Todas estas claves han demostrado ser útiles consejos para dar al Rosario un lugar regular en la vida matrimonial.
Por: Katie Warner | Fuente: CatholicKatie.com //
Pildoras de fe
Las primeras 3 claves son tomadas de los
consejos del Padre Cole, seguidas por algunas que he adquirido a través del
ensayo y error personal y escuchando lo que hacen otras familias.
Todas estas claves han demostrado ser útiles
consejos para dar al Rosario un lugar regular en la vida familiar.
1.- HAZ UNA PAUSA Y REFLEXIONA DESPUÉS DE CADA MISTERIO.
En cada decena menciona el misterio y luego haz
una pausa para reflexionar sobre ese misterio, recordando meditar en ese
momento de la vida de Cristo (tal vez incluso desde la perspectiva de María),
luego de esto continúa con el Padre Nuestro y Ave María.
2.- OFRECE CADA DECENA POR UNA INTENCIÓN ESPECÍFICA.
Que uno de los miembros de la familia mencione
una intención por la cual le gustaría ofrecer esa decena. Puede hacerlo una
sola persona en todo el rosario o pueden turnarse para que participen todos.
3.- DIVIDE EL ROSARIO.
El sacerdote dominico, el Padre Cole, recomienda
que la gente considere rezar una decena del Rosario en diferentes momentos a lo
largo del día, lo que permite más tiempo para centrarse en cada uno de los
misterios.
Se recomienda esto como una alternativa mucho
mejor que hacer apurado todo el rosario sin meditarlo por el simple hecho de
orar todo de una vez.
En familia pueden aplicar esto en distintos
momentos del día y concluir juntos en la noche rezando el último misterio.
4.- ESCOGE UN TIEMPO ESTABLECIDO.
En nuestra familia, por lo general rezamos una
decena del Rosario después de la cena, ya que en ese momento estamos todos
reunidos.
Advertencia: Si
están demasiado cerca de la hora de acostarse, te encontrarás con que todos
estarán somnolientos, es importante también establecer un lugar y una rutina
que evite las distracciones o quedarse dormidos durante la oración.
5.- INTERCAMBIEN LOS ROLES.
Tal vez papá dirige el primer misterio y reza la
primera parte de las oraciones y el resto de la familia las completa, luego lo
puede hacer mamá y también se les puede dar a los niños la oportunidad de
dirigir los misterios para que vayan aprendiendo y sintiéndose familiarizados y
cómodos con el Rosario.
6.- PIDAN LA INTERCESIÓN DE LOS SANTOS.
Cada miembro de la familia puede pedir la
intercesión de su santo favorito antes o después del rosario o en cada decena.
7.- ESTABLEZCAN UN CLIMA DE ORACIÓN.
Creen una atmósfera sagrada alrededor del lugar
en donde ustedes oran en familia. Tal vez pueden tener cercana una imagen o
ícono de Jesús y de la Santísima Virgen y también encender velas. Es un lindo
detalle colocar flores en el lugar de oración.
"Muchos en el mundo
han perdido el sentido de la contemplación, pero si se recupera, la oración
podría reforzar considerablemente los individuos y las familias... Si el rosario
se hace correctamente, realmente puede fortalecer un matrimonio. Debido a que
en el matrimonio [y en la familia], tendrás que enfrentar pruebas y
dificultades, necesitas paciencia y amabilidad, y éstas son gracias que el
Rosario nos ofrece cuando lo rezamos "- Padre
Basil Cole, O.P.
¿CÓMO REZAR BIEN EL ROSARIO?
No te apene ni
te inquiete cosa alguna, ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Por: P. Evaristo Sada, L.C. | Fuente:
https://la-oracion.com/
Tres angustias radicales
del ser humano son: perder el sustento, el
miedo a la muerte y no encontrar el descanso eterno.
La Virgen María conoce bien
a sus hijos, sabe que estas preguntas nos escuecen por dentro y que se nos
presentan con mayor o menor fuerza según las circunstancias, los tiempos, la
personalidad y la conciencia de cada uno. Por ello hacemos bien en pedirle: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”
Al rezar el Rosario desde nuestra realidad de
hijos, pecadores y en camino, le presentamos esta súplica 50 veces seguidas.
Pensé que el tema podría venir a cuento ahora
que estamos en el mes de Mayo, mes de la Madre.
¿CÓMO
REZAR EL SANTO ROSARIO?
NO BASTA APRENDER UNA ORACIÓN, HAY QUE APRENDER A ORAR
Cuando se habla del Rosario, muchas veces la
atención se centra en la mecánica del rezo del Rosario. Es
fácil encontrar buenas explicaciones de cómo se reza el Rosario (por ejemplo en
este devocionario y en la página de la Virgen Peregrina de la Familia). Por ello, como he dicho en otro momento, en este
blog quisiera fijarme más en la pedagogía de la oración cristiana que en los
rezos, y más en las actitudes que en los contenidos.
