El Padre Amorth en sus experiencias nos explica lo que es el maleficio y las oraciones de liberación para contrarrestarlo.
Por: n/a | Fuente: PildorasDeFe.net
El padre Gabriele Amorth es un sacerdote
católico italiano, y también un respetado exorcista de la Diócesis
de Roma y uno de los más conocidos del mundo. Tiene 89 años de edad y unos 70.
000 exorcismos en su haber.
En 1990, el Padre Amorth fundó la Asociación Internacional de
Exorcistas y fue presidente hasta su jubilación, a los 75, en el año 2000.
Actualmente es presidente honorario de por vida de la asociación.
En su libro “Memorie di un exorcista –La mia vita in lotta
contro Satana”, el Padre Amorth nos relata varias de sus experiencias más
destacadas en su lucha contra el mal. Uno de sus apartados explica lo que es el maleficio y las oraciones para contrarestarlo.
EL
EXCORCISTA ASEGURA: “el maleficio es un mal causado a una persona recurriendo al
diablo. Se puede hacer de varias formas, como hechizos, maldiciones, mal de
ojo, vudú, macumba. Los maleficios son con mucho la causa más frecuente de
posesiones o de males causados por el demonio: no
menos del 90 por ciento.
– ¿EXISTEN MALEFICIOS DE MUERTE?
Sí, existe el maleficio de muerte, y me he encontrado con
varios. En mi opinión, no es seguro que surtan efecto, pero, desde luego, hay
personas que intentan lanzar maleficios de muerte. Se refiere en cierto término
a un maleficio muy grave. Un maleficio no tiene por qué ser mortal; la vida
está en manos de Dios
Ante todo esto, se requiere de
una vida llena de gracia, una buena confesión sacramental, ayuno y oración contínua.
Si vives una vida de acuerdo a los preceptos de Dios, esto
es, recurriendo a todos los sacramentos con frecuencia, estando en estado de
gracia, entonces no tienes por qué temer de los maleficios,
pues la Gracia de Dios es mucho más grande que cualquier actuación del mal
ORACIONES
CONTRA EL MALEFICIO (RITUAL GRIEGO)
Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos,
omnipotente y todopoderoso, Tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo
con tu sola voluntad; Tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del
horno siete veces más ardiente y que protegiste y salvaste a tus tres santos
jóvenes; Tú que eres doctor y médico de nuestras almas.
Tú que eres la salvación de aquellos que se dirigen a Ti, te
pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda potencia
diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y
todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre
tu siervo… haz que, en cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia
de bienes, fuerza, éxito y caridad.
Tú, Señor, que amas a los hombres, extiende tus manos
poderosas y tus brazos altísimos y potentes y ven a socorrer y visita esta
imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector del
alma y el cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada,
todo envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo
que debajo de Ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi
salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor
del mal porque Tú estás conmigo, Tú eres mi Dios, mi fuerza, mi poderoso Señor,
Señor de la paz, padre de los siglos futuros”.
Sí Señor, Dios nuestro, ten compasión de tu imagen y salva a
tu siervo… de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo
poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que bendita,
gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los
resplandecientes arcángeles y de todos sus santos.
¡Amén!
ORACIÓN
CONTRA TODO MAL
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del
paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame. Expulsa
de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda
estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra,
las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo;
la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo
lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física,
psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me
toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.
Que la fuerza del Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo
Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, expulse a todos los
espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen
inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno
eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael,
por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima
Inmaculada.
Amén
Artículo originalmente publicado en pildorasdefe.net
Nota: P. Amorth QEPD
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