El Papa Francisco destacó cuáles son los dos fundamentos esenciales que Jesús estableció “para los creyentes de todos los tiempos”.
Este 25 de octubre, antes del rezo del Ángelus, el Santo Padre comentó
el pasaje del Evangelio de San Mateo para este domingo, en el que un doctor de
la ley pregunta a Jesús cuál es el “mandamiento
mayor”, es decir el mandamiento principal de toda la ley divina, y
Cristo responde: “Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” y el “el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo”.
El Pontífice destacó que “la respuesta de
Jesús retoma y une dos preceptos fundamentales, que Dios ha dado a su pueblo
mediante Moisés. Y así supera la trampa que le han tendido para ponerle a
prueba” porque “su interlocutor, de hecho, trata de llevarlo a la disputa entre
los expertos de la Ley sobre la jerarquía de las prescripciones”.
“Pero Jesús establece dos fundamentos esenciales
para los creyentes de todos los tiempos, dos fundamentos esenciales para nuestra vida.
El primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia
ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo es
que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el
prójimo”, advirtió.
En esta línea, el Santo Padre señaló que “esta
es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús y nos hace
entender que no es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo;
y, de la misma manera, no es verdadero amor al prójimo el que no se deriva de
la relación con Dios”.
No es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo;
y, de la misma forma, no es verdadero amor al prójimo el que no se deriva de la
relación con Dios. #EvangeliodeHoy
(Mt 22:34-40)
— Papa Francisco
(@Pontifex_es) October 25, 2020
Luego, el Papa subrayó que Jesús concluye su respuesta con estas
palabras: “De estos dos mandamientos penden toda la
ley y los Profetas” y explicó que esto significa que “todos los preceptos que el Señor ha dado a su pueblo
deben ser puestos en relación con el amor de Dios y del prójimo”.
En este sentido, el Pontífice indicó que “de
hecho, todos los mandamientos sirven para realizar y expresar ese doble amor.
El amor por Dios se expresa sobre todo en la oración, en particular en la
adoración” y reconoció que “nosotros
descuidamos mucho la adoración a Dios. Hacemos la oración de agradecimiento, de
súplica, pero descuidamos la adoración. Y adorar a Dios es el núcleo de la oración”.
“Y el amor por el prójimo, que se llama también
caridad fraterna, está hecho de cercanía, de escucha, de compartir, de
cuidado del otro”, resaltó.
Por ello, el Papa Francisco subrayó la importancia de la ayuda al
prójimo y pidió poner atención a no utilizar ese tiempo para las habladurías,
porque como escribe el apóstol Juan: “Quien no ama
a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”.
Además, el Santo Padre destacó la importancia de la comunión “que es un don para invocar cada día, pero también
compromiso personal para que nuestra vida no se deje esclavizar por los ídolos
del mundo” y agregó que “la verificación de
nuestro camino de conversión y de santidad está siempre en el amor del prójimo,
esta es la verificación”.
“Mientras haya un hermano o una hermana a la que
cerremos nuestro corazón, estaremos todavía lejos de ser discípulos como
Jesús nos pide. Pero su divina misericordia no nos permite desanimarnos, es
más nos llama a empezar de nuevo cada día para vivir coherentemente el
Evangelio”, advirtió.
Por último, el Papa invocó la intercesión de María Santísima para que
“nos abra el corazón para acoger el ‘mayor
mandamiento’, el doble mandamiento del amor, que resume toda la ley de Dios y
de la que depende nuestra salvación”.
Redacción ACI Prensa
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