“La oración es una actitud
interior, antes que una serie de prácticas y fórmulas, un modo de estar frente
a Dios, antes que de realizar actos de culto o pronunciar palabras.” (Benedicto
XVI, 11 de mayo de 2011)
1.-
UN BUEN ORANTE, AL REZAR EL ROSARIO, NO REPITE AVEMARÍAS COMO UN
LORO
2.-
UN BUEN ORANTE, AL REZAR EL ROSARIO, CONTEMPLA A CRISTO CON LA MIRADA DE MARÍA.
3.- EL ROSARIO ES UNA ORACIÓN MARIANA
CENTRADA EN CRISTO
4.-
EN EL ROSARIO, MIENTRAS SE HONRA A LA VIRGEN MARÍA CON EL PASO DE LAS AVEMARÍAS,
SE CONTEMPLAN EN LA MENTE Y EN EL CORAZÓN LOS GRANDES MOMENTOS Y MISTERIOS DE
LA VIDA DE JESÚS.
LA
PREGUNTA PRINCIPAL ES: ¿CÓMO SE CONTEMPLAN? Y LA RESPUESTA DEBE SER: COMO
MARÍA. SE TRATA DE APRENDER DE MARÍA A CONTEMPLAR LA BELLEZA DEL ROSTRO DE
CRISTO.
Nos ayuda La Pietà de
Miguel Ángel: es toda una lección de oración. Allí
queda plasmado cómo la Virgen María meditaba la Palabra en su corazón. En su
mirada y en toda su postura interior y exterior se ve cómo toma conciencia y
cómo profundiza las palabras, los hechos y los misterios de la vida de Su Hijo
Jesucristo.
Al iniciar el Rosario
debemos detenernos un momento y pensar en lo que vamos a hacer. Debemos actuarnos y en vez de “poner el disco” para que comience su monótono
repetir de Avemarías, hemos de suplicar a Dios que nos conceda la gracia de
asimilar el modo de ver y de ser de la Virgen María y tratar de apropiar sus
actitudes evangélicas en su relación con Cristo. “Así
la Madre del Señor ejerce una influencia especial en el modo de orar de los
fieles.” (Juan Pablo II, 3 de enero de 1996)
Es necesario hacerlo cada vez que se reza el
Rosario. De lo contrario es fácil que no resulte bien y venga el desaliento.
PLEGARIA
MARAVILLOSA
Si nos metemos en el corazón de la Virgen María
y el Espíritu Santo nos concede la gracia de sentir como Ella, conocer como
Ella, amar a Cristo como Ella, el Rosario se puede convertir, también para
nosotros, en una plegaria maravillosa.
Juan
Pablo II, pocos días después de su elección al pontificado, dijo que el Rosario
era su oración preferida y nos explicó cómo había que rezarlo:
“El Rosario es mi oración
predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su
profundidad. En esta plegaria repetimos muchas veces las palabras que la Virgen
María oyó del Arcángel y de su prima Isabel. Palabras a las que se asocia la
Iglesia entera. (…) Con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del
alma los episodios principales de la vida de Jesucristo. El Rosario en su
conjunto consta de misterios gozosos, dolorosos y gloriosos y nos ponen en
comunión vital con Jesucristo a través ¿se
puede decir? del Corazón de su Madre. Al mismo tiempo nuestro corazón puede
incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del
individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias
personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevan
más en el corazón. De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con
el ritmo de la vida humana”. (Angelus, Juan Pablo II, 29 de octubre de 1978)
Las palabras clave aquí
son: comunión vital con
Jesucristo a través del Corazón de su Madre.
EL ROSARIO: UNA ORACIÓN
MARCADAMENTE CONTEMPLATIVA
María es para nosotros un modelo de oración
contemplativa (puedes releer: Un ejercicio de
contemplación: la oración de María de la A a la Z). Ella guardaba y meditaba en
su corazón todo lo que vivía junto a Jesús. (cf. Lc 2, 19 y 51 b).
«Sin contemplación, el
Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en
mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús:
“Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados
en virtud de su locuacidad” (Mt6, 7). Por su naturaleza el rezo del Rosario
exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso, que favorezca en quien ora la
meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón
de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable
riqueza» (Rosarium Virginis Mariae, 12)
ENTONCES
¿CÓMO SÉ SI REZO BIEN EL ROSARIO?
Lo rezas bien si en el trasfondo de las
cincuenta Avemarías contemplas a Cristo con la mirada de María, Madre de Dios y
Madre nuestra.
MARÍA,
POR SU PARTE, TE ESTARÁ VIENDO A TI Y SU MIRADA TE LLENARÁ DE UNA PROFUNDA
CONFIANZA.
Cuando veo la imagen de la Virgen de Guadalupe
siento que María me mira, me toma en sus brazos y me repite como a Juan Diego: “No te apene ni te inquiete cosa alguna, ¿No estoy yo aquí
que soy tu Madre? ¿No estás por ventura en mi regazo? Nada has de temer.”
(Nican Mopohua)
Artículo publicado
originalmente en: ¿Cómo rezar bien el Rosario?
Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre la
fuente www.la-oracion.com
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