viernes, 17 de abril de 2020

EUTANASIA: POR LO CIVIL Y POR LO ECLESIÁSTICO.


La EUTANASIA es un hecho cierto de puro visible: en bastantes países está ya -instalados, política y socialmente en las democracias liberales, en las tiranías marxistas o afines y en los países regidos ya por la directa, por los masones: todos ellos abiertamente anticatólicos-, introducida y apoyada por los poderes públicos que la han convertido en abiertamente “legal". Es la EUTANASIA.
Algunos eclesiásticos, como no pueden legislar por lo directo a su favor, por mor del “bicho” la han introducido e implantado de facto desde arriba -eclesialmente hablando-, y como el que no quiere la cosa. Pero ahí está también. Y lo explico más abajo.
Si en el ámbito político, que hace ya muchos años ha perdido el norte, el sur y los demás puntos cardinales, ninguna barbaridad, por cruel e inhumana que sea en sí misma, nos extraña ya nada; menos aún, una vez establecido el “aborto legal". Pero, algunos miembros de la Iglesia Católica -las “otras” en este momento, no me interesan-, extraña, y mucho. Por no decir, sencillamente, que ESCANDALIZA.
¿Por qué los poderes públicos han perdido el norte? No es difícil constatarlo, y es evidente. Por citar a san Juan Pablo II: “el Estado que legitima el aborto, se deslegitima automáticamente”. Por poner un poner. Y en esas están en casi todos ellos. Los motivos que puedan alegar para justificarlo, no son de recibo ninguno de ellos: ni intelectual, ni moral, ni socialmente justifican nada.
Han llegado a estas criminales e inhumanas situaciones porque han despreciado lo que les podía mantener donde debían estar: EL SERVICIO de TODOS los CIUDADANOS. Pero solo hay un modo de estar ahí: salvaguardando y sirviendo a la JUSTICIA. A la que han apartado con loca saña.
Porque la JUSTICIA, solo se sostiene -solo se puede hablar de ella en sentido estricto- cuando lo que impera -en una persona, en una institución o en un gobierno- es LO JUSTO: es decir, lo que es acorde al BIEN de la persona -todos los ciudadanos lo son-, respetando la VERDAD de lo que significan BIEN, VERDAD y PERSONA. 
Porque la Justicia solo existe donde se da a los demás “lo que se les debe". Ahora bien, sin saber qué son los demás, por ejemplo, ¿cómo se les podrá dar “lo suyo"?
Es decir: la Justicia solo se sostiene en la MORAL, en el DEBER MORAL que obliga en primerísimo lugar, a los gobernantes, que manejan el DINERO y la FUERZA; y que no puede estar al albur de los gobernantes: ellos han de ser los primeros en estar sujetos o sometidos a/por la JUSTICIA, para poder ser “justos” con los ciudadanos “a los que se deben". Ese es su primer deber de Justicia que deben asumir. EN caso contrario: se deslegitiman automáticamente.
Así nace y se hace el DERECHO. Así ha nacido en la historia de la Humanidad. Un Derecho que siempre “obligaba” a gobernantes y súbditos: no era unidireccional, como ahora en todas esas “democracias ficción” o “dictaduras reales". Una prueba más, y bastante definitiva de que no somos animales. Ni siquiera cuando nos comportamos peor que ellos.
PERO TODOS ESOS CONCEPTOS, LO QUE ENCIERRAN EN SÍ -ES DECIR: SU CARGA SEMÁNTICA- DEPENDEN DE ALGO/ALGUIEN QUE ESTÁ “FUERA” DEL HOMBRE, LO ADMITA O NO. Y ESE ALGUIEN -PORQUE NO PUEDE SER “ALGO"-, SOLO ES DIOS. Y NO HAY OTRA EXPLICACIÓN RACIONAL. DECIR QUE DIOS NO EXISTE ES IRRACIONAL.
El hombre puede determinar lo que es una medida de longitud, unos remedios para la caspa, unos plazos de escolarización, etc. Está en su mano.
Pero el hombre, por mucho que se lo crea, NUNCA -así: NUNCA-, podrá determinar lo que es un árbol, o un perro. Es decir: lo que es verdadero o falso, lo que es verdad o mentira, lo que está bien o mal, lo que es él mismo, lo que es la vida y la muerte y sus sentidos y significados propios…; ni lo que es DIOS y su Amor por cada uno de nosotros.
Porque no está en su mano: lo tiene recibido gratuitamente… de Dios. Y de nadie más: la “pachamama” tiene la misma “realidad” que un “pegaso".
