Encuentro
con los medios de comunicación en Roma
El Superior de
los jesuitas aprovechó el recuerdo de los 30 años del asesinato de jesuitas en
El Salvador para también afirmar que «es quien se pone en medio frente al plan
de Dios y a su obra de salvación cumplida en Cristo, porque ha tomado esta
decisión libre de modo irreversible y quiere arrastrar a otros al rechazo del
Dios misericordioso que prefiere dar la vida para salvar en lugar de condenar».
(InfoCatólica) El Superior (Prepósito
General) de los jesuitas, P. Arturo Sosa, ha aprovechado un encuentro celebrado
en Roma este martes con un grupo de medios para matizar algo la
negación de la existencia del diablo que realizó en agosto de 2019, cuando redujo la existencia del
demonio a un mero símbolo:
PADRE SOSA, ¿EXISTE
EL DIABLO?
De diferentes maneras.
Necesitamos entender los elementos culturales para referirnos a este personaje.
En el lenguaje de San Ignacio, es el mal espíritu el que te lleva a hacer cosas
que van en contra del espíritu de Dios. Existe como el mal personificado en
diferentes estructuras pero no en las personas, porque no es una persona, es
una forma de implementar el mal. Él no es una persona como una persona humana.
Es una forma de maldad que está presente en la vida humana. El bien y el mal
están en una lucha permanente en la conciencia humana, y tenemos formas de
indicarlos. Reconocemos a Dios como bueno, completamente bueno. Los símbolos
son parte de la realidad, y el demonio existe como una
realidad simbólica, no como una realidad personal.
Estas declaraciones eran
reincidentes, ya en junio del 2017 declaró en una entrevista concecida al diario El Mundo que
«hemos hecho figuras simbólicas, como el
diablo, para expresar el mal».
¿RECTIFICACIÓN?
Esta vez, como recoge la
revista Vida Nueva,
presente en la reunión, el P. Sosa se refirió al demonio como «fuerza» al recordar el asesinato hace 30 años de
los jesuitas en El Salvador. Para el Superior de los Jesuitas, «la potencia de
la esperanza y de la vida sobre el poder del mal y el poder del
diablo, que naturalmente existe todavía como una fuerza que intenta destruir
nuestros esfuerzos».
Y añadió sobre el
diablo, en lo que algunos han visto un intento de rectificar por parte del
jesuita que:
«Es quien
se pone en medio frente al plan de Dios y a su obra de
salvación cumplida en Cristo, porque ha tomado esta decisión libre de modo
irreversible y quiere arrastrar a otros al rechazo del Dios misericordioso
que prefiere dar la vida para salvar en lugar de condenar».
Recientemente, en noviembre de este año, el Papa
Francisco fue muy explícito, con palabras que a diferencia de las del P. Sosa
no admiten interpretaciones.
Quisiera que cada uno pensase
esto: ¿por qué hoy en el mundo se siembra tanto
odio? En las familias, que a veces no pueden reconciliarse, en el
barrio, en el lugar de trabajo, en la política... El sembrador del odio es ese.
Por la envidia del diablo la muerte entró en el mundo. Algunos dicen:
“Pero padre, el diablo no existe, es el mal, un mal tan etéreo”. Pues la
Palabra de Dios es clara.
Y el diablo la tomó con Jesús, leed el Evangelio: tengamos
fe o no la tengamos, está claro.
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