Esperan llegar a las 750.000 aunque con las que tienen les vale
Los activistas
italianos en favor de la eutanasia y el suicidio asistido han superado el
primer obstáculo en su esfuerzo por lograr su legalización, al obtener medio
millón de firmas que permiten al parlamento decidir si el asunto se lleva a
referéndum.
(CNA/InfoCatólica) Tanto el suicidio asistido
como la eutanasia son ilegales en Italia, donde la ley penal dice
que «quien provoque la muerte de un hombre, con su
consentimiento, será castigado con pena de prisión de seis a
quince años».
Desde abril, los activistas a
favor de la eutanasia han hecho circular una petición con la esperanza de
llevar a votación un referéndum para eliminar parte de la ley, que despenalizaría
de hecho el suicidio asistido para adultos.
La Conferencia Episcopal
Italiana ha expresado su «grave preocupación» por la petición, afirmando que
«no hay expresión de compasión en la ayuda a la muerte».
Los organizadores de la
petición dijeron esta semana que han alcanzado el mínimo de 500.000 firmas
necesarias para que el parlamento decida si inicia el referéndum.
Un
referéndum exitoso sobre el suicidio asistido, dicen los
activistas, despejaría el camino para un proyecto de ley que también legalice la
eutanasia, aunque los legisladores del país, de mayoría católica, están divididos
sobre el tema.
En una declaración publicada
esta semana, los obispos italianos afirmaron que «cualquier
persona que se encuentre en condiciones de sufrimiento extremo debe ser ayudada
a gestionar el dolor, a superar la angustia y la desesperación, no a eliminar
su propia vida».
Los prelados citan el
siguiente pasaje Samaritanus Bonus, la carta de la Congregación para la
Doctrina de la Fe de 2020 sobre el cuidado de las personas en las fases
críticas y terminales de la vida:
«el Magisterio
de la Iglesia recuerda que, cuando uno se acerca al final de la existencia
terrenal, la dignidad de la persona humana implica el derecho a morir con la
mayor serenidad posible y con la propia dignidad humana y cristiana intacta».
El documento magisterial
reafirmó que la eutanasia es un «acto
intrínsecamente malo».
En su declaración, los obispos
dijeron que «elegir la muerte es la derrota de lo
humano, la victoria de una concepción antropológica individualista y nihilista
en la que ni la esperanza ni las relaciones interpersonales encuentran más
espacio.»
La iniciativa para que se
celebre un referéndum sigue a una sentencia de 2019 de un
tribunal italiano que despenalizó la eutanasia y el suicidio asistido para los pacientes que tienen una condición «irreversible» y están experimentando un «sufrimiento intolerable»
CAPPATO, ABSUELTO
TRAS AYUDAR A MORIR A UN TETRAPLÉJICO
La decisión se produjo después
de que el tribunal considerara el caso de Fabiano Antoniani, un DJ, que en 2017
murió a la edad de 40 años en una clínica de eutanasia en Suiza. Antoniani padecía tetraplejia y quedó ciego tras
un grave accidente de tráfico en 2014, y necesitaba asistencia para comer y respirar.
Marco
Cappato, activista
a favor de la eutanasia y el suicidio asistido, había sido acusado de
colaborar en la muerte de Antoniani cuando
lo acompañó a Suiza en 2017, pero fue absuelto por el tribunal.
Otro caso emblemático del
supuesto «derecho a morir» es el de un
hombre italiano de 43 años, paralizado en un accidente de coche hace 10 años,
que demandó a su servicio de salud local cuando se negó a evaluar si cumplía
las condiciones para el suicidio asistido, tal como se define en la sentencia
de 2019.
En apelación, un tribunal
civil de Ancona dictaminó que el comité de ética del servicio de salud local
debe evaluar la elegibilidad del hombre para el procedimiento. El hombre,
identificado como Mario, ha manifestado su intención de viajar a Suiza con su
familia para quitarse la vida.
Aunque ya tienen las mínimas
necesarias, los organizadores de la campaña «Eutanasia
legal» han declarado que su objetivo es alcanzar las 750.000 firmas para
finales de septiembre.
En una entrevista con Vatican
News el 16 de agosto, el arzobispo Vincenzo Paglia calificó la eutanasia de «nueva forma de eugenesia».
«Es una sugerencia
peligrosa que envenena la cultura», dijo el presidente de la Academia Pontificia para la Vida.
«Estoy
profundamente preocupado. Es esencial que la Iglesia recuerde a todos que la
fragilidad, la fragilidad es una parte constitutiva de la naturaleza humana y
de toda la creación»
Cappato discrepó públicamente
de los comentarios del arzobispo Paglia, y calificó el suicidio asistido como
un «derecho sacrosanto a rechazar la imposición de
opciones ajenas sobre el propio cuerpo y la propia vida»
No hay comentarios:
Publicar un comentario