La Arquidiócesis de Los Ángeles (Estados Unidos), liderada por Mons. José Gomez, indicó que no dará cartas de exenciones religiosas para aquellos fieles que no desean recibir la vacuna contra el coronavirus.
En una breve declaración, la Arquidiócesis señala que recomienda que “todos los miembros de la comunidad católica que puedan
recibir una vacuna contra el COVID-19 lo hagan. La Arquidiócesis no está
proporcionando cartas de exención religiosa a los individuos para evitar
vacunarse contra el COVID-19”.
“Por favor, vea la información y los enlaces que aparecen
a continuación para entender por qué la Arquidiócesis no considera que la
vacuna COVID-19 es moralmente objetable y por qué sugerimos a todos los fieles
que se vacunen”, agrega.
El documento enviado a los sacerdotes arquidiocesanos, obtenido por CNA,
agencia en inglés del Grupo ACI, incluye una cita de otro documento de los
obispos de Estados Unidos y ofrece algunos enlaces a tres documentos que pueden
“ser útiles para entender la moralidad de recibir
la vacuna”: La nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) de
diciembre de 2020, un documento de marzo de 2021 de los obispos de Estados
Unidos; y una declaración de la Conferencia Católica de California.
En la nota de la CDF, este dicasterio del
Vaticano indica que si bien las vacunas con un nexo remoto con el aborto son “moralmente aceptables”, también señala que “la vacuna no es, como regla, “una obligación moral” y
“por lo tanto debe ser voluntaria”.
La Congregación reconoce que puede hacer “razones
de conciencia” en quienes rechazan una vacuna, pero resalta que “a falta de otros medios para detener o incluso prevenir
la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para
proteger a los más débiles y más expuestos”.
“Quienes, por razones de conciencia, rechazan las
vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados,
deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento
adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente
infeccioso”, precisa el texto del Vaticano.
Los obispos en Estados Unidos han publicado diversas declaraciones sobre
si existe o no obligación de vacunarse contra el coronavirus.
El 6 de agosto la Conferencia Católica de Colorado explicó que no existe
en la Iglesia norma alguna que obligue a los católicos a vacunarse, tampoco a
recibir la vacuna contra el COVID-19, pero precisaron que seguirán alentando a
los fieles a “mantenerse sanos y seguros” ante
la pandemia.
“Un católico puede juzgar que es correcto o
incorrecto recibir ciertas vacunas por una variedad de razones, y no hay
ninguna ley o regla de la Iglesia que obligue a un católico a recibir una
vacuna, incluyendo las vacunas contra el COVID-19”, indicaron.
En su carta, los obispos de Colorado resaltan que “la vacunación no es moralmente obligatoria, por lo que
debe ser voluntaria”.
Recuerdan asimismo que “existe el deber
moral de rechazar el uso de productos médicos, incluidas ciertas vacunas, que
se crean utilizando líneas de células humanas derivadas del aborto; sin
embargo, solo se puede utilizar este tipo de vacunas en condiciones
específicas: si no hay otras alternativas disponibles y si se hace con la
intención de preservar la vida”.
Los obispos de Dakota del Sur afirmaron el 10 de agosto que los
católicos cuya conciencia bien formada les diga que no deben recibir la vacuna
deben ser libres para buscar una exención religiosa.
En diciembre de 2020, el Arzobispo de Kansas City, Mons. Joseph Naumann,
dijo a EWTN Pro Life Weekly que “como en todo
tenemos que rezar. Necesitamos pedirle al Espíritu Santo que nos dé sabiduría
para elegir correctamente, la opción correcta para nosotros”.
“Tenemos que sopesar estos bienes: el bien de
proteger nuestra salud, la salud de nuestros seres queridos y la salud de la
comunidad”, aseguró.
En California, los obispos de San Diego y Monterrey indicaron que sus
iglesias locales no firmarán exenciones religiosas para no recibir la vacuna
contra el coronavirus.
El 30 de julio, la Arquidiócesis de Nueva York instruyó a sus sacerdotes
a no otorgar exenciones religiosas para la vacuna contra el COVID-19, indicando
que hacer eso contradeciría al Papa Francisco.
Si un sacerdote hiciera esto “actuaría en contra
de las directivas del Papa y participaría en un acto que tendría serias
consecuencias para otros. Imaginen a un estudiante recibiendo una exención
religiosa, que contraiga la enfermedad y la disemine en un campus. Claramente
sería una vergüenza para la Arquidiócesis”.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI Prensa
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