DOS EXPERTAS EN BIOÉTICA DISECCIONAN ESTE SUCEDÁNEO DE LA RELIGIÓN, CÓMODO Y ENGAÑOSO
Sin tener
una organización centralizada ni un corpus coherente, la
Nueva Era influye cada
vez más, no sólo en ámbitos espirituales, sino en el ámbito de la ciencia, la
medicina, la política o la educación. Hace pinza con el pensamiento cientifista,
el hedonismo, el materialismo y el secularismo para ir retirando el pensamiento
judeocristiano de nuestra civilización.
Rosa Mª
Cruz Neila, doctora en Bioética y profesora de secundaria, y Gloria Mª Tomás y
Garrido, catedrática honoraria de Bioética y académica de Farmacia, han
publicado en Eunsa un análisis sobre cómo la Nueva Era ha ido
mutando desde los años 60 del siglo pasado y se fortalece en nuestra época,
sobre todo aprovechando los huecos que deja el cristianismo cuando éste se
retira o vacía.
Cuando el
cristianismo no ofrece su espiritualidad firme, adulta, que conjuga amor y
verdad, culpa y perdón, la New Age ocupa
su sitio con sus sucedáneos: consuelo pasajero, brumosa fantasía y autocontrol
engañoso.
En New
Age, su fuerza transformadora en el s.XXI, las autoras,
católicas que trabajan mucho con jóvenes y adolescentes, compendian varios
ámbitos en los que choca la visión judeocristiana con la New Age. Pero más
interesantes son las propuestas, en el capítulo final del libro, para intentar
aprovechar de forma positiva algunos aspectos de la Nueva Era.
"Hemos descubierto algunos aspectos válidos que podrían
desarrollarse e incluso servir de puente en futuros diálogos", señalan. Muchos practicantes de la Nueva Era tienen
inquietudes espirituales, les gusta hablar o explorar esas cosas, van más allá
del mero consumir (o sueñan con ello). Y eso pueden ser oportunidades para la
propuesta cristiana.
5
ASPECTOS POSITIVOS EN LA NEW AGE QUE PUEDEN SERVIR DESDE LA VISIÓN CRISTIANA
1. Algunos aspectos positivos del ecofeminismo, que recuperan una ética
del cuidado y el respeto por la naturaleza femenina.
2. La exploración del misterio, más allá del mero materialismo y
consumismo.
3. La aceptación (en algunas corrientes) de la existencia del Mal y el
demonio, lo sobrenatural maligno.
4. La llamada al cuidado de la naturaleza, frente a la explotación
ilimitada.
5. Una cierta visión de fraternidad entre los seres humanos.
Las
autoras avisan: la Nueva Era es muy manipuladora, fluida y
seductora, por lo que "es
muy importante adquirir criterios de discernimiento claro ante ella, para ser
libres frente a su influencia y manipulación".
4
CAMPOS PRIORITARIOS PARA BLOQUEAR LA NUEVA ERA
La mejor
terapia es la prevención. Por ello, animan a las familias y a la Iglesia a
fortalecer 4 campos de acción:
1.
FAMILIA, ESFUERZO, COMPROMISO
Educar en
la importancia del matrimonio, de los hijos, de la familia, la admiración hacia
los padres y ancianos, el estímulo del esfuerzo, la búsqueda de la excelencia,
el compromiso con los necesitados... Todas estas cosas son muy
concretas, reales, eficaces, dan fruto en la vida y sacan a la persona de sí
misma, de mirarse al ombligo con
indulgencia.
2.
TRASCENDENCIA Y ENCUENTRO CON DIOS PERSONA
Dios no
es un concepto vaporoso ni una energía, sino un Ser Personal.
Se le puede conocer y tratar. El
desarrollo integral, desde la más tierna infancia hasta el final de la vida, es
una exploración del trato con Dios, y forma parte del camino humano hacia la
madurez.
3.
PRIORIDAD DE LA DEFENSA DE LA VIDA HUMANA: CON OBRAS, ASOCIACIONES, HECHOS...
Maestros,
sanitarios, políticos, comunicadores... todos deben colaborar y organizarse a
favor de la vida humana, "con valentía",
"para protegerla con obras visibles y concretas y con
palabras".
4.
DIVULGAR LA BIOÉTICA DE FORMA COMPRENSIBLE
La
bioética es una nueva frontera, los cristianos han de estar en ella, y no sólo
los especialistas, sino el cristiano de a pie. "Que
el
debate bioético, los
datos científicos sobre los temas que lo requieren y la clarificación de lo que
es la vida humana sean llevados de forma
asequible más allá de lo círculos
intelectuales; crear
campos de opinión en redes sociales y grupos de toda índole".
Las
autoras querrían que todo el mundo entendiera "que cada
persona es única e irrepetible, con una irrevocable dignidad, capaz, si se le
ayuda en su libertad, de actos heroicos por amor". Piden que una
nueva generación "apueste y luche por la
vida".
Y
finalizan el libro dejando "constancia del
inmenso agradecimiento que profesamos a la cultura judeocristiana en la
que hemos crecido, conscientes del amor por la vida que de ella hemos recibido".
(Publicado originariamente en junio de 2019)
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