domingo, 1 de agosto de 2021

“DOS RELIQUIAS”

¿Qué dirá el balcón?

¿Qué dirá esa campana?

¿Qué dirán los viejos muros y las rejas centenarias, y las casas solariegas y las huertas perfumadas, y las torres silenciosas de la calle solitaria?

¿Qué dirán aquellas pampas y los pastos de ese valle, los caminos polvorosos y hasta el viento de la tarde, y los cerros pedregosos, las arenas de las playas,

y ese río que murmura y también a veces calla?

¿Qué dirá el balcón?

¿Qué dirá esa campana?

Una tarde cuando Huaura dormitaba, entregada a los dulzores de la siesta, iba yo por la calle solitaria, y de pronto, la mano del ensueño, sacudiendo las cosas empolvadas, me llevó hasta épocas pasadas.

Sin que nadie me sintiera, sin que nadie lo notara, penetré a los zaguanes y a los patios empedrados, y sentí el chirrear de los portones y los goznes oxidados, me miré en el espejo del aljibe, donde tantos se han mirado.

Y esos muros y esas rejas y los patios empedrados, y el espejo del aljibe y los goznes oxidados, lentamente… con la voz casi apagada me contaron muchas cosas de la épica jornada.

Y sentí el ulular de los clarines y los golpes de tambores redoblados, los nerviosos relinches de los potros y los pasos marciales de soldado.

Y surcaban el cielo las palomas y airosas flameaban las banderas, fulgía el sol de los aceros, de apuestos y bizarros granaderos.

De repente se engrandecen los tumultos y humedecen las miradas.

Hay repiques de campanas y estallido de granadas, y pañuelos que se agitan y gargantas anudadas, y en las almas la alegría de sentirse libertadas.

Y esa voz que remeció los Andes y acalló el murmullo de las aguas, esa voz resuena todavía: en los valles apacibles, en las pampas dilatadas, en las selvas ignoradas.

Y al mirar esas reliquias por la gloria coronadas, al silencio le pregunto con la voz entrecortada:

¿Qué dirá el balcón?

¿Qué dirá esa campana?

Poema de Flor de María Drago Persivale.

No hay comentarios: