miércoles, 8 de enero de 2020

LA GUERRA, EL BIEN Y EL MAL


Hay que evitar cualquier manipulación de las nociones del bien y del mal.

Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net
En casi todas las guerras los políticos y los militares animaban a sus pueblos y a sus soldados para que luchasen con bravura.

Entre los discursos que pronunciaban esos políticos y militares, con frecuencia aparecía la idea de que "nosotros somos los buenos", acompañada de la otra idea "ellos son los malos".

Ese modo de presentar un conflicto y de animar a los soldados a la lucha supone un presupuesto fundamental en la existencia humana: según el cual sería correcto luchar por una causa buena y justa.

Al mismo tiempo, quienes incitan a la guerra a "los suyos" suelen descalificar a los enemigos, vistos como quienes luchan por una causa mala e injusta.

Aquí surgen un sinfín de preguntas: ¿quién garantiza que unos son buenos y otros malos? ¿No existe el peligro de manipular conceptos tan valiosos como bondad y justicia para defender causas injustas y para engañar a la gente?

En ocasiones, al estudiar una guerra concreta resulta bastante fácil señalar que unos actuaban movidos por la injusticia y otros tenían la justicia de su parte.

Pero incluso en ese caso, los que luchaban por una causa injusta motivaban a sus soldados con el argumento (falso) de que su causa era justa y de que debían luchar por ella...

Actuar así (presentar lo injusto como justo) es, ciertamente, gravemente erróneo. Sin embargo, manifiesta que entre quienes se dejan llevar por ambiciones y deseos injustos queda en pie el horizonte de respeto a la justicia que radica en el corazón de cada ser humano.

Sería absurdo, en efecto, presentar a un pueblo y a un ejército la propia causa como injusta, pues ello resulta contradictorio. Por lo mismo, incluso los más perversos promotores de guerras agresivas quieren aparecer como defensores de la justicia y de la paz...

Causa pena ver cómo miles, millones de seres humanos, son engañados por quienes presentan lo malo como bueno, el delito como derecho, lo injusto como justo. Porque así se lanza a unos seres humanos contra otros, contra las víctimas de guerras y de leyes que matan a inocentes.

Por eso, ante cualquier propuesta de guerra, ante cualquier ley que permita eliminar o privar de sus derechos a otros seres humanos, hay que evitar cualquier manipulación de las nociones del bien y del mal, para que conceptos como bueno y justo solo sean aplicados a lo que verdaderamente merece ser calificado con esos términos.

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