Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a su fiesta (30 de agosto al 7 de septiembre)
Por: Devocionario Católico | Fuente:
www.devocionario.com
ORACIÓN
INICIAL
¡Oh María santísima! elegida
y destinada desde la eternidad por la augustísima Trinidad para Madre del
unigénito Hijo del Padre, anunciada por los Profetas, esperada de los
Patriarcas, y deseada de todas las gentes; sagrario y templo vivo del Espíritu
Santo, sol sin mancha, porque fuisteis concebida sin pecado original, Señora
del cielo y de la tierra, Reina de los Ángeles; nosotros humildemente postrados
os veneramos, y nos alegramos de la solemne conmemoración anual de vuestro
felicísimo Nacimiento; y de lo más íntimo
de nuestro corazón os suplicamos que os dignéis benigna venir a nacer
espiritualmente en nuestras almas, para que cautivadas estas por vuestra
amabilidad y dulzura, vivan siempre unidas a vuestro dulcísimo y amabilísimo
Corazón.
Día
1. Ahora con nueve distintas salutaciones
contemplaremos los nueve meses que estuvisteis encerrada en el seno materno;
diciéndoos que oriunda de la Real prosapia de David, salisteis con grande honor
a luz de las entrañas de santa Ana vuestra afortunadísima madre. Avemaría.
Día
2. Os saludamos, oh Niña celestial, paloma
candidísima de pureza, que a despecho del infernal dragón fuisteis concebida
sin pecado original. Avemaría.
Día
3. Os saludamos, oh Aurora brillantísisima, que
como precursora del Sol de justicia, trajisteis la primera luz al mundo. Avemaría.
Día
4. Os saludamos, oh Elegida, que, cual sol sin
mancha alguna, despuntasteis en la noche más tenebrosa del pecado. Avemaría.
Día
5. Os saludamos, oh bellísima Luna, que iluminasteis
al mundo envuelto en las más densas tinieblas del gentilismo. Avemaría.
Día
6. Os saludamos como a esforzada amazona, que sola,
a manera de un numeroso ejército, pusisteis en fuga a todo el infierno. Avemaría.
Día
7. Os saludamos, oh hermosa alma de María, a quien
Dios poseyó desde la eternidad. Avemaría.
Día
8. Os saludamos, oh amada Niña, y veneramos vuestro
santísimo cuerpecito, los sagrados pañales en que fuisteis envuelta, y la
sagrada cuna en que estuvisteis acostada, y bendecimos el punto y momento en
que nacisteis. Avemaría.
Día
9. Os saludamos finalmente, oh amada Niña, como
adornada de todas las virtudes en grado inmensamente más elevado que los otros Santos, y que, hecha digna Madre del
Salvador, y habiendo concebido por virtud del Espíritu Santo, paristeis al
Verbo encarnado. Avemaría.
***
ORACIÓN
FINAL
¡Oh graciosísima Niña! que
con vuestro feliz nacimiento habéis consolado al mundo, alegrado al cielo y
aterrado al infierno; habéis dado ayuda a los caídos, consuelo a los tristes,
salud a los enfermos y alegría a todos; os suplicamos con los mas fervorosos
afectos que renazcáis espiritualmente con vuestro santo amor en nuestras almas;
renovad nuestro espíritu para que os sirvamos, encended de nuevo nuestro
corazón para que os amemos; y haced florecer en nosotros aquellas virtudes con
las que podamos hacernos siempre más
agradables a vuestros benignísimos ojos. ¡Oh María! Sed para nosotros María,
haciéndonos experimentar los saludables efectos de vuestro suavísimo Nombre;
sírvanos la invocación de este Nombre de alivio en los trabajos, de esperanza
en los peligros, de escudo en las tentaciones, de aliento en la muerte. Sea el
Nombre de María como la miel en la boca, la melodía en el oído, y el júbilo en
el corazón. Así sea.
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