Podrá intentarlo. Podrá rechazar lo recibido. Podrá montarse la vida -si a lo que sale de ahí se le puede seguir llamando “vida"- “como si Dios no existiese"; o sea: montarse en la pura ficción: “como si…". Pero nada será “real", ni será lo mismo: porque, de ese modo, nada será lo que debería ser.
EN LA IGLESIA, TODO HA SIDO DISTINTO PRECISAMENTE PORQUE HA VIVIDO Y VIVE DE LO RECIBIDO POR JESUCRISTO, QUE ES DIOS.
Y, con todas las vicisitudes humanas que han podido darse y se han dado -desde dentro y desde fuera de Ella misma-, a lo largo de más de dos mil años, se ha mantenido fiel al Señor.
Por eso ha sabido distinguir muy bien el bien del mal, la verdad de la mentira, la justicia de la corrupción. Y lo ha señalado. Y ha separado el trigo de la paja. Y ha salido adelante: siempre enriquecida hasta por el mal verdadero -el pecado-, porque ha aprendido: ha sacado, como mínimo, experiencia.
¿Por qué digo que algunos en la Iglesia Católica han instalado la “EUTANASIA"?
Como habrán comprendido, no me refiero a la eutanasia física: la eliminación determinada por los poderes al uso de quien ha de morir. Las “condiciones” dan lo mismo. Curiosamente, en todas esas “democracias ficción” o “tiranías reales", ateas y anticatólicas por definición, se mata al inocente “porque sí", y se trata a cuerpo de rey al criminal: cosas de los hombres enfermos de poder y maldad.
Me refiero al “espectáculo” que, en algunas diócesis -hablo del mundo occidental europeo-, han montado a propósito del “bicho". Han cerrado puertas y ventanas y han dejado morir como perros, abandonados, a sus hijos. Sin los Sacramentos de Salvación a los que tienen estricto y absoluto DERECHO: Jesucristo ha venido para esto. Y lo hemos celebrado, precisamente, en el Triduo Pascual.
¿Cómo se ha llegado a esto? De entrada, con lo de la “iglesia en salida", los “pastores” se han debido ir tan lejos -quizá hasta la Amazonia, y cruzando a nado- que “se les han perdido todas las oveja". No una ni dos: TODAS. Las han abandonado, sin comida ni bebida, “desconectados” de Dios por desconectarles de los Sacramentos: la Vida Cristiana es “Vida Sacramental".
Insisto: como perros abandonados.
Porque esto es dejar sin Sacramentos a los propios hijos: condenarlos a morirse sin siquiera una mano sacerdotal que arrope la suya; sin unas oraciones de recomendación del alma; sin la Confesión, sin la Unción de Enfermos, y sin el Viático. Solos. Abandonados. Lo nunca visto en toda la Historia santa de la Iglesia Santa.
Y para los que hemos protestado con argumentos de todo orden, contra este ABUSO -real, incomprensible e injustificado-, siempre aparece algún Obispo de guardia para decir que no hemos de obsesionarnos con la Eucarística, o que él va a dar la absolución por videoconferencia. Y se queda tan ancho. Cuando ¡nadie en la Iglesia Católica puede “inventarse", por su cuenta, un modo de administrar los Sacramentos: no está en su mano! O que la gente tire de internet…
Esta “EUTANASIA” de alguno en la Iglesia Católica tiene mucha más gravedad que la urdida por los poderes públicos, a los que les importa un pimiento que nos muramos todos. Pues resulta que la Iglesia ha asumido, de una tacada, todo este modo de hacer mundano, inhumano y cruelísimo. Y defendiendo sus posturas: que no reculan.
¿Qué descargo de conciencia van a poder alegar? ¡Si lo han montado todo también, como los gobiernos ateos y anticatólicos, “como si Dios no existiese"! Y precisamente cuando más han necesitado y necesitan los hijos de Dios a su Padre Dios, y a su Hermano Jesucristo, y al Amor de su alma, el Espíritu Santo.
Amén.
Vamos a seguir rezando: seguramente no podamos hacer mucho más. Pero, si más podemos, más debemos hacer; porque, como dice uno de los apóstoles: “El que no hace lo que sabe/debe hacer, se le imputará a pecado".
José Luis Aberasturi

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