de religiosismo pluralizado.

Fuente: notidiocesis.com

El New Age rechaza al cristianismo (catolicismo incluido, lógicamente); en su lugar, promueve una religión panteísta cósmica y hasta extraterrestre donde Dios Padre es el Todo energizado, personificado lo mismo en un objeto, un árbol o en la conciencia iluminada a través del tercer ojo. Desconoce a Cristo Jesús como Dios y es impensable lo proclame como Señor y Salvador de la humanidad. El Espíritu Santo es el karma, nirvana, chakras, Feng Shui, vibras, energías: todo eso a la vez.

La Nueva Era no es una religión institucionalizada, con cimientos históricos, filosóficos y teológicos propios con base en una revelación divina y personal, por la simple razón de que carece de todos estos elementos. Sus promotores y adeptos afirman que buscan destruir el catolicismo porque, según ellos, éste no ha acabado con las guerras, las injusticias sociales, etc.; entonces, pretenden lograrlo de manera sistematizada y lenta mediante la disminución de la conciencia moral y los sistemas de creencias y fe que presentan a quien tratan de enganchar. Si bien la Nueva Era de entrada no dice a una persona que deje de ser católica, sí trata de introducir conceptos para que entre otras cosas cada quien "saque sus propias conclusiones".

NI SON TODOS LOS QUE ESTÁN, NI ESTÁN TODOS LOS QUE SON

Algunas conclusiones son: "la Iglesia debe modernizarse celebrando bodas gay, quitando el aborto del quinto mandamiento y, ¿por qué confesarme con alguien más pecador que yo?".

Decía San Josemaría Escrivá: "Si la Misa te parece larga entonces tu amor es corto".

Muchos que se dicen cristianos quieren un Jesucristo que predica amor, pero que no les incomode ni les hable que una de las exigencias del Reino es entrar por la puerta angosta (Mt 7,13). Eso sí, critican poniéndose como voces autorizadas o Big Brother. Algunos publican en redes sociales reflexiones de ciertos autores como si fueran recetario y verdad absoluta, sin saber que existen citas de la Biblia o frases de santos que también hablan de superación personal y tienen más trascendencia porque nos conducen de manera recta a Dios.

Otros, aunque frecuenten los sacramentos, ante la acción del mal y su influencia simplemente esperan que otro haga lo que a ellos les da miedo para no comprometer su reputación ante los demás.

Hoy, ante el secularismo y la diversidad de creencias religiosas, para no poca gente resulta difícil adoptar una postura en cuanto a qué creer y cómo manifestar esa creencia. No hace poco cerca del 95% de la población en Latinoamérica eran bautizados católicos; de ese porcentaje el 10% frecuentaba los sacramentos, pero sólo el 1% daba testimonio coherente de su fe. Si bien ha aumentado la población mundial, el porcentaje de católicos ha disminuido, y pareciera que un sector de éste se ha estancado en una especie de "religiosismo" pluralizado, lo que es aprovechado por la Nueva Era para proclamar que todas las sectas y religiones son aceptables mezclándolas y practicándolas juntas por igual.

LAS DEMÁS RELIGIONES

No se condena a las tradiciones y religiones históricas tradicionales que no son cristianas, pues hasta para algunas de las mismas la Nueva Era es una plaga porque pervierte sus bases y principios.

Reflexionemos:

"En los primeros siglos del cristianismo, Padres de la Iglesia como San Justino y San Clemente Alejandrino hablaron de las 'Semillas del Verbo' la cual dice que a todos los hombres ha podido llegar algún fragmento de la verdad que sólo se encuentra plena en Jesús, el Logos en su totalidad; la idea de la unión del Hijo de Dios con todo hombre en su encarnación; la dimensión cristológica de la imagen de Dios. La relevancia salvadora de Cristo no se reduce a quienes lo conocen, pero sólo en el contexto de la actuación universal de Cristo y del Espíritu tiene sentido el plantearse el valor y el sentido de las religiones en orden a la salvación; ésta es la misma para todos los hombres. No hay economías diversas para los que creen en Jesús y para los que siguen otra religión o no creen en Él, y no puede haber ningún camino para ir a Dios que no confluya en el único camino que es Cristo (Jn 14,6).

Esto no significa relativizar los contenidos de la fe ni que se deje de anunciar la Buena Nueva de Jesucristo a los pueblos no cristianos, con mansedumbre y respeto por sus convicciones religiosas; aún con sus ambigüedades, sus elementos de ignorancia, pecado y perversión.

La salvación se obtiene por el don de Dios en Cristo, pero no sin la respuesta y la aceptación humana. Las religiones pueden ayudar a esa respuesta, en cuanto impulsan al hombre a la búsqueda de Dios, y obrar según su conciencia.

La perspectiva cristiana es la de la salvación como verdad y del estar en la verdad como salvación".  (El Cristianismo y las religiones. CELAM, Editorial San Pablo, 2012).

 

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