jueves, 17 de septiembre de 2020

5 COSAS APROVECHABLES DE LA NEW AGE Y 4 CAMPOS QUE LOS CRISTIANOS HAN DE TRABAJAR PARA FRENARLA

DOS EXPERTAS EN BIOÉTICA DISECCIONAN ESTE SUCEDÁNEO DE LA RELIGIÓN, CÓMODO Y ENGAÑOSO

Sin tener una organización centralizada ni un corpus coherente, la Nueva Era influye cada vez más, no sólo en ámbitos espirituales, sino en el ámbito de la ciencia, la medicina, la política o la educación. Hace pinza con el pensamiento cientifista, el hedonismo, el materialismo y el secularismo para ir retirando el pensamiento judeocristiano de nuestra civilización.

Rosa Mª Cruz Neila, doctora en Bioética y profesora de secundaria, y Gloria Mª Tomás y Garrido, catedrática honoraria de Bioética y académica de Farmacia, han publicado en Eunsa un análisis sobre cómo la Nueva Era ha ido mutando desde los años 60 del siglo pasado y se fortalece en nuestra época, sobre todo aprovechando los huecos que deja el cristianismo cuando éste se retira o vacía.

Cuando el cristianismo no ofrece su espiritualidad firme, adulta, que conjuga amor y verdad, culpa y perdón, la New Age ocupa su sitio con sus sucedáneos: consuelo pasajero, brumosa fantasía y autocontrol engañoso.

En New Age, su fuerza transformadora en el s.XXI, las autoras, católicas que trabajan mucho con jóvenes y adolescentes, compendian varios ámbitos en los que choca la visión judeocristiana con la New Age. Pero más interesantes son las propuestas, en el capítulo final del libro, para intentar aprovechar de forma positiva algunos aspectos de la Nueva Era.

"Hemos descubierto algunos aspectos válidos que podrían desarrollarse e incluso servir de puente en futuros diálogos", señalan. Muchos practicantes de la Nueva Era tienen inquietudes espirituales, les gusta hablar o explorar esas cosas, van más allá del mero consumir (o sueñan con ello). Y eso pueden ser oportunidades para la propuesta cristiana.

5 ASPECTOS POSITIVOS EN LA NEW AGE QUE PUEDEN SERVIR DESDE LA VISIÓN CRISTIANA

1. Algunos aspectos positivos del ecofeminismo, que recuperan una ética del cuidado y el respeto por la naturaleza femenina.

2. La exploración del misterio, más allá del mero materialismo y consumismo.

3. La aceptación (en algunas corrientes) de la existencia del Mal y el demonio, lo sobrenatural maligno.

4. La llamada al cuidado de la naturaleza, frente a la explotación ilimitada.

5. Una cierta visión de fraternidad entre los seres humanos.

Las autoras avisan: la Nueva Era es muy manipuladora, fluida y seductora, por lo que "es muy importante adquirir criterios de discernimiento claro ante ella, para ser libres frente a su influencia y manipulación".

4 CAMPOS PRIORITARIOS PARA BLOQUEAR LA NUEVA ERA

La mejor terapia es la prevención. Por ello, animan a las familias y a la Iglesia a fortalecer 4 campos de acción:

1. FAMILIA, ESFUERZO, COMPROMISO

Educar en la importancia del matrimonio, de los hijos, de la familia, la admiración hacia los padres y ancianos, el estímulo del esfuerzo, la búsqueda de la excelencia, el compromiso con los necesitados... Todas estas cosas son muy concretas, reales, eficaces, dan fruto en la vida y sacan a la persona de sí misma, de mirarse al ombligo con indulgencia.

2. TRASCENDENCIA Y ENCUENTRO CON DIOS PERSONA

Dios no es un concepto vaporoso ni una energía, sino un Ser Personal. Se le puede conocer y tratar. El desarrollo integral, desde la más tierna infancia hasta el final de la vida, es una exploración del trato con Dios, y forma parte del camino humano hacia la madurez.

3. PRIORIDAD DE LA DEFENSA DE LA VIDA HUMANA: CON OBRAS, ASOCIACIONES, HECHOS...

Maestros, sanitarios, políticos, comunicadores... todos deben colaborar y organizarse a favor de la vida humana, "con valentía", "para protegerla con obras visibles y concretas y con palabras". 

4. DIVULGAR LA BIOÉTICA DE FORMA COMPRENSIBLE

La bioética es una nueva frontera, los cristianos han de estar en ella, y no sólo los especialistas, sino el cristiano de a pie. "Que el debate bioético, los datos científicos sobre los temas que lo requieren y la clarificación de lo que es la vida humana sean llevados de forma asequible más allá de lo círculos intelectuales; crear campos de opinión en redes sociales y grupos de toda índole".

Las autoras querrían que todo el mundo entendiera "que cada persona es única e irrepetible, con una irrevocable dignidad, capaz, si se le ayuda en su libertad, de actos heroicos por amor". Piden que una nueva generación "apueste y luche por la vida".

Y finalizan el libro dejando "constancia del inmenso agradecimiento que profesamos a la cultura judeocristiana en la que hemos crecido, conscientes del amor por la vida que de ella hemos recibido".

(Publicado originariamente en junio de 2019)

Pablo J. Ginés/ReL

 

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