Un ejercicio de reflexión personal
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preguntas. Señala con una X todas las posibilidades que aplican:
___ Hice más oración personal y familiar.
___ Critiqué casi todos los días a los obispos porque me parece que no han debido cerrar las iglesias.
___ Busqué cómo evangelizar por Internet.
___ Investigué a profundidad cuál era el país culpable de todas estas muertes y desgracias.
___ Hice unas cuantas lecturas, muy buenas, que tenía aplazadas desde hacía tiempo.
___ Gasté bastantes horas entendiendo cómo el Nuevo Orden Mundial (NOM) nos quiere dominar a todos.
___ Tuve conversaciones más profundas y reposadas con mi propia familia.
___ Hice un curso virtual que me va a servir mucho. ¡Había muchos cursos gratis en la cuarentena!
___ Miraba todos los días, en todos los noticieros, las estadísticas de contagios y muertes.
___ Hice oración con otras personas, amigos y conocidos, a través de ZOOM o de otros medios.
___ Me dolí todos los días de la falta de iniciativa de unos cuantos sacerdotes que conozco.
___ Aproveché para fortalecer un idioma que estoy aprendiendo. Usé YouTube, algunos podcasts u otras herramientas.
___ Hice un cuadro explicativo, muy completo, con todas las teorías sobre quién está detrás del COVID-19.
___ Me alimenté de manera más saludable y, por fin, ¡a las horas debidas!
___ La verdad, me fui hundiendo en el pánico y la tristeza.
___ Aproveché para enviar mensajes de aliento y esperanza a médicos y enfermeras que conozco. ¡Son unos héroes!
___ Hice varios maratones de películas, hasta que me ardían y se me cerraban los ojos.
___ Hice unas cuantas penitencias, por mi conversión, por la Iglesia y por el mundo entero.
___ Me quedaba horas pensando cuándo terminaría de precipitarse el fin del mundo.
___ Pude hacer algunas donaciones online para mi parroquia y para otras causas nobles.
___ Difundí testimonios de conversión, aprovechando que este tiempo ayudó a muchos a reflexionar.
¿Cuáles serán tus respuestas?
___ Hice más oración personal y familiar.
___ Critiqué casi todos los días a los obispos porque me parece que no han debido cerrar las iglesias.
___ Busqué cómo evangelizar por Internet.
___ Investigué a profundidad cuál era el país culpable de todas estas muertes y desgracias.
___ Hice unas cuantas lecturas, muy buenas, que tenía aplazadas desde hacía tiempo.
___ Gasté bastantes horas entendiendo cómo el Nuevo Orden Mundial (NOM) nos quiere dominar a todos.
___ Tuve conversaciones más profundas y reposadas con mi propia familia.
___ Hice un curso virtual que me va a servir mucho. ¡Había muchos cursos gratis en la cuarentena!
___ Miraba todos los días, en todos los noticieros, las estadísticas de contagios y muertes.
___ Hice oración con otras personas, amigos y conocidos, a través de ZOOM o de otros medios.
___ Me dolí todos los días de la falta de iniciativa de unos cuantos sacerdotes que conozco.
___ Aproveché para fortalecer un idioma que estoy aprendiendo. Usé YouTube, algunos podcasts u otras herramientas.
___ Hice un cuadro explicativo, muy completo, con todas las teorías sobre quién está detrás del COVID-19.
___ Me alimenté de manera más saludable y, por fin, ¡a las horas debidas!
___ La verdad, me fui hundiendo en el pánico y la tristeza.
___ Aproveché para enviar mensajes de aliento y esperanza a médicos y enfermeras que conozco. ¡Son unos héroes!
___ Hice varios maratones de películas, hasta que me ardían y se me cerraban los ojos.
___ Hice unas cuantas penitencias, por mi conversión, por la Iglesia y por el mundo entero.
___ Me quedaba horas pensando cuándo terminaría de precipitarse el fin del mundo.
___ Pude hacer algunas donaciones online para mi parroquia y para otras causas nobles.
___ Difundí testimonios de conversión, aprovechando que este tiempo ayudó a muchos a reflexionar.
¿Cuáles serán tus respuestas?
Fray Nelson Medina
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