Me gustaría hacer hincapié en dos valores fundamentales: la libertad y el servicio.
Por: . | Fuente: VIS
El Papa Francisco ha recibido en el Vaticano a
los jóvenes de las escuelas Jesuítas de Italia y Albania, en un clima de afecto
y espontaneidad, tanto que el Santo Padre ha dicho “He
preparado un texto, pero son cinco páginas y es un poco largo. Vamos a hacer
así: Yo se lo doy al Padre Provincial y al Padre Federico Lombardi (director de
la Oficina de Prensa de la Santa Sede n.d.r) para que todos lo tengáis escrito
y después algunas de vosotros me preguntarán y yo les contestaré; así
hablaremos”.
EN EL DISCURSO, DEL QUE
OFRECEMOS UNA SÍNTESIS, EL PAPA ESCRIBÍA:
“La escuela es uno de los ambientes educativos
donde se crece para aprender a vivir, para convertirse en hombres y mujeres
adultos y maduros...Y siguiendo lo que enseña San Ignacio el elemento principal
de la escuela es aprender a ser magnánimo... que significa tener grandeza de
alma, tener grandes ideales, el deseo de lograr grandes cosas para responder a
lo que Dios nos pide y precisamente para ello, hacer las cosas bien todos los
días, las actividades diarias... los encuentros con las personas; hacer las
pequeñas cosas de todos los días con un corazón grande abierto a Dios y a los
demás”.
“La escuela no amplía solamente vuestra dimensión intelectual, sino también
humana Y creo que de forma particular las escuelas de los Jesuitas prestan mucha
atención al desarrollo de las virtudes humanas: la lealtad, el respeto, la
fidelidad, el compromiso. Me gustaría hacer hincapié en dos valores
fundamentales: la libertad y el servicio. Ante todo: ¡Sed personas
libres!... Libertad significa
saber reflexionar sobre lo que hacemos, saber evaluar...cuáles son los
comportamientos que hacen crecer, significa elegir siempre el bien...
Tener la libertad de escoger el bien siempre es un reto, pero os convertirá en
personas con espina dorsal, que puede enfrentar la vida con coraje y paciencia
La segunda palabra es servicio.
En vuestras escuelas participáis en diversas actividades que os acostumbran a
no encerraros en vosotros mismos, en vuestro propio mundo, sino a abriros a los
demás especialmente a los pobres y necesitados, a trabajar para mejorar el
mundo en que vivimos”.
“Para ser magnánimos con libertad interior y espíritu de servicio es necesaria
la formación espiritual.. Amad Jesucristo. Nuestra vida es una
respuesta a su llamada: seréis felices y construiréis bien vuestra vida si
sabéis responder a esa llamada. Sentid la presencia del Señor en
vuestra vida... En la oración, en el diálogo con Él, leyendo la Biblia,
descubriréis que cerca está. Y aprended también a leer los signos de Dios en
vuestra vida. Él nos habla siempre, también a través de los acontecimientos de
nuestro tiempo y de nuestra existencia cotidiana: somos nosotros los que
tenemos que escucharle”.
Durante el
diálogo uno de los estudiantes le ha pedido palabras de ayuda para poder
crecer, a veces en medio de dudas y Francisco ha dicho:
“Caminar es un arte porque si siempre vamos deprisa
nos cansamos y no llegamos al final del camino. Y en cambio, si nos paramos, no
andamos y tampoco llegamos a la meta. Caminar es el arte de mirar al horizonte,
pensar adonde queremos ir pero aguantar también el cansancio del camino, que a
veces es difícil... Hay días oscuros, días de fracaso, también alguna que otra
caída.. Uno se cae....Pero pensad siempre esto: “No tengáis miedo de los
fracasos, ni de las caídas. En el arte de andar lo que importa no es caer, ni
quedarse en el suelo. Hay que levantarse, enseguida, y seguir andando. Esto es
hermoso: este trabajar todos los días; esto es caminar de forma humana. Pero
caminar solos es desagradable y aburrido. Caminar en comunidad, con los amigos,
con los que nos quieren... Eso nos ayuda a llegar al final, adonde queremos
llegar”.
Una joven ha preguntado al Pontífice si seguía viendo a sus amigos. “Yo soy Papa desde hace dos meses y medio - ha
respondido- y mis amigos están a 14 horas de avión;
están lejos. Pero tres ya han venido a verme y a saludarme, y yo les escribo,
me escriben y les quiero mucho. No se puede vivir sin amigos”
Otro le ha dicho si había quería ser Papa. “Pero
¿tu sabes que significa que una persona no se quiera mucho? - ha
contestado- “Una persona que quiera ser Papa no se
quiere mucho. No, yo no he querido ser Papa”.
Después una niña ha querido saber por qué había renunciado a vivir en el
Palacio apostólico, eligiendo en cambio la Casa de Santa Marta, y a un coche
grande. ¿Es una renuncia a la riqueza?
“Creo que no se trate sólo de algo que tenga que
ver con la riqueza - ha respondido- Para mí es un problema de personalidad. Yo
necesito vivir en medio de la gente y si viviera solo, aislado, no me sentaría
bien. Esta pregunta me la hizo ya un profesor: “¿Por qué no va Usted a vivir
allí? Y yo le contesté: “Mire, profesor, por cuestiones psiquiátricas, eh?”...
Porque es mi personalidad. También el apartamento, ese no es tan lujoso.. Pero
no puedo vivir solo ¿me entiendes? Y además creo que los tiempos nos dicen que
hay tanta pobreza en el mundo y esto es un escándalo. La pobreza del mundo es
un escándalo. En un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar
de comer a todos, es imposible entender qué haya tantos niños que pasan hambre,
tantos niños sin educación, tantos pobres. La pobreza hoy es un grito. Todos
tenemos que pensar en volvernos un poco más pobres: todos tendríamos que
hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo hacerme un poco más pobre para
parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?... No, en mi caso, no es un
problema de virtud personal mía, es que no puedo vivir solo” y el tema del
coche depende del hecho de “no tener tantas cosas y volverse un poco más pobre”.
“¿Cómo convivir con la pobreza en el mundo?” ha sido otra de las preguntas:
“Antes de nada quiero deciros, a todos vosotros, los jóvenes: ¡No os dejéis
robar la esperanza! Y ¿quien os roba la esperanza? El espíritu del mundo, las
riquezas, el espíritu de la vanidad, la soberbia, el orgullo... todo esto te
roba la esperanza ¿Donde encuentro la esperanza? En Jesús pobre... Jesús que se
hizo pobre por nosotros.... La pobreza nos llama a sembrar esperanza. Parece
difícil de entender”. El Papa ha recordado al respecto la carta que el Padre
Arrupe, Prepósito General de la Compañía de Jesús, escribió a los Centros de
investigación social de la Compañía: “Hablaba - ha explicado- de cómo hay que
abordar la cuestión social. Y, al final, nos decía: “Mirad, no se puede hablar
de pobreza sin tener experiencia directa con los pobres”. “No se puede hablar
de pobreza abstracta: no existe. La pobreza es la carne de Jesús pobre: en el
niño que tiene hambre, en el enfermo, en esas estructuras sociales injustas...
Id y ver allí la carne de Jesús..
Pero no os dejéis que el bienestar, el espíritu del bienestar os robe la
esperanza porque al final uno se convierte en nada en la vida. Los jóvenes
tienen que apostar por altos ideales: este es el consejo. Pero la esperanza ¿dónde la encuentro? En la carne
de Jesús que sufre y en la pobreza verdadera